Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, surgen interrogantes sobre una de sus promesas electorales más ambiciosas: poner fin a la guerra en Ucrania en 24 horas. Desde su campaña presidencial de 2024, Trump ha repetido que podría lograr un acuerdo en un solo día, una afirmación que muchos consideraron poco realista incluso para su estilo de campaña.
Promesas y Realidades
Durante su campaña, Trump afirmó: “Tendré el acuerdo hecho en un día”. Sin embargo, a medida que se acerca su retorno a la presidencia, su enfoque parece haber cambiado. Lo que comenzó como un plazo de “24 horas” ahora se ha transformado en una expectativa de seis meses. En un giro de realidad, Trump ha reconocido que un plazo de seis meses para poner fin a la guerra es más realista.
Tymofiy Mylovanov, exministro de Economía de Ucrania, expresó a Euronews que esta revisión del calendario es una buena señal para Kiev. “El peor escenario posible sería la rendición de Ucrania. Y ese es el escenario de 24 horas en el que básicamente Estados Unidos tiene influencia sobre Ucrania y la UE en términos de apoyo y no tiene mucha influencia en este momento sobre Rusia”, comentó Mylovanov.
Cambios en la Estrategia
Mylovanov también destacó que la discusión de plazos más largos sugiere que Estados Unidos podría estar buscando ejercer presión sobre Rusia. Esto se produce en un contexto donde la administración saliente de Joe Biden intenta confiscar 300,000 millones de dólares en activos rusos, congelados desde el inicio de la invasión a gran escala por parte de Moscú.
La situación indica que la administración Trump podría estar evolucionando hacia un enfoque que no sea tan favorable para Rusia. Mylovanov considera que esto es una buena noticia para Ucrania, aunque también hay preocupaciones sobre lo que la presidencia de Trump podría significar para el país.
Expectativas de Ucrania
El debate sobre lo que Ucrania y Rusia podrían acordar es complicado. Mylovanov señala que los ucranianos no están dispuestos a aceptar cambios constitucionales, el desarme o la cesión de territorios no ocupados. “La gente está dispuesta a aceptar una especie de realidad de facto, pero no a rendirse”, explicó.
El desafío radica en que Putin necesita presentar cualquier acuerdo como una victoria interna, mientras que Ucrania debe garantizar que no se repitan futuras invasiones. Las garantías anteriores dadas por Rusia han sido rotas, lo que hace que cualquier nuevo compromiso requiera más que simples acuerdos en papel.
Conclusión
Con el regreso de Trump a la Casa Blanca, la posibilidad de que se produzcan cambios significativos en la dinámica de la guerra en Ucrania es incierta. Aunque su promesa inicial de resolver el conflicto en 24 horas ha sido revisada, la evolución de su estrategia podría ofrecer nuevas oportunidades y desafíos para Ucrania. La clave estará en encontrar un terreno común que permita a ambas partes avanzar sin comprometer la soberanía y la seguridad de Ucrania. Las próximas semanas y meses serán cruciales para determinar el rumbo de este conflicto y el papel de Estados Unidos en él.