Luis Federico Beruti, abogado y escribano argentino, ha compartido sus perspectivas sobre la actual administración de Javier Milei, destacando la necesidad de un enfoque más eficiente y responsable en la función pública.

En un reciente pronunciamiento, Beruti aplaudió las iniciativas del gobierno para desmantelar gastos innecesarios y promover la idoneidad en el servicio público, enfatizando que para atraer a los mejores talentos, es esencial ofrecer remuneraciones adecuadas.

Beruti hizo hincapié en que, si bien el gobierno ha tomado decisiones significativas, como el asilo concedido a Evo Morales durante la presidencia de Alberto Fernández, es vital que se reconozca el contexto histórico y político de cada acción. Su experiencia como docente en la Facultad de Derecho de la UBA y en el Colegio de Escribanos de CABA le otorga una perspectiva única sobre la importancia de la formación y la ética en la función pública. Subrayó que el término “profesor” debe ser reservado para aquellos que realmente se destacan en su campo, y que él mismo no se considera en esa categoría.

En cuanto a la seguridad y las reformas impulsadas por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, Beruti expresó su apoyo, pero también advirtió sobre la necesidad de transparencia y rendición de cuentas. La mención de posibles cargos hereditarios en organismos estatales como ANSES y AFIP fue otra de las preocupaciones que expuso, sugiriendo que si estas denuncias son fundadas, deberían ser objeto de investigaciones penales inmediatas.

Beruti también criticó el sistema de asignaciones salariales para los diputados nacionales, señalando que la desproporción en los sueldos es un tema que debe ser abordado con urgencia. La realidad de que algunos funcionarios ganen más que directores de hospitales públicos o de escuelas primarias es, según él, inaceptable. Para que los representantes electos puedan dedicarse plenamente a su labor, es fundamental que reciban una compensación justa que les permita vivir dignamente sin tener que recurrir a otras fuentes de ingresos.

En su análisis, Beruti se posiciona como un defensor de la libertad y la responsabilidad en la política. Su llamado a la acción es claro: los dirigentes deben ser capaces de recibir tanto elogios como críticas, reconociendo que la perfección es inalcanzable y que todos pueden cometer errores. “Vamos para adelante”, afirma, instando a la sociedad a mantenerse firme en la búsqueda de un Estado más eficiente y justo.

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