consenso

Caleta Olivia
Mientras redactaba la letra del “jingle” de campaña de CONSENSO CALETA OLIVIA, se me ocurrió este juego de palabras.
En esta Argentina de grietas y enemistades, los grupos a favor de la despenalización del aborto se identifican con el pañuelo verde. Vaya paradoja: el color esperanza es el color de la muerte. Y otra paradoja más: los pañuelos verdes son agitados por muchas personas que pelean contra la violencia de género. Para defenderlas, dicen que el cuerpo de la mujer “no se viola, no se mata, no se daña”. Pero a ese cuerpo ¿se lo puede violar y dañar para matar al ser que lleva dentro?
Es hora de empezar a gritar que, en este tema, el color esperanza es el azul. Esperanza de una sociedad coherente. Con la familia como columna vertebral.
Estos juegos de opuestos y mensajes subliminales hacen que nuestra sociedad sea acechada sin que muchos puedan verlo y que se encuentre en peligro nuestra concepción de la familia y la estructura social de la Nación. Y como ellos gritan fuerte, muchos prefieren retraerse en lugar de chocar y tener que soportar agravios y ataques.

ESI
La Educación Sexual Integral (ESI), disfrazada como una manera de romper tabúes y aportar a la formación de los niños, se ha transformado en una herramienta de disciplinamiento, que pretende que los padres pierdan derechos sobre sus hijos y que la Escuela (o sea, el Gobierno a través del programa de enseñanza) eduque a los niños en disvalores.
Los planes fascistas y comunistas del siglo pasado lo intentaron. Transformar la Escuela, que debe ser el lugar donde los niños sean conducidos por los docentes al camino de la libertad y amplitud de conciencia en un Centro de Adoctrinamiento, prepara a los alumnos para ser manipulados por el poder establecido.
El derecho de enseñar a los niños lo que está bien y lo que está mal, deja de ser de los padres y pasa a ser del Estado. La ESI enseña que “somos libres, incluso de nuestros padres”. Entonces ¿Quién nos contiene cuando necesitamos apoyo? La Escuela ¿Quién dispone las herramientas con que cuenta la Escuela? EL ESTADO, o sea ELLOS.

Titeres
Los títeres de cabotaje creen que matar a un niño por nacer te hace libre o que es correcto desdibujar los valores, porque son autoritarios. Izan la enseña patria junto a la bandera que identifica al orgullo gay y a la comunidad LGBT y cambian la letra del Himno Nacional con consignas feministas.
Insultan al Presidente sin entender que insultan una investidura. Impiden el paso de otros cuando tienen un reclamo que hacer y defecan en las iglesias porque, literalmente, se cagan en los valores que respetan muchos otros ciudadanos. Se puede ver que estas actitudes tienen algo en común: son atropellos a los valores que hicieron grande este país.
En estos días, un grupo de veganos irrumpió en la Exposición Anual de la Sociedad Rural de Buenos Aires, para protestar contra el consumo de carne animal. Y luego se victimizaron por haber sido expulsados del lugar con la misma violencia con que ellos habían irrumpido. Las personas que pasan el año completo preparando ese momento, no tenían que verse atropelladas por alguien que piensa diferente.

Valores
Los “titirizados” creen que manejan una lucha por la libertad y contra la opresión, pero no saben que hace algunas décadas, ya se postulaba en Naciones Unidas la necesidad de las potencias del llamado Primer Mundo de socavar los valores familiares de los países periféricos para, entre otras cosas, “impedir que el aumento de sus poblaciones haga crecer el consumo y ponga en riesgo los excedentes que deben usarse en los países centrales”.
Los mismos titirizados que insultan al Presidente y que lo acusan de someterse a los designios de los poderosos del mundo, le hacen el caldo gordo a gente como George Soros o David Rockefeller III, que sin ningún eufemismo detallaron en discursos públicos (que circulan por Youtube) sus planes para evitar el crecimiento de las poblaciones tercermundistas.
La Patria, la fe, la familia, la decencia, la ficha limpia, la honestidad, la generosidad, el respeto por el otro, la dignidad de trabajar, el respeto a los padres, el respeto a los hijos desde que son concebidos. Todos aspectos que hemos descuidado por acción o por omisión. No son tiempos de tibiezas. Debemos enfrentar a los titirizados que sin saberlo están minando las bases sobre las que se construyó nuestro país, en beneficio de los poderosos de los países centrales que tienen ese plan diabólico para nosotros.
Si es posible enfrentarlos con educación. Pero si gritan deberemos gritar más fuerte. Y si es de prepo, deberemos hacer como los gauchos de la Rural. No proponer pelea, pero tampoco rehusarla ante un atropello.