
La vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, ha marcado un claro distanciamiento del presidente Javier Milei al condenar la represión ejercida por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes que apoyaban a los jubilados frente al Congreso. Este pronunciamiento, realizado en el marco de su visita a la Expoagro, se produce en un momento crítico para el oficialismo de La Libertad Avanza (LLA), que enfrenta una semana complicada en el Senado.
Villarruel expresó su solidaridad con los heridos, tanto entre los manifestantes como entre las fuerzas de seguridad, y subrayó la necesidad de resolver los conflictos a través de métodos democráticos. Su mensaje ha sido interpretado como una crítica indirecta a la gestión de Milei y a las decisiones de su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien ordenó la represión.
La situación en el Senado se torna aún más delicada, ya que el interbloque de Unión por la Patria ha convocado a una sesión especial para tratar los pliegos de los jueces Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo, designados por Milei por decreto. La oposición busca rechazar estas designaciones, lo que podría complicar aún más la gobernabilidad del presidente. Villarruel, quien ha expresado opiniones encontradas sobre los candidatos, se encuentra en una posición vulnerable, ya que su partido necesita mantener la cohesión ante la presión externa.
La semana pasada, Villarruel también enfrentó dificultades en el Senado, donde no se logró la renovación de las autoridades, lo que refleja la falta de consenso y la creciente tensión dentro del oficialismo. La ausencia de senadores del peronismo y la falta de atención del Gobierno a los reclamos provinciales han exacerbado la crisis política.
Mientras tanto, Villarruel ha continuado su recorrido por el país, apoyando a sectores como el agro y solidarizándose con las víctimas de desastres naturales, lo que ha sido bien recibido por sus seguidores. Sin embargo, su relación con Milei se ha tensado, y las críticas de otros miembros del oficialismo hacia su postura sobre la represión y las designaciones judiciales no se han hecho esperar.
Con una agenda llena de desafíos, Villarruel y Milei se enfrentan a una semana decisiva en el Senado, donde la oposición podría dar un golpe significativo a la administración de LLA. La capacidad de Villarruel para navegar estas aguas turbulentas será crucial no solo para su futuro político, sino también para la estabilidad del Gobierno en su conjunto.
A medida que se acerca la sesión del jueves, las negociaciones se intensifican y el futuro de las designaciones judiciales y la gobernabilidad de Milei penden de un hilo. La tensión entre los dos líderes, que alguna vez fueron compañeros de fórmula, se convierte en un foco de atención en el panorama político argentino.


