El buen periodismo trata de llegar a la verdad o, al menos, a una parte importante de ella. Busca todas las fuentes posibles, incluidas las que son difíciles o peligrosas de alcanzar. Comprueba los hechos y hace juicios explícitos acerca de la calidad de las pruebas. Una de sus formas más puras es la del testigo presencial de acontecimientos importantes. Después, el buen periodismo trata de contar la historia, de describir, mostrar, explicar y analizar, tan clara y vívidamente como sea posible, haciendo que la materia sea accesible a públicos que de otra forma no la conocerían.

“La primera obligación del periodismo es con la verdad”: este, ni más ni menos, es el primero de los “elementos del periodismo” enumerados por Bill Kovach y Tom Rosenstiel. “No puede haber una ley superior en el periodismo que decir la verdad y afear el mal”, escribe Walter Lippmann. Entre los “modos de decir la verdad”, Hannah Arendt incluye “la soledad del filósofo, el aislamiento del científico y del artista, la imparcialidad del historiador y del juez y la independencia del buscador de hechos, el testigo y el reportero”. Michael Schudson interpreta que Arendt hace del reportero la culminación de su lista: “El reportero ocupa un lugar especial entre quienes se comprometen a buscar las verdades de las que dependen las personas dueñas de sus actos.”

Feliz día a todos mis Colegas

Karin SIlvina Hiebaum