
El puerto Caleta Paula: una gran pileta a cielo abierto, un puerto privado, una infraestructura deficiente desde su inauguración (realmente el Kirchnerismo lo inauguró tres veces); la terminal marítima que está, pero que nadie sabe para qué. Esta y otras son las opiniones, el imaginario y las creencias que la mayoría de los habitantes de Caleta Olivia – que no tiene un vínculo laboral – de la zona portuaria ubicada al sur este de la ciudad.
Pese a su relativa cercanía con la zona urbana, el puerto aledaño a la localidad es reconocido por diversas situaciones y poco por su capacidad de producción; por su actividad marítima general o por su rol estratégico en el sistema portuario provincial.
Demasiados años siendo escenario de conflicto, demasiado tiempo de promesas incumplidas con gobiernos que lo usaban de escenario político o de tema de campaña. A ciencia cierta, pocos saben lo que pasa «portones adentro», en sus muelles y galpones o en su edificio administrativo aduanero.
Pero alguna vez debía ocurrir que un gobierno advirtiera que, ésta estratégica terminal marítima, podría ser la punta del ovillo – en este caso sería punta del sedal – de una reconversión o transformación en materia de actividad industrial y laboral.
Esto es lo que está ocurriendo por estos días, con poca difusión pese a su importancia, pero con un grado de certidumbre pocas veces visto en esta materia, con el proyecto de reactivación del astillero.
El factor político cuenta
Como ocurre con la mayoría de los temas vinculados al puerto Caleta Paula, solo trascienden las malas noticias. La terminal marítima de Caleta Olivia solo es noticia cuando es mala noticia. Asumido esto, es probable que muy pocos santacruceños hayan conocido que la Legislatura tiene en sus manos la posibilidad de dar un «giro Copernicano» a la actividad naviera provincial. Se trata del proyecto de Ley N°067/25 con el cual se podría poner en marcha el astillero de reparaciones y construcciones navales del Puerto Caleta Paula. No solo eso; además habilitaría los mecanismos para que el gobierno garantice la continuidad de obras y modernización de esa infraestructura.
En la actualidad este proyecto se encuentra en estudio en Comisión de Diputados, paso necesario para encontrar los consensos y apoyos para la aprobación y sanción de la iniciativa. Esto no es tan sencillo, sobre todo porque el proyecto fue presentado por el bloque oficialista Por Santa Cruz, y por estos días los ánimos están caldeados en la Legislatura, con una oposición decidida a endurecer posturas ante cualquier tema. Esto es parte de una realidad que no se puede soslayar cuando se piensa en las herramientas para el desarrollo industrial de la provincia y se analizan las reales posibilidades de que esto ocurra.
También hay que tener en cuenta el contexto: Chubut anunció un astillero en Comodoro Rivadavia que será una competencia directa.
Ocurre que las localidades del Golfo San Jorge de ambos lados de Ramón Santos, lejos de complementarse, históricamente han competido y pocas veces se entendió el concepto de sinergia.
Ahora, en un contexto donde la actividad petrolera sufre una reestructuración del negocio; lo que haga cada provincia será vital para construir alternativas productivas. Es allí donde Santa Cruz deberá tomar la iniciativa; siempre y cuando los diputados de todas las representaciones partidarias entiendan que no es tiempo de mezquindad política, activen su capacidad de análisis y abran la puerta a una nueva etapa para el Puerto de Caleta Olivia.
El futuro o el fracaso
La capacidad para la prestación de servicios es determinante en la ecuación de las economías que avanzan en su reconversión. Pasar de ser un amarradero de barcos a un polo metalmecánico naviero llevaría a Caleta Paula a otro nivel. Se debe tener en cuenta que la flota pesquera en Santa Cruz es de aproximadamente 520 barcos; pero en su mayoría las embarcaciones tienen una antigüedad considerable. Para simplificar: la flota pesquera que opera en la provincia es antigua; aunque no obsoleta los mantenimientos son básicos y los recursos para los mismos escasos. Activar este polo naviero en el puerto de Caleta Olivia no solo es prioritario, sino que es evidente la urgencia de avanzar en este proyecto para no perder la iniciativa ante eventuales competencias en la vecina provincia.
Por otra parte, los costos adicionales que enfrentan las empresas pesqueras instaladas en Santa Cruz cuando requieren de trabajos de mantenimiento específico o reparaciones en los barcos, generan un impacto negativo en el sostenimiento de la industria pesquera local.
Según las proyecciones oficiales, esta nueva industria generaría en principio unos 250 empleos de forma directa; pero a su vez representaría un estímulo para la economía local. En definitiva, la celeridad con la que la Legislatura avance para aprobar este proyecto será determinante para el futuro del puerto y la localidad; a la vez que redundará en beneficios para la industria pesquera provincial.
La aprobación de la Ley será una buena señal de que se ha entendido que Santa Cruz cambia, se industrializa y se vuelca al desarrollo de actividades productivas; o repite viejas historias que ya nos llevaron al fracaso.