Der jüngste politische Schlagabtausch zwischen FPÖ-Chef Herbert Kickl und Bundespräsident Alexander Van der Bellen sorgt für Aufsehen. Der Bundespräsident hatte ÖVP-Chef Karl Nehammer mit der Regierungsbildung beauftragt und ihn aufgefordert, Sondierungsgespräche mit der SPÖ zu beginnen, um herauszufinden, ob ein dritter Partner notwendig sein könnte. Dies löste vor allem bei der FPÖ und Kickl selbst scharfe Kritik aus.

Kickl äußerte seinen Unmut auf Facebook und bezeichnete Van der Bellens Entscheidung als “ruinös für das Ansehen Österreichs”. Der FPÖ-Chef argumentierte, der Bundespräsident handle wie ein “Elefant im außenpolitischen Porzellanladen”, indem er die stimmenstärkste Partei, die FPÖ, von der Regierungsbildung ausschließe. Kickl geht sogar so weit zu sagen, dass Van der Bellen damit das Vertrauen in die heimische Demokratie gefährde, während er sich angeblich oft kritisch zur Demokratie in anderen Ländern äußere. Besonders Ungarn wird von Van der Bellen immer wieder wegen seines autoritären Kurses kritisiert.

Unterstützung erhielt Kickl auch von ungarischer Seite: Der ungarische Außenminister Péter Szijjártó kritisierte öffentlich das Vorgehen des österreichischen Bundespräsidenten. In einem Facebook-Posting schrieb Szijjártó: „Nach diesem Schritt wird er sich wohl nicht mehr herausnehmen, den Zustand der ungarischen Demokratie zu kommentieren, oder, Herr Van der Bellen?“ Diese Stellungnahme sorgt nun auch international für Aufmerksamkeit und birgt das Potenzial, die diplomatischen Beziehungen zwischen Österreich und Ungarn zu belasten.

Karl Nehammer, der von Van der Bellen den Auftrag zur Regierungsbildung erhielt, bekräftigte, dass der Regierungsbildungsauftrag traditionell an die stärkste Partei vergeben wird. Er äußerte Verständnis dafür, dass diese Entscheidung zu Aufregung führte und versprach, den Prozess so transparent wie möglich zu gestalten.

Die Gespräche zwischen ÖVP und SPÖ laufen derzeit, doch bleibt die Zukunft der Regierung offen. Sollte die FPÖ dauerhaft ausgeschlossen bleiben, könnte dies das politische Klima in Österreich weiter anheizen und zur Verstärkung der populistischen Rhetorik beitragen. Die Entwicklungen in den kommenden Tagen und Wochen werden entscheidend sein, ob es zu einer tragfähigen Regierung kommt – und welche Rolle die FPÖ unter Kickls Führung dabei spielen wird.

El jefe de la FPÖ, Kickl, critica a Van der Bellen: “La reputación de Austria, completamente arruinada”

El reciente enfrentamiento político entre el líder de la FPÖ, Herbert Kickl, y el presidente Alexander Van der Bellen ha causado revuelo. Van der Bellen encargó al jefe de la ÖVP, Karl Nehammer, la formación de un gobierno y le pidió que inicie negociaciones con el SPÖ para evaluar si sería necesario un tercer socio de coalición. Esta decisión desató duras críticas, especialmente por parte de Kickl y su partido.

Kickl expresó su descontento en Facebook y calificó la decisión de Van der Bellen como “ruinosa para la reputación de Austria”. El líder de la FPÖ argumentó que el presidente actúa como un “elefante en una tienda de porcelana en política exterior” al excluir a la FPÖ, el partido con más votos, del proceso de formación de gobierno. Kickl fue más allá, afirmando que esta decisión pone en peligro la confianza en la democracia austriaca, mientras Van der Bellen suele criticar la democracia en otros países. En particular, Van der Bellen ha criticado repetidamente a Hungría por su tendencia autoritaria.

Kickl recibió apoyo desde Hungría: el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, criticó públicamente la actuación del presidente austriaco. En una publicación en Facebook, Szijjártó escribió: “Con este paso, ya no podrá opinar sobre el estado de la democracia húngara, ¿verdad, Sr. Van der Bellen?” Este comentario ha captado la atención internacional y podría tensar las relaciones diplomáticas entre Austria y Hungría.

Karl Nehammer, quien recibió el encargo de formar gobierno, reafirmó que tradicionalmente el mandato de formar gobierno se le asigna al partido con mayor representación. Nehammer expresó que comprende que esta decisión haya generado inquietud y se comprometió a llevar adelante el proceso con la máxima transparencia.

Actualmente, continúan las conversaciones entre la ÖVP y el SPÖ, aunque el futuro del gobierno sigue siendo incierto. Si la FPÖ queda definitivamente excluida, podría intensificarse el clima político en Austria, fortaleciendo la retórica populista. Las decisiones que se tomen en los próximos días y semanas serán cruciales para determinar si se logra un gobierno estable y qué papel jugará la FPÖ bajo el liderazgo de Kickl en el futuro.

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