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En el contexto político argentino, la gestión del presidente Javier Milei ha sido marcada por un estilo de gobernanza radicalmente diferente al de sus predecesores. Desde su llegada al poder, la “motosierra” de Milei no solo ha hecho eco en el ámbito del gasto público, sino que también ha tenido un impacto devastador en su propio gabinete. Con la reciente salida de Mariano de los Heros, jefe de la ANSES, se contabilizan 119 funcionarios de alto rango destituidos en apenas 428 días de gestión, lo que equivale a aproximadamente dos despidos por semana.
Esta inusitada rotación de personal ha generado un clima de inestabilidad sin precedentes en la administración pública argentina desde el retorno a la democracia. Según los politólogos Pablo Salinas y Ana Castellani, este fenómeno no es solo un reflejo de la política de austeridad del presidente, sino que también revela una crisis de gobernabilidad dentro de su propio equipo. La constante eyectación de funcionarios ha provocado una parálisis en la gestión, ya que cada despido deja un vacío que puede tardar en ser cubierto, lo que interrumpe la continuidad de las políticas públicas.
El Efecto de la Inestabilidad en la Gestión Pública
Los despidos en el gabinete no son meras anécdotas; tienen consecuencias tangibles. Cuando un funcionario es destituido, su capacidad para firmar documentos y llevar a cabo decisiones administrativas se ve interrumpida, lo que puede resultar en un estancamiento de proyectos y políticas. Salinas advierte que este ambiente de incertidumbre no solo paraliza la gestión, sino que también genera un “quietismo” entre los funcionarios, quienes, temerosos de ser despedidos, evitan tomar decisiones importantes.
El Ministerio de Economía, liderado por Luis Caputo, ha sido el más afectado, con 31 cesantías desde el inicio de la gestión. Entre los destituidos se encuentran figuras clave como Flavia Royón, exsecretaria de Minería, y Eduardo García Chirillo, exsecretario de Energía. La falta de claridad sobre las razones de muchos despidos ha alimentado rumores y especulaciones, creando un ambiente de desconfianza que puede afectar la cohesión del gabinete y la eficacia del gobierno.
Un Gabinete en la Cuerda Floja
La situación es aún más preocupante en el Ministerio de Capital Humano, donde 26 funcionarios han sido eyectados. La salida de Mario Russo, exministro de Salud, y otros funcionarios clave ha dejado un vacío que complica aún más la gestión de áreas críticas. Este escenario plantea serias preguntas sobre la capacidad del gobierno para implementar políticas efectivas en sectores vitales como la salud y el bienestar social.
Los despidos no solo afectan a los funcionarios, sino que también tienen repercusiones en la percepción pública del gobierno. La imagen de un presidente que actúa con mano dura puede resultar atractiva para algunos sectores, pero la constante inestabilidad puede erosionar la confianza de la ciudadanía en la capacidad del gobierno para gobernar de manera efectiva.
Conclusión: Un Llamado a la Reflexión
La gestión de Javier Milei está marcada por una serie de decisiones drásticas que, si bien pueden ser vistas como necesarias por algunos, también plantean serias dudas sobre el futuro de la gobernanza en Argentina. La “motosierra” del presidente no solo ha dejado un rastro de despidos, sino que ha creado un entorno de inestabilidad que podría tener consecuencias a largo plazo para la administración pública y la política en general.
Es fundamental que el presidente y su equipo reflexionen sobre la importancia de la continuidad en la gestión y la necesidad de construir un gabinete cohesionado y estable. Solo así podrán enfrentar los desafíos que Argentina tiene por delante y garantizar un gobierno que funcione de manera efectiva en beneficio de todos los ciudadanos.
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