El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha encendido las tensiones diplomáticas al declarar que Estados Unidos “va a recuperar” el canal de Panamá o “va a pasar algo muy poderoso”. Estas declaraciones se produjeron el domingo, generando un revuelo en la comunidad internacional y en las relaciones bilaterales con Panamá.

Durante una conferencia de prensa, Trump expresó su preocupación por la influencia de China en el canal, afirmando que “no le fue entregado a China, sino a Panamá de manera tonta”, y acusó a Beijing de violar acuerdos internacionales. El canal de Panamá, una vía fluvial estratégica, ha sido objeto de atención por parte de funcionarios estadounidenses, quienes consideran que la creciente presencia de empresas chinas en la región representa una amenaza a la seguridad nacional.

El presidente panameño, José Raúl Mulino, ha respondido con firmeza, reiterando que la soberanía de Panamá sobre el canal no está en discusión. Mulino enfatizó que su país no renovará un memorando de entendimiento de 2017 para unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, sugiriendo un cambio en la política exterior panameña hacia una mayor colaboración con Estados Unidos en proyectos de infraestructura.

La visita del secretario de Estado, Marco Rubio, a Panamá, marcó un hito en las relaciones entre ambos países. En su reunión con Mulino y el ministro de Relaciones Exteriores, Javier Martínez-Acha Vásquez, Rubio advirtió que la influencia del Partido Comunista Chino sobre el canal podría obligar a Estados Unidos a “tomar las medidas necesarias” para proteger sus derechos bajo el Tratado sobre la Neutralidad Permanente y el Funcionamiento del Canal de Panamá.

La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, confirmó que Rubio comunicó a los funcionarios panameños la “determinación preliminar” de Trump respecto a la situación en el canal, lo que sugiere que la administración estadounidense está dispuesta a actuar en defensa de sus intereses en la región.

A pesar de las crecientes tensiones, Mulino se comprometió a abordar las preocupaciones de EE.UU. sobre la presencia china en el área del canal, buscando establecer un diálogo constructivo y reafirmando la independencia de Panamá en la gestión de su territorio.

La situación sigue evolucionando, y el impacto de las declaraciones de Trump y las acciones de la administración estadounidense en la región será objeto de seguimiento en los próximos días, mientras se espera que Panamá y EE.UU. trabajen juntos en nuevas iniciativas que fortalezcan sus lazos bilaterales.