El jueves, desde la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA) se anunció un importante aumento de salarios para el trabajador agrario, que implica un 157% de aumento anual, y sobre ese aumento, otro de 25% para el próximo trimestre, con revisión en octubre, guarismos que están muy por encima del 115% interanual de inflación declarado por el gobierno.
El 20% adicional en la Patagonia agrega una presión especial en la región, en un contexto de brecha cambiaria creciente, disparada de los tipos de cambio alternativos, suba de costos y problemas productivos.
Esta resolución fue impuesta con el consenso de la UATRE y el Gobierno Nacional, con la oposición de las entidades que representan al sector patronal del campo.
El Ministerio de Economía a cargo del candidato Sergio Massa, conjuntamente con la Secretaría de Agricultura de la Nación y el Ministerio de Trabajo, organismos integrantes de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario, avalaron esta actualización salarial. Ello da cuenta que, desde el gobierno nacional, reconocen la existencia de un descontrol inflacionario, resultado exclusivo de la política económica implementada por el gobierno, y evidencia un incremento a futuro aún mayor en los guarismos inflacionarios. No existió consenso ni acuerdo como se publicó: la CNTA se caracteriza por ser otro ejemplo de falta de consensos. El sector productivo es un mero invitado, donde jamás es escuchado. Únicamente requieren su participación para legitimar una exacción permanente al campo que termina pagando los platos rotos por esta política económica que ha llevado al país a la decadencia, al estancamiento de la producción, a la imposibilidad de aumentar el empleo privado formal, y al aumento estructural de la pobreza.