En un mundo marcado por complejidades crecientes y tensiones constantes, donde el avance vertiginoso de la tecnología y la proliferación de noticias falsas impregnan cada aspecto de nuestra vida, la democracia enfrenta retos sin precedentes. La desigualdad, la corrupción, la polarización y la desinformación no solo desafían nuestra convivencia, sino que buscan minar los cimientos mismos de nuestras instituciones. Frente a estos ataques, es esencial reafirmar que la democracia es la única respuesta que tenemos para saldar las diferencias y avanzar. Defenderla no es opcional; es una obligación para todos.

La democracia es la herramienta más poderosa que tenemos para construir un futuro mejor para todos. Es la garantía de que nuestras voces serán escuchadas, de que nuestros derechos serán respetados y de que nuestras aspiraciones colectivas serán alcanzadas. Es el faro que guía nuestras acciones y el pilar sobre el cual se erige nuestra sociedad.

Hoy, en el “Día de la Democracia”, invitamos a cada compatriota a reflexionar sobre este bien tan preciado que conquistamos con tanto esfuerzo. La democracia no es un regalo ni una concesión; es una conquista colectiva, nacida del sacrificio de hombres y mujeres que soñaron con una patria libre y digna, donde la justicia social sea el horizonte de nuestra marcha.

La democracia no es perfecta. Es una tarea inacabada que se construye cada día con la participación de todos. Es más que votar; es educar, es debatir con respeto, es trabajar incansablemente por la igualdad. La democracia es, en esencia, la posibilidad de vivir en un país donde el miedo no sea el lenguaje de la política y donde la esperanza sea el motor de nuestro pueblo.

Defender la democracia no es una consigna vacía ni un ejercicio retórico. Es un compromiso ético y político que debemos asumir con valentía. Porque cada vez que toleramos una injusticia, cada vez que dejamos de participar, la democracia se debilita. Y sabemos bien que su ausencia solo deja lugar a la violencia, al autoritarismo y al desprecio por la dignidad humana.

Que este día no sea solo una celebración, sino un acto de reafirmación de nuestras convicciones. La democracia no es el silencio de las mayorías, sino el coro de las voces diversas que construyen el futuro de la Argentina.

Como pueblo, hemos demostrado que no hay poder que pueda doblar la voluntad de quienes aman la libertad. Que esta jornada nos inspira a seguir adelante, con la certeza de que la democracia no solo es posible, sino imprescindible. Depende de todos nosotros hacer realidad ese mandato ético y político.

La democracia, herramienta fundamental de transformación, permitió que el pueblo de Santa Cruz eligiera a Claudio Vidal como gobernador, confiándole el desafío de liderar una provincia devastada por décadas de políticas erráticas, corrupción y desinterés. Hoy, al cumplirse un año de su gestión, celebramos el inicio de un ciclo político profundamente comprometido con la reconstrucción y el progreso de nuestra provincia.

Desde el primer día, Claudio Vidal defendió con valentía el enorme desafío de levantar a Santa Cruz desde las ruinas de una administración que dejó profundas huellas de déficit, deudas y desigualdad. En su discurso inaugural del 10 de diciembre de 2023, dejó en claro que este tiempo exige verdades duras y acciones firmes:

«Venimos de más de 30 años de un ciclo político que nos llevó al estancamiento. Seguimos sin tener más de 80 días de clases, seguimos dependiendo del empleo público y de la ayuda de Nación, seguimos viendo a miles de santacruceños bajo la línea de pobreza. La situación actual es insostenible, pero quiero que sepan algo: no sigo esas reglas; me sumé a la política para cambiarlas».

Este compromiso quedó demostrado en cada paso de su gestión. Claudio Vidal ha liderado con un enfoque profundamente federal, escuchando a cada municipio, caminando junto a los intendentes y priorizando el bienestar de todos los santacruceños. Este primer año ha sido un ejemplo claro de trabajo conjunto y de unidad, donde las diferencias políticas quedaron de lado frente a la necesidad de reconstruir la provincia.

El gobernador no solo enfrentó los problemas heredados con determinación, sino que también buscó soluciones innovadoras y concretas. En el plano económico, se destacó por promover el diálogo entre empresarios, trabajadores y comerciantes, consolidando iniciativas que no solo atienden las urgencias, sino que también siembran las bases para un desarrollo sostenible. En un contexto nacional adverso, marcado por ajustes e incertidumbre, el gobierno provincial demostró capacidad de reacción y fortaleza para proteger a los santacruceños.

La presencia constante de Claudio Vidal en el territorio, escuchando a las comunidades, atendiendo sus demandas y poniéndose al frente de cada desafío, contrasta notablemente con la distancia de gestiones anteriores. Este año ha estado marcado por un liderazgo cercano y comprometido, con una visión transformadora que privilegia la transparencia y la justicia.

Reconocemos también el esfuerzo por consolidar políticas públicas que prioricen a las personas, enfocándose en la educación, la salud y el empleo como pilares fundamentales para el desarrollo. El gobernador no solo ha optimizado recursos en un contexto de arcas provinciales alicaídas, sino que también ha demostrado que, con una gestión eficiente y honesta, es posible avanzar en la construcción de una provincia más equitativa.

Hoy podemos afirmar que el primer año de gestión de Claudio Vidal marca el comienzo de un nuevo tiempo para Santa Cruz. Un tiempo que nos desafía a trabajar unidos, a dejar atrás las diferencias y a poner en el centro de cada decisión el bienestar colectivo. Porque como bien dice el Gobernador: «Cuando se piensa en el bien común y se gestiona con eficiencia, los objetivos se alcanzan».

Este es solo el inicio de un camino transformador, donde la convicción, la responsabilidad y el compromiso serán las herramientas para poner definitivamente a Santa Cruz de pie.

Amigo, quiero que sepas que acá estamos como siempre, trabajando junto a vos para cumplir los sueños de los santacruceños. ¡Sigamos adelante, con esperanza y con la certeza de que un futuro mejor es posible!

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