Paola Ponce, una de las damnificadas por el fuego, relató el abandono que sufren los afectados. «No existimos para ellos».

Los incendios forestales que arrasaron con Mallín Ahogado, en El Bolsón, dejaron un rastro de destrucción y desolación. Paola Ponce, vecina de la zona, lo perdió todo. Su casa, su historia, sus recuerdos, quedaron reducidos a cenizas. En medio del dolor, denuncia el abandono de las autoridades y rescata la solidaridad de quienes se acercan a ayudar.

«Así como la ven, esta casa es lo que quedó del incendio que empezó el 30. Las pérdidas fueron totales», dice Paola, mientras se encuentra entre los restos calcinados de su hogar. «Solo algunas paredes quedaron en pie.»

A pesar de las lluvias que cayeron durante dos horas el lunes, los focos de incendio siguen activos y el fuego ya arrasó con miles de hectáreas de bosque y 120 viviendas. «Es algo que te arrancan del alma, son vínculos, historias, reconstrucciones que se borraron. No tengo palabras para describirlo«, confiesa entre lágrimas.

Pero el dolor no es solo por lo material. La falta de acción del municipio y de las autoridades provinciales agrava la situación. «Las personas que nos están ayudando son los propios vecinos, los que vienen y nos alcanzan lo que pueden en la mano, a mí, a mis vecinos, a toda la gente de acá. Desde el primer día del incendio hasta hoy, ellos son los únicos que estuvieron presentes. El municipio, acción social, todo lo que está concentrado en el centro de El Bolsón, no existimos para ellos», denuncia con indignación.

Mientras los incendios siguen devastando la región y muchas familias quedan a la deriva, la solidaridad de la comunidad se vuelve la única red de contención para los damnificados. «Nos dejaron solos, pero nos tenemos entre nosotros», concluye Paola, aferrándose a la esperanza de reconstruir lo perdido.

El incendio en El Bolsón, que comenzó el 31 de enero, sigue activo y preocupa por su avance hacia zonas pobladas. Las llamas han destruido al menos 120 viviendas y obligaron a evacuar a cerca de 1.000 personas. Además, el Comité de Emergencias (COEM) ordenó evacuaciones en los barrios de Loma del Medio y sectores de Río Azul, aunque algunos vecinos decidieron quedarse en sus hogares por temor a saqueos.

Las condiciones climáticas continúan dificultando la tarea de los brigadistas. El Servicio Meteorológico Nacional mantiene una alerta por fuertes vientos, con ráfagas que superan los 95 km/h en las zonas afectadas. La llegada de lluvias durante la madrugada del lunes brindó un leve alivio, aunque las autoridades advierten que no es suficiente para contener completamente el fuego.

En este contexto, el gobierno de Río Negro declaró la emergencia agropecuaria y trabaja en la gestión de asistencia a nivel nacional. “El impacto es significativo y la recuperación demandará tiempo”, señaló el ministro de Desarrollo Económico y Productivo, Carlos Banacloy.

Fuente: ADNSur

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