Cristina esta desquiciada, y está en Santa Cruz. La sacan de quicio la falta de candidatos que “salgan a la calle” a “buscar los votos” que parece estar perdiendo el kirchnerismo por la falta de candidatos que “pongan lo que hay que poner. Son unos pelotudos (sic)”, dice en referencia a los intendentes que levantan la mano para ser candidato y que hasta ahora solo se muestran en los papeles y hacia adentro pero que no convencen a nadie.
Es que ni con “la mano” que le dio la cúpula de la Unión Cívica Radical santacruceña, que se negó a “armar” un frente opositor unido pareciera que le alcanzaría al oficialismo para “dar vuelta” el enojo de la gente, sumado al desánimo de la militancia por el destrato constante de sus militantes.
El lanzamiento del “Plan Autito” con supuestos beneficios para los santacruceños que quieren comprar autos importados, tampoco podría mover la aguja electoral, cuando hay santacruceños que más que en comprar autos están pensando en cómo van a llega a fin de mes; incluso en que van a comer mañana.
La telaraña de Cristina
Un armado que no convence a nadie, santacruceños que apenas sobreviven a la inflación galopante y descreída del relato; candidatos que no funcionan y el peligro que le resulta Vidal a la hegemonía kirchnerista; este es el escenario que encuentras Cristina mientras intenta tejer “su telaraña” electoral desde Santa Cruz.
Llegó el jueves y aprovechará este fin de semana largo para intentar hacer lo que antes hacía con efectividad y ahora no logra: definir una estrategia.
Es que no tiene con qué y la dirigencia oficialista provincial no ayuda demasiado.
Mientras permanece recluida en su casa y apenas si recibe a “algunos” a los que no escucha, pero que la deben escuchar con mucha atención; intentará por estos días imponer su idea del “armado” de Lemas para mostrar algo de “mando”.
Son siete sub lemas en el frente Unidos por la Patria, pero ella considera que son apenas dos quienes “juntarán” algún voto extra fuera del “núcleo duro”. A nivel nacional su “rosca” no va mucho mejor.
Esta vez el entramado es más endeble; se le “revelaron” no solamente los “Albertistas” sino también intendentes que pretenden alejarse de La Cámpora. En las últimas horas, el Ministro Aníbal Fernández no dudó en tildarla de “caprichosa” y cuestionar al espacio político cuyo jefe es Máximo. “Hace mucho que no hablo con ninguno de los dos. Con Cristina, porque no da lugar a que uno pueda charlarlo; y con Máximo, porque dice que conduce La Cámpora y la actitud de La Cámpora no tiene nada que ver con el peronismo”, sentenció Aníbal.
Así las cosas, la vicepresidente de Alberto, que supo ser quien lo colocó en el “poder” para luego “lo abandonó” a su suerte mostrando una distancia hipócrita; se encuentra debilitada de “poder” y sólo espera que en Santa Cruz sus candidatos que hasta ahora “no funcionan” salga a la calle y se muestren competitivos.
Un “rejunte” para competir
Tampoco vale la pena analizar el discurso de Cristina porque es un mensaje dirigido exclusivamente a los “suyos”. Sabe que le será difícil retener el “poder” a nivel nacional; por eso lo último que quiere es perder su bastión en Santa Cruz.
Con el rejunte de intendentes que planea presentar el oficialismo provincial sabe que no le alcanza; por otra parte, alienta el capricho de Máximo de ser dirigente de peso y “controlar” lo que puede en Buenos Aires.
La carta que aún le queda es convencer a su cuñada Alicia que se exponga una vez más y vaya por la “re- re” elección. Pero la gobernadora “está cansada” y se lo dice a sus más cercanos. Pero no se trata de ganas o deseos; se trata de una gestión gastada e ineficaz; que acarrea el “hartazgo” de la mayoría de los empleados provinciales a quienes “encima”, ahora los mandan a militar; y al que no le guste que se atenga a las consecuencias.
Este es el panorama que enfrenta el kirchnerismo y los “auto percibidos peronistas” en Santa Cruz, mientras que los peronistas comienzan a ver como un “compañero” a Claudio Vidal, el dirigente sindical, que ya le arrebató una banca de diputado nacional a la “histórica elite política” provincial; y que además ahora es señalado por medios nacionales y analistas como la figura que dirimiría los comicios en un escenario de tres tercios.
Nada nuevo que ofrecer
Ocurre que nada de lo que no se hizo en 30 años con “todo el poder” en sus manos lo harán ahora. Tiene lógica pensar que lo que ofrecen para los próximos cuatro años es “menos de lo mismo”. Sobre todo, con un gobierno nacional de otro color político. Esto no es una suposición o anhelo opositor; es lo que piensa la familia Kirchner y por eso desdoblaron las elecciones y prefirieron la contienda en agosto.
Esta semana el oficialismo inscribió su frente con un nuevo nombra y pasaron del Frente de Todos a Unión Por la Patria; como para mostrar algo nuevo; siguiendo la lógica de construir relatos y en este caso simulando que un nuevo nombre “por magia” los hace nuevos y distintos. Un detalle, es que uno de los lemas presentados se llama “instrumento electoral”, dato que muestra el desgano “propio” hasta para presentarse con nombres “épicos”.
Si desdoblar las elecciones fue un “error de cálculo”, se sabrá pronto y está en manos del electorado santacruceño. Un electorado golpeado por la crisis económica y que ésta vez no parece dispuesto a “comprar el relato”.
Cristina está desquiciada, y no es para menos; en agosto se juega su feudo familiar y parece que esta vez los santacruceños están pensando que hay otro futuro, un futuro que no incluye a nadie con el apellido Kirchner ni sus “empleados-funcionarios a sueldo” que vienen viviendo de la política y de los santacruceños.