Buenos Aires
Luciana Báez, quien es la actual titular de Austral Construcciones SA, aseguró ayer a la Justicia Federal que en el conglomerado empresario familiar “quien tomaba las decisiones y las ejecutaba era Lázaro Báez”, su padre, y propuso que “deberían interrogarlo”.
La mujer, que quedó al frente de las empresas del grupo Báez desde que su padre cayera detenido hace un año, concurrió a ampliar su declaración indagatoria ante el juez Sebastián Casanello en la causa denominada “ruta del dinero K” y presentó un escrito de descargo. Báez hija reiteró que “jamás” ha “sido titular de una cuenta bancaria en el exterior” ni “realizado actos de disposición de dinero en el exterior” así como tampoco ha “operado, de cualquier modo y bajo cualquier circunstancia, una cuenta bancaria extranjera”.
“De manera que niego totalmente la imputación que se me atribuye”, añadió.
El descargo coincidió con la estrategia procesal usada por su hermano Leandro que, el viernes pasado en su ampliación de indagatoria, sostuvo que “las decisiones en el grupo empresario fueron tomadas por Lázaro Báez, en forma inconsulta, y por su estilo personalista, sin mediar diálogo alguno”.
Cuentas en Suiza
Casanello volvió a citar a indagatoria a los tres hijos de Báez que no están procesados luego de que Suiza informó que existen cuentas bancarias por 2,3 millones de dólares y euros en los bancos J. Safra y PKB Privatbank SA.
Un informe de la Unidad de Información Financiera (UIF) había asegurado en 2016 que en Suiza existían cuentas con unos 20 millones de dólares depositados a nombre de los hijos de Báez en Suiza, motivo por el cual el juez ya los indagó el año pasado aunque no resolvió sus situaciones procesales. Según la acusación de la fiscalía, esas cuentas fueron usadas para sacar de la Argentina el dinero que se había recibido a través de la obra pública concedida al emporio Austral Construcciones.
El dinero, sostiene el juez, fue luego reingresado a la Argentina a través de la compra de bonos argentinos en Suiza, que fueron vendidos por Helvetic Services Group, con el fin de darle apariencia de licitud a la maniobra.
Martín Báez, el hijo mayor de Lázaro que -a diferencia de sus hermanos- ya está procesado en la causa, tiene otra defensa y deberá presentarse el próximo jueves en los tribunales de Comodoro Py 2002.
Los procesados
En esta causa también están procesados el empresario Lázaro Báez y su contador Daniel Pérez Gadín -ambos cumplen prisión preventiva en el penal de Ezeiza-, el dueño de la financiera SGI (”La Rosadita”), César Gustavo Fernández, el propietario de la empresa privada de aviación Top Air, Walter Zanzot, y el operador financiero Fabián Rossi.
Los acusados fueron imputados como coautores y partícipes, en distintos grados, del delito de lavado de activos, para el que se prevé una pena máxima de diez años de prisión.
Esta causa había comenzado en abril de 2013 con un informe del programa Periodismo para Todos de Jorge Lanata, por Canal 13, donde el operador Leonardo Fariña y el financista Federico Elaskar hablaban de las maniobras de lavado de dinero de Báez.
El expediente, sin embargo, cobró un nuevo impulso con la aparición de un video de seguridad grabado en la financiera SGI de Puerto Madero, conocida como “La Rosadita”, en donde se veía a varios de los procesados contando millones de billetes de dólares y euros.
La estrategia
A fines de febrero, citada por el Juez Claudio Bonadió, Luciana también declaró que su padre “manejaba todo lo que pasaba” en los negocios familiares, en línea con lo que ayer dijeron también ante la Justicia sus hermanos, Martín y Leandro. Cuando fue Indagada por el juez federal, respondió y aseguró que su padre era quien tomaba las “decisiones finales” en relación con los negocios que su familia hacía con los Kirchner, a través de la empresa Los Sauces, según la declaración a la que accedió la agencia Télam. “Siempre dijo que era su amigo”, contestó Luciana Báez, cuando se le preguntó por la relación de su padre con el fallecido ex presidente Néstor Kirchner.
En esa oportunidad, Leandro Báez, el hijo menor del empresario, también se distanció de su padre y dijo ante Bonadio: “Él [por Lázaro Báez] manejaba todo. Todo lo manejaba. Si uno se oponía era lo mismo que nada. No había delegación de funciones. No te daba lugar a nada”, había sentenciado.