Karin SIlvina Hiebaum
Los ojos y la mirada, son el espejo del alma
Los ojos, y sobre todo, las miradas pueden llegar a decir mucho de nosotros.
De los cinco sentidos (vista, tacto, oído, olfato y gusto), el ser humano puede llegar a desarrollar unos más que otros.
Sin embargo, la vista podría decirse que es el protagonista más sincero de nosotros mismos en diferentes contextos y circunstancias. De ahí que normalmente se dice que los ojos son el espejo del alma.
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos nos cruzamos con diferentes personas de nuestro alrededor.
¿Qué revelan nuestros ojos sobre nuestra personalidad?
A través de nuestra mirada podemos infundir confianza, rechazar, anunciar nuestro estado de humor, seducir o provocar incómodas situaciones cuando, por el motivo que sea, ponemos una de esas miradas cargadas de odio.
Visto desde la perspectiva de la “programación neurolingüística”, los ojos son como claves oculares y la manera de obtener información a través de lo que observan.
Con la mirada podemos saber si la persona está pensando, recordando o manteniendo un diálogo interno. Esto ocurre cuando los ojos van arriba a la izquierda.
Las personas que son menos visuales y son más auditivas, cuando reconstruyen sonidos, sus ojos van a nivel medio a la izquierda y si los están recordando van del medio a la derecha.
Otra señal que evidencia nuestro estado de ánimo claramente es lo que se conoce como “miradas desafiantes”. Todos en alguna ocasión la hemos experimentado también cuando ponemos la mirada en otro fijamente y la mantenemos con intención exageradamente.
Tipos de miradas
El poderoso lenguaje no verbal de nuestros ojos los convierte en pequeñas ventanas a través de las cuales se asoma nuestra alma y deja entrever nuestros sentimientos con mayor o menor intención.
Estas son algunas de las miradas más comunes. ¿Con cuál se identifica más tu alma?
Mirada de reojo: cuando uno de siente espiado o acechado.
Mirada por encima de las gafas: este tipo de mirada dada por un jefe o superior connota no solo autoridad, sino que se ha cometido alguna falta. Es probable que le intimide tanto que deba preguntar.
Mirada escaneo: es esa molesta mirada de arriba a abajo. Suele darse en personas que se sienten atraídas por otras.
Una mirada morbosa: esta es una de las miradas que causan rechazo ya que la persona siente que la están faltando al respeto.
Mirada de decepción: pueden provenir de personas que son ofendidas por algún motivo, normalmente en relaciones familiares, amistosas y amorosas.
La mirada de culpa: cuando uno siente que tiene algo pendiente por resolver y cree que los demás lo señalan.
Miradas que enamoran: provenga de quien provenga, son aquellas miradas con brillo que causan ternura. Como si existiera algún tipo de química mágica con esa persona.
Las miradas vacías: paradójicamente dicen mucho sin decir nada. Cuando una persona está triste o pensativa por algo negativo que le ha ocurrido y sus ojos se convierten como en dos pequeñas cuencas que no responden a los estímulos de su alrededor.
Sin embargo, la gran pregunta sería ¿es nuestra alma habitualmente correspondida?
Depende de la timidez, el deseo o la carga que cada mirada conlleve. Por suerte, el mundo está lleno de miradas que buscan alimentarse de otras llenas de chispa, ilusión y, sobre todo, de ver y empaparse de otra alma parecida a la suya.