Karin Silvina Hiebaum – International Press

FINALIZADA LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, UN NUEVO COMIENZO Austria, como parte ocupada por parte del Tercer Reich Alemán de Adolf Hitler se rindió de manera incondicional a los Aliados en la Segunda Guerra Mundial el 8 de mayo de 1945. Austria había sido invadida y ocupada por las fuerzas alemanas a raíz del Anschlussh o «unión» […]

FINALIZADA LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, UN NUEVO COMIENZO
Austria, como parte ocupada por parte del Tercer Reich Alemán de Adolf Hitler se rindió de manera incondicional a los Aliados en la Segunda Guerra Mundial el 8 de mayo de 1945. Austria había sido invadida y ocupada por las fuerzas alemanas a raíz del Anschlussh o «unión» en marzo de 1938, acción condenada en su momento por la Comunidad Internacional declarándola ilegal.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, Austria fue ocupada por las fuerzas aliadas (Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña y Francia) que dividieron el país y la capital Viena en cuatro zonas de ocupación, con cada zona siendo controlada por una de las fuerzas militares aliadas, siguiendo así el modelo aplicado en Alemania y Berlín.

Distritos de ocupación en Viena señalando los barrios que estaban controlados por cada una de las potencias aliadas. (Christoph Lingg)
Los aliados establecieron un gobierno provisional en 1945 y Austria se convirtió en una república democrática. Sin embargo, la situación en Austria seguía siendo muy tensa debido a las diferencias ideológicas entre los partidos políticos, los conflictos entre las fuerzas de ocupación y los austriacos.

Finalizada la ocupación aliada tras diez años, se daba paso a un nuevo comienzo para el país que en 1955 firmaba el Tratado de Estado Austríaco, que restauró la plena independencia de Austria y garantizó la retirada de todas las fuerzas militares extranjeras del país. El tratado también estableció la neutralidad señalando que Austria no participaría en ningún bloque militar, reconocimiento de sus fronteras, así como el compromiso de no unirse a ningún otro país sin el consentimiento de los Aliados. La destacable neutralidad ha sido una parte fundamental de su política exterior desde entonces, caracterizando sus relaciones internacionales dentro y fuera de Europa.

Sin embargo, su carácter de país neutral rodeado de los dos bloques dominantes de la Guerra Fría (el mundo occidental democrático y capitalista frente al mundo oriental autocrático y comunista) convirtió a Austria y particularmente a Viena en un tablero perfecto para el juego de espías.



LA GUERRA FRÍA EN EL TABLERO AUSTRIACO
Austria, como país neutral durante la Guerra Fría, fue uno de los lugares donde las tensiones entre los bloques occidental y soviético se manifestaron más claramente. A pesar de la neutralidad de Austria, el país se encontraba geográficamente en una posición estratégica en Europa Central, lo que lo convirtió en un lugar importante para la competencia entre las superpotencias.

Durante la Guerra Fría, Austria se mantuvo fuera de la OTAN y del Pacto de Varsovia, y se esforzó por mantener una política exterior equilibrada e independiente. El país buscó construir relaciones con todos los países europeos, incluyendo los del bloque soviético, y mantuvo relaciones diplomáticas con los Estados Unidos y la Unión Soviética, en medio de un complejo juego de equilibrios.

En el período de la Guerra Fría, Austria fue el escenario de varios incidentes que reflejaron las tensiones entre los bloques. En 1955, después de la firma del Tratado de Estado Austríaco, el país se convirtió en una zona desmilitarizada y neutral, pero esto no impidió la infiltración de agentes de inteligencia de ambos bloques. También se produjeron varios accidentes en la zona de ocupación soviética, incluyendo el derribo de un avión de pasajeros de Austrian Airlines en 1955, que fue atribuido a un error militar soviético.

La política de neutralidad de Austria durante la Guerra Fría permitió al país alpino mantenerse relativamente alejado de la competencia y las tensiones entre los bloques, aunque aún era vulnerable a los riesgos y desafíos de ser un lugar de encuentro y escenario de enfrentamientos entre los dos bloques. Sin embargo, su posición neutral también le permitió actuar como un puente de diálogo entre los bloques y desempeñar un papel importante en la distensión de las relaciones entre Este y Oeste en la década de 1970.


EL JUEGO DE ESPÍAS DURANTE LA GUERRA FRÍA EN AUSTRIA
Durante la Guerra Fría, Austria fue un lugar clave para el espionaje y la actividad de agentes de servicios secretos de las superpotencias del momento, Estados Unidos y la Unión Soviética. Austria como estado neutral en aquellos momentos de escalada constante de tensiones, se configuraba como una pieza geográfica idónea por su ubicación para el desarrollo de actividades de espionaje y contrainteligencia.

Esta realidad de un mundo de sospechas e intrigas quedó plasmado en la famosa película de «El tercer hombre» (1949, Carol Reed) que tiene lugar en la Viena de 1947.
El famoso juego de espías que tenía lugar en Austria comenzó poco después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética y los Estados Unidos establecieron oficinas de inteligencia en Viena, una ciudad dividida en sectores siguiendo el modelo de Berlín. Tanto el KGB soviético, como la CIA estadounidense tenían agentes infiltrados en la ciudad, que se centraban en la recopilación de información estratégica del bando contrario, todo en un escenario tan idóneo como un país neutral en pleno corazón de Europa como era Austria.

Sin embargo, la tensión fue escalando hasta llegar a uno de los incidentes más conocidos, el cual tuvo lugar en 1959, cuando un avión espía U-2 estadounidense fue derribado por la URSS mientras volaba sobre territorio soviético habiendo despegado desde una base en Pakistán. El piloto, Francis Gary Powers, fue juzgado y condenado por espionaje, y fue intercambiado por el coronel soviético Rudolf Abel, que había sido capturado en Nueva York unos años antes.

Modelo del avión espía U-2 estadounidense como el que pilotaba Gary Powers al ser derribado. (Lockheed Martin)
Otro incidente importante ocurrió en 1985, cuando un agente doble austriaco llamado Heinz Felfe fue descubierto y arrestado en Alemania Occidental. Felfe trabajaba para la KGB soviética y había estado pasando información a los soviéticos desde los años 60. También se descubrió que había estado en contacto con agentes soviéticos en Austria y otros países europeos.

La actividad de espionaje en Austria disminuyó a medida que avanzaba la Guerra Fría y se producía un proceso de distensión entre las dos superpotencias. Sin embargo, Austria siguió siendo un lugar de interés para la actividad de inteligencia, especialmente durante la década de 1980, cuando Viena se convirtió en el lugar de encuentro para las negociaciones sobre control de armamentos entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.

RELACIONES CON ALIANZAS MILITARES: LA OTAN
Actualmente, Austria mantiene su postura de neutralidad en materia de alianzas militares, incluyendo la OTAN. Como se mencionaba al principio, la Constitución del país establece que Austria se considera «permanente y estrictamente neutral», lo que significa que no participa en alianzas militares y se esfuerza por mantener relaciones amistosas con todos los países, algo que podría ser útil en la coyuntura actual pero que se ha demostrado infructuoso ante los rechazos por parte del Kremlin ante el ofrecimiento de Austria como mediador.

En cualquier caso, Austria mantiene buenas relaciones con la OTAN y ha colaborado con la organización defensiva en algunos programas y actividades, como en la ya finalizada misión de la OTAN en Afganistán. Sin embargo, no ha expresado interés en unirse a la OTAN, y ha señalado que su compromiso con la neutralidad es una parte fundamental de su identidad y política exterior.

Despliegues en el exterior de las fuerzas del Ejército Federal austríaco. (Bundesheer)
En su lugar, Austria ha desarrollado relaciones bilaterales y multilaterales con otros países y organizaciones internacionales, y ha trabajado por una política de seguridad europea común a través de la Unión Europea, bajo cuyo paraguas ya le ampara un espacio de protección de seguridad ante una agresión externa. Gracias al artículo 42 del TUE que especifica que la política común de seguridad y defensa forma parte integrante de la política exterior y de seguridad común, ofrece a la Unión una capacidad operativa basada en medios civiles y militares, algo que protege ya en este caso a Austria. Como miembro de la UE, Austria ha participado en misiones y operaciones de la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE, y ha colaborado estrechamente con otros países europeos en cuestiones de seguridad y defensa.