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Caleta Olivia
Si el fin de semana te despiertas pronto, como si fueses a trabajar, puede que no sea tan malo: dormir mucho durante los festivos puede perjudicar tu salud.
Durante los días entre semana seguro que duermes poco: te acuestas tarde y te levantas pronto para ir a trabajar. Vas acumulando cansancio y te vas guardando horas de sueño que recuperarás, posiblemente durante el fin de semana. Tal vez, dormir mucho en tus días libres, no es la mejor opción, ni la más saludable o recomendable para tu metabolismo.
Ya hace tiempo que varios estudios han demostrado que existe una asociación entre el trabajo por turnos y un mayor riesgo de enfermedad cardiaca y diabetes. El hecho de no llevar un horario fijo o no seguir una rutina, afecta de manera negativa en tu salud, en especial en tu metabolismo, lo que provoca que seas más propensa a sufrir algunas enfermedades.
Pues bien, desde hace poco, se ha empezado a investigar también todo lo relacionado con las horas de sueño, los hábitos a la hora de irse a dormir y las rutinas del sueño. Una investigación, publicada en Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, ha encontrado una asociación similar en las personas cuyos horarios para ir a dormir cambian el fin de semana. Durante siete días, 447 hombres y mujeres de entre 30 a 54 llevaron dispositivos que medían el movimiento y hacían un seguimiento cuando se quedaban dormidos y despertaban.
Casi el 85% de ellos se iba a dormir y se despertaba tarde en sus días libres. Los investigadores hallaron que en estos casos había un mayor riesgo metabólico. Dormir mucho durante el fin de semana y los días libres se vinculó a una disminución del colesterol HDL (colesterol bueno), a triglicéridos elevados, a una mayor resistencia a la insulina y a un mayor índice de masa corporal. Esto se compensó controlando la actividad física, la ingesta de calorías, el consumo de alcohol y otros factores.
De la misma manera que compensar los excesos con la comida no son nada recomendables, o los atracones de comida no son saludables, los expertos recomiendan no darse esos atracones de sueño reparador. Tu cuerpo se acostumbra a dormir unas horas concretas durante los días entre semana y cambiar esos hábitos bruscamente durante los fines de semana puede conllevar muchos problemas de salud si esta práctica se prolonga en el tiempo.

Siesta
Es evidente que, el fin de semana puedas dormir más y mejor, ya que, no tienes que seguir un horario y no estás estresada o preocupada por el trabajo. Ahora bien, estas horas de más no deberían ser demasiadas, solo las necesarias para que tu cuerpo esté listo para rendir a lo largo del día. Dormir unas ocho horas diarias, incluso los fines de semana, es lo recomendable para gozar de buena salud. Si duermes poco durante la semana y quieres recargar las pilas los fines de semana, lo recomendable es hacer siestas, de unos 20 o 30 minutos que te permitan desconectar unos minutos al día de tus obligaciones y te ayuden a reparar la mente y el cuerpo.

Mitos y falsas creencias sobre dormir
Desterrar mitos y falsas creencias alrededor de la cama es el primer paso para el descanso racional y planificado.
Desmienten falsos mitos sobre el sueño:
1. Si duermo menos hoy, ya compensaré mañana (o el fin de semana)
El sueño no se recupera y tampoco es cierto que por dormir más un día acumulamos horas de sueño para compensarlas a nuestro antojo. De hecho, la pérdida de horas de sueño es acumulativa por lo que si duermes una hora menos cada día, esta se irá sumando a la hora menos de los días siguientes. En otras palabras, la sensación después de dormir seis horas diarias durante tres días consecutivos es igual a haber dormido tres horas cada día (que son las que faltarían).
2. Si duermo más, rendiré más
Reincide en la misma idea que la sentencia anterior y, por lo tanto, resulta errónea. No dormimos más de lo que necesitamos y nuestra vigilia será tan provechosa como reparador haya sido el sueño de la noche anterior.
3. La siesta es perjudicial
Para los adultos es totalmente saludable desconectar a diario unos 20 minutos con este sueño diurno. Es el tiempo necesario para recargarnos de energía. Cuando dormimos más de este tiempo nos levantamos aturdidos, es por eso que hay gente que alega que le sienta mal hacer la siesta.
4. Si estoy cansado, dormiré mejor
Cuántas veces estamos tan exhaustos que ni siquiera conseguimos dormir. El cansancio procede de una estimulación excesiva del organismo que, a la postre, impide descansar adecuadamente. Así que debemos descartar el gimnasio en las tres horas previas al sueño. A pesar de que el ejercicio físico nos relaje, también aumenta la temperatura del cerebro, dificultando el inicio del sueño.
5. Necesito la tele o amodorrarme en el sofá
La única verdad es que si nos adormecemos en un sitio diferente del dormitorio para después trasladarnos a la cama, solo estaremos interrumpiendo el sueño. Y cuantas más interrupciones, el sueño resultará más superficial y hará que nos levantemos al día siguiente confusos y agotados.
6. No poder dormir es cosa de la edad
Los trastornos del sueño se presentan con parecida frecuencia a lo largo de toda la vida, aunque sí es cierto que las personas de edad avanzada acusan más algunos de ellos. Así, por ejemplo, aunque sueñan igual que el resto, al tener más despertares nocturnos son más susceptibles de recordar los sueños y, en consecuencia, las pesadillas.
7. Yo nunca sueño
Todos soñamos, pero no todos recordamos los sueños. Los ensueños aparecen en la fase REM, que supone del 15% al 20% de nuestro tiempo de sueño. Para recordarlos deberíamos despertarnos precisamente en ese instante y tener la suficiente claridad mental. Con la edad el número de despertares aumenta, por lo que los ancianos recuerdan más los sueños mientras que los adultos y los jóvenes apenas pueden explicar el más reciente. También es normal que algunas personas no recuerden jamás un sueño.