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Caleta Olivia
Voluntarios y vecinos de esta ciudad, preocupados por la reiterada situación por la que atraviesan los lobos marinos se contactaron para dejar constancia del desastre ambiental que producen los perros cimarrones, que no son más que perros abandonados por la gente en las rutas o campos aledaños a esa ciudad, y que en sus ansias por sobrevivir se alimentan de lo que encuentran.
Por este motivo referentes de Fundación CADACE y Lorena “Colo” Alvarez de Patitas de vidda , una asociación protectora estuvieron en el lugar después de lo ocurrido, mostraron la triste realidad por la que pasan estos animales, que en otros lugares son cuidados y preservados y realizaron la denuncia por las redes sociales, de la que se hicieron eco algunos medios de la región pero se desconoce si llegó a oídos de las autoridades pertinentes.
Según denunciaron en las redes sociales los referentes de la Fundación ambiental, Prefectura Argentina, Museo Global y Asociación Patagonia Atlántica, estuvieron reunidos a principios de éste año con el titular del Consejo Agrario Provincial, Javier De Urquiza, por la problemática que tuvo a éste organismo en el ojo de la tormenta, por la falta de personal abocado al control y aplicación de sanciones a la gente que inescrupulosamente baja a la playa, a pesar de que existe cartelería que así lo prohíbe por el estrés que ocasiona el ruido y la circulación de las personas que se acercan a la Reserva.
Esa área protegida declarada por Ley provincial como tal, fue invadida hace unas noches, por alrededor de 13 perros que atacaron a los lobos marinos y dejaron un panorama desolador de devastación en la playa cercana a la Fundación CADACE.
Estas conductas han propiciado que las hembras no tengan sus crías en esa playa y se trasladen a Monte Laoyza o bien a Punta del Marqués en Villa Rada Tilly.

Promesa
Según los referentes que se pusieron en contacto, De Urquiza prometió alambrado para cercar esa zona, ya que no cuenta con guarda fauna. Pero el problema de los perros cimarrones no se terminará con el alambrado.
El gran problema que aquí se plantea es la falta de responsabilidad de la gente que tiene perros y no los cuida como deberían.
A pesar de que el municipio y las protectoras de animales se han unido para castrar, desparasitar y vacunar las mascotas, muchos no le dan importancia y no se responsabilizan de sus canes como deberían, abandonándolos en la ruta o en campos aledaños. De ésta manera los perros se ven obligados a cazar lo que encuentren en su camino.
Esta situación que atraviesan los lobos marinos, se detendrá cuando el municipio local, cumpla con la ordenanza de controlar y sancionar a los dueños de perros y hacerles cumplir la reglamentación como tenedor responsable de su animal, y el estado provincial disponga personal para cuidar y proteger éste recurso natural.
“Mientras, los ciudadanos de Caleta Olivia, seguirán esperando al camión, prometido por De Urquiza, que trae el alambrado”, indicaron en la carta enviada a Diario Más Prensa firmada por Silvina Sotomayor Amelung.

Cercado
Después de tanto reclamar, de pedir y de escuchar promesas, algunos vecinos voluntarios e integrantes de la fundación Cadace y la Escuela Biologia Marina decidieron, este fin de semana, hacer algo con el lugar.
Pusieron una cuerda que limita y protege a los lobos, ya que no sólo la presencia de perros cimarrones representa un problema, sino también la gente que no respeta la cartelería existente en la zona y se acerca a molestar a los lobos.
La solución era algo simple y que funciona. No era tan difícil, parece, como para que las autoridades dejen de mirar hacia otro lado y brinden la respuesta adecuada. Ahora la gente no se acerca tanto a los lobos.

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