Karin Silvina Hiebaum – International Press
Un estudio realizado en la Universidad de Alcalá en España, determinó que los jóvenes entre 14 y 30 años no cuidan su escritura cuando se comunican en las redes sociales. Adicionalmente, el 88,5% asume que no cuidan la elaboración de sus textos al escribir en dispositivos móviles como lo harían en otro formato, en cambio, el 20% escriben como hablan. Estas estadísticas pueden emularse sin problema en el resto del mundo. ¿Cómo se involucran las marcas, empresas y medios digitales en esta debacle comunicacional?
Cada día dependemos más de la escritura. El cambio en el modelo de negocios nos obliga a usar esta rama de la comunicación. Pero, la rapidez y la urgencia de llevar mensajes destruye la herramienta. Una marca debe entender que es responsable de una comunidad o de una audiencia, si el mensaje está mal escrito, falta el respeto al público que lo sigue.
Por un mundo sin: “ola ke ase?”
¿Cuidar la ortografía afecta la productividad? ¡Al contrario! Si una marca tiene el suficiente cuidado, presupuesto y dedicación, para crear una etiqueta, entonces por qué no cuidar la ortografía en redes sociales y anuncios. No es para nada necesario correr el riesgo de perder un cliente o trabajo porque no se ofrece calidad.
El poeta y ensayista, Rafael Cadenas, explica maravillosamente cómo debemos asumir el lenguaje con un ejemplo algo inusual.
“¿Qué diferencia existe, por ejemplo, entre un árbol, un deseo, una palabra? Todo, absolutamente todo, forma parte de la realidad, que es, en última instancia, desconocida. Pero siendo desconocida, nos constituye, es nuestro fondo, por lo que también le pertenecemos, lo cual nos confiere una dignidad que no percibimos ni tampoco solemos honrar, pues ¿cuándo la tenemos presente con fuerza decisiva?
Si un árbol es un milagro, no lo es menos un deseo, una palabra. ¿Por qué habríamos de otorgarle un puesto mayor al árbol? ¿Porque no está contaminado por el yo? ¿Porque es trasunto de lo desconocido? ¿Quién nos autorizó para establecer divisiones? ¿No es falta de humildad hacer afirmaciones sobre lo que es o no real?
Todo pertenece a una misma dimensión, todo o nada”.
Todo se basa en el contenido
Las personas están cansadas de la publicidad tradicional, incluso antes del boom del internet, por eso el marketing de contenido es una opción barata, eficiente y con resultados notables a mediano y largo plazo.
Pero ese es el problema, muchos no entienden cómo puede funcionar para su negocio, pero la gente está hastiada que les vendan por todos los canales posibles. Es invasivo, ególatra y unidireccional.
En cambio, el contenido de valor aporta algo a sus vidas, y si lo haces correctamente, es decir, un tema bien pensado, estructurado y sobre todo, bien escrito, empezarás a formar parte de sus vidas, crearás nexos y no serán solo clientes convencionales, los fidelizarás.
¿Qué puedes hacer para escribir bien?
La pregunta del millón la respondemos con una infografía.