En un ala del que fue el Palacio Presidencial —conocido como Palacio Unzué—, sobre la calle Austria 2601 y dentro del predio de la Biblioteca Nacional, funciona desde 2010 Un Café con Perón. El espacio ocupa la que fuera la casa del intendente del palacio; el edificio principal fue demolido en 1956 tras el derrocamiento de Juan Domingo Perón, y sólo quedaron en pie esta casa y la residencia contigua, donde hoy funciona el Instituto Juan Domingo Perón.

El café recrea momentos de la historia vinculada a Perón y a María Eva Duarte. Al cruzar la puerta se combinan elementos de bar y museo: fotografías, banderas, una estatua de tamaño real del General obra del artista Fernando Pugliese, y una vitrina con objetos personales y documentos relacionados con su trayectoria —entre ellos el diccionario mapuche-castellano “Toponimia Patagónica — Etimología Araucana” y una bandera que envolvió un busto de Perón. Detrás del salón funciona un microcine donde se proyectan filmes y se realizan eventos privados.

La restauración del edificio incluyó la recomposición de los pisos en damero, la reconstitución de boiseries y la reposición de vidrios biselados. También se conservan testimonios del pasado inmediato: en las inmediaciones de la casa, donde Evita agonizó, hubo y hay manifestaciones de devoción y también episodios de confrontación, como una inscripción anónima en la pared.

El café está concesionado a la Cooperativa de Trabajo “Lo de Néstor”, que administra el lugar y paga un canon al Estado. La cooperativa describe su origen en las sucesivas crisis económicas de las últimas décadas y en procesos de trabajo autogestionado; su actividad actual sostiene puestos de trabajo en el local y establece vínculos con productores y fábricas recuperadas que proveen insumos. En el espacio se ofrecen servicios gastronómicos a precios accesibles y se generan actividades culturales y sociales. Según sus responsables, la concesión del lugar está vigente hasta 2027.

Entre los relatos vinculados al espacio figura una anécdota sobre la estatua de Pugliese: el dirigente Antonio Cafiero, al verla, habría dicho “mi general y yo que creí que no lo iba a ver nunca más. Vamos a tomar un café”, según recuerda Lorenzo Pepe, expresidente del Instituto Nacional Juan Domingo Perón.

Una precisión conceptual sin sesgos políticos

En torno a la figura de Perón y a los espacios que lo recuerdan suele surgir la identificación con distintas etapas y liderazgos de la historia argentina. Es importante aclarar, sin emitir juicios políticos, que el peronismo es un movimiento político y social amplio y plural, que se ha manifestado en corrientes y gobiernos diversos a lo largo de décadas. Nombres como “menemismo” o “kirchnerismo” designan expresiones o etapas concretas dentro de ese amplio abanico, pero no agotan ni equivalen por completo al conjunto del peronismo.

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