Así lo expresó el vicepresidente de la Unión Cívica Radical Santa Cruz. Alberto Lozano, y destacó que «cualquier interrupción de un gobierno elegido es nociva».
Hizo referencia a una nueva conmemoración del 24 de marzo, Día nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, «fecha significativa que nos exhorta al recuerdo y a la reflexión».
Aludió a la fecha reflexionando que «algunos vivieron esa época, otros la conocen por comentarios y muchos no la tienen presente. Pero este día implica el inicio de una historia, trágica, siniestra y cruenta para el pueblo argentino. Se interrumpe la vida en democracia».
En tal contexto, Lozano indicó que «desaparecieron los partidos políticos, se cercenaron derechos constitucionales, la libertad fue conculcada; y cualquier posibilidad de reunión de gremios, estudiantes, trabajadores o ciudadanos fue vedada. Además la prensa fue tutelada igual que teatros, cines o cualquier otra actividad cultural, con escritores, cantantes, actores prohibidos y perseguidos».
«Años de tortura, desaparición y muerte. Muchos argentinos exiliados y otros en la clandestinidad, porque cualquier sospecha, cualquier indicio era suficiente para ser detenido y privado de la libertad», agregó Lozano.

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Alberto Lozano, vicepresidente de la UCR Santa Cruz.

«Este- continuó- es un hecho que no puede pasar desapercibido. Cuando uno pierde la libertad es despojado de un bien preciado, de la posibilidad de disentir, de opinar, de tener pensamiento crítico y reflexivo, de elegir o ser elegido, de participar y ser protagonista de los cambios necesarios en la sociedad».
El vicepresidente de la UCR enfatizó que seguramente con errores, pero también con aciertos, se pueden lograr los objetivos con los recursos que nos da la democracia, para enderezar conductas y fortalecer valores. «Cualquier interrupción de un gobierno elegido es nociva, la dictadura nunca es buena, ni lo son quienes alientan los quiebres institucionales».
Alberto Lozano enfatizó en la importancia de recordar los acontecimientos que motivaron al último golpe de estado con el gobierno de facto que se instaló en 1976. «Indudablemente encontraremos varios responsables, desgobierno e intereses ilegítimos, pero también nos daremos cuenta que nada justifica un golpe cívico militar».
Para finalizar sentenció: «Hemos pagado un alto costo, pero hoy llevamos 37 años ininterrumpidos de gobiernos elegidos por el voto popular. Asimismo necesitamos que aquellos que gestionan y gobiernan, lo hagan al amparo de las leyes e instituciones, respetando el disenso, el aporte de las minorías y que las legitimidades de los actos de gobierno se encuentren amparados y sujetos a los intereses de la República. La democracia es imperfecta, también frágil, pero la mejor forma de salvaguardarla es con más y mejor democracia. Esa debe ser la premisa de todos los ciudadanos y mucho más de los que nos gobiernan».