Javier Milei ha asegurado que él es sólo un vocero de su hermana Karina. Es ella quién dirigió la estrategia que lo llevó a la Casa Rosada y quien lo guiará en el gobierno.
El reloj marca los 26 minutos y 27 segundos. Ahí, a la mano derecha de Javier Milei, y vistiendo alas blancas de ángel, su hermana Karina actúa el papel de “escolta”. La imagen corresponde al documental Pandenomics, producido y publicado por Milei en diciembre 2020.
Karina no habla en el documental. Apenas si es una figura al margen. Un rol muy distinto al que ocuparía en la campaña que llevó a su hermano, y a ella misma, a la Casa Rosada en poco más de dos años.
Tanto examigos como colaboradores cercanos coinciden en que Karina es la verdadera artífice del “Milei presidente”. Fue ella, con sus estudios de arte, relaciones públicas y organización de eventos, quien creó la imagen del león y convirtió al economista en político.
También habría sido ella la responsable del quiebre que afectó al partido La Libertad Avanza en 2021; de la llegada del polémico operador político Carlos Kikuchi al círculo cercano de Milei (luego desplazado por Santiago Caputo); incluso, sería la artífice de la reunión y alianza entre Milei y el expresidente Mauricio Macri.
“El Jefe”, así en masculino, como la llama su hermano y todos quienes la conocen en política, ahora es la Secretaria General de la Presidencia en la tercera economía más grande de Latinoamérica. Un gran salto para quien acumula en su currículum un negocio de llantas, la venta de tortas a través de Instagram y labores como médium animalista.
Sus primeros dos negocios terminaron en cuanto su hermano se convirtió en invitado recurrente en los medios en 2018. Karina Milei pasó a ser su asistente personal, llevando su agenda, coordinando reuniones y recolectando los pagos por cenas o conferencias con el economista. Según el periodista Juan Luis González, autor de El Loco, las tarifas variaban entre los US$ 3.000 y US$ 10.000 por reunión.
Más que cercanía, la devoción entre “Javi y Kari” -como se llaman entre ellos- viene desde la infancia. En una de las dos entrevistas que ha dado desde que su hermano es figura pública, Karina Milei relata cómo a los 8 años se convirtió en la mascota del equipo de fútbol de su hermano, de tanto acompañarlo.
También estuvo en cada una de las presentaciones de Everest, la banda de rock en la que un joven Milei cantaba y bailaba a la Mick Jagger. En las primeras filas, Karina era la encargada de recuperar las poleras y chaquetas que su hermano, la estrella, lanzaba a las fans.
Fan o estrella
Y no hay mayor fan de Milei que ella. Hasta ahora ese es el relato que domina. “A él le encanta (la melena, la chaqueta de cuero, la atención)… Pero si tenía una banda de rock”, dice Karina mirando a la cámara entrevistada por el director y amigo Santiago Oría.
Ella también escribe en El Camino del Libertario que fueron su hermano y sus socios quienes la llevaron a debutar como actriz en la obra de teatro El consultorio de Milei, que el economista mantuvo en cartelera durante 2019, asentando su fama mediática.
“Yo prefiero no aparecer”, dice en otras líneas. Pero en las canchas de fútbol, los escenarios, las tarimas políticas, la Casa Rosada, ella siempre está ahí, junto a su hermano. Es más, tienen un acuerdo: ella es siempre quien debe recibirlo en cada escenario que pisa.
Pero, ¿y si fuera al revés? ¿Si ella no fuera la asistente, sino el ancla psicológica y emocional que necesita Milei? “Es un niño adulto”, escribió la periodista Laura Di Marco, tras visitar la casa de el entonces diputado de Buenos Aires.
“Moisés era un gran líder, pero no era bueno divulgando. Y entonces Dios le mandó a Aarón para que divulgue. Bueno, Kari es Moisés y yo el que divulga… (pausa)… Nada más… Soy sólo un divulgador”, declaró Milei entre lágrimas en una entrevista en A24. La conversación transcurrió en septiembre 2021, después de esa sorpresa que La Libertad Avanza (LLA) dio en las primarias legislativas.
Para entonces, la reestructuración de LLA ya estaba en camino. Viejos amigos y miembros del partido se separaron, acusando intereses que no se alineaban con el verdadero discurso libertario. Incluso, en su libro El Loco González acusa una razzia dirigida por Karina para deshacerse de cualquiera que no se alineara con los nuevos planes que ella y su nuevo equipo, liderado por Kikuchi, tenían para Milei.
“El armado nacional” de LLA incluía la venta de puestos y cargos, cuestiona González. Otros, como el influencer financiero y examigo de Milei, Carlos Mastolodón, acusan la llegada de operadores conocidos por la “casta” que tanto critica el hoy Presidente.
“Yo soy sólo el rostro de un equipo que trabaja muy duro”, agregó Milei en la mencionada entrevista de A24.
Si él es “sólo el divulgador”, entonces ¿es Karina el cerebro? ¿Cómo piensa entonces la mujer que dirige la Casa Rosada?
Un lazo forjado a fuego
Karina Elizabeth Milei nació en 1973, dos años y medio después que su hermano. No hay claridad de si también fue víctima de la violencia física que su padre, Norberto, propinó frecuentemente a un joven Javier. A tal punto que Karina sufrió un shock nervioso al presenciar una paliza que su hermano sufrió a los 11 años.
En medio de una de sus peores crisis, Argentina depende de las decisiones no de Javier Milei, sino de los “hermanos Milei”.
La historia contada por el hoy Presidente atribuye la golpiza de Norberto a su decisión de oponerse a la guerra de Las Malvinas. En el siguiente capítulo, además de golpeado, Milei es acusado por su madre de llevar al hospital a su hermana. “Si se muere es culpa tuya”, le habría dicho la madre, Alicia, cuando Karina estaba internada por el shock nervioso.
Hasta reconciliarse con sus padres durante la pandemia, Javier Milei estuvo ocho años sin hablarles. En numerosas entrevistas aseguró que sufrió de violencia física, psicológica y hasta económica de parte de Norberto, quien se convirtió de colectivero a empresario. “Mi papá trabajaba 20 horas diarias. Cuando nació Javi compró el primer colectivo. El segundo, cuando nací yo”, asegura Karina.
Por el contrario, Karina Milei nunca ha hablado de maltrato hacia ella y siempre estuvo cerca de sus padres. “Mi papá nos ha inculcado el tema del trabajo, de la responsabilidad… También ahorrar, que las cosas te las tienes que ganar trabajando, que no debes esperar que te regalen nada”, afirma en el documental Javier Milei, Revolución Liberal, que recorre la primera campaña política, en ese momento por la legislatura de Buenos Aires en 2021.
No es difícil imaginar la fortaleza en un lazo gestado en medio de una niñez violenta y solitaria, como la que dice haber tenido Milei. “Tiene una relación muy rara con su hermana”, ha declarado Di Marco, quien logró ingresar a la casa de Valle Blanco en 2022. Para entonces, Milei vivía solo junto a sus cinco perros mastines. Ya entonces era su hermana quien regulaba quién podía entrar o quién podía reunirse con él.
El celo no es sólo con Milei. Ella misma sólo ha dado dos entrevistas: una a diario Clarín y otra para el documental sobre su hermano, en el que conversa con Oría. El cineasta es parte del equipo detrás de la estrategia que lideró Karina para el presidencial Milei, y estuvo a cargo de las piezas audiovisuales.
Pero fue el periodista de Clarín quien logró entrar y relatar cómo es el hogar de Karina Milei. Un departamento en el segundo piso de un conjunto de edificios en el sector de Vicente López. En una torre aledaña, sus padres ocupan un departamento similar.
Guido Braklavsky, de Clarín, describió entonces algo que llamó “el planeta Karina”. El departamento está lleno de sus pinturas y esculturas de cerámica. “Desde chica estudié dibujo, pintura, escultura… iba a (la escuela de) Bellas Artes, pero no tenía edad para hacerlo como alumna. Me preparaba con profesores todo el año y después rendía los exámenes”, declaró Karina Milei en la entrevista.
A la pintura y la escultura le seguiría la repostería, pasión a la que dedicó cinco años de estudio. También estudió Marketing y Relaciones Públicas en la universidad.
Al igual que Javier, Karina tampoco se casó ni tuvo hijos. Asegura que la decisión de vivir sola con su perro Aarón, al igual que su hermano con sus mastines, fue completamente suya.
Algo espiritual
Las referencias religiosas rodean a los hermanos Milei. Aarón es el hermano de Moisés y el nombre del perro de Karina. Las alas de ángel que vistió Karina en el primer documental de su hermano. Las referencias al “número uno” como llama Milei a Dios. Curioso, además, que Milei llame a su hermana “El Jefe”.
Cuando Di Marco lo visitó en 2022, Milei le confió y mostró el papel arrugado que lleva siempre consigo. En el papel se lee “El Jefe”. “¿Por tu hermana?, le pregunté. “No, por el número uno”, me dijo sobre Dios”, relató después Di Marco.
Los hermanos Milei estudiaron en un colegio católico en Villa Devoto, pero su espiritualidad ha buscado otros caminos. Milei estudia La Torá y tiene un rabí judío como guía espiritual. Su hermana se formó como tarotista y médium interespecies. Este fue un camino que Karina decidió recorrer por su hermano.
La muerte de Conan, el mastín que acompañó a Milei desde 2004 a 2017, devastó al hoy Presidente. González reconstruye aquel período que habría supuesto un antes y un después para Milei. En su biografía Milei ya escribió que él sólo tenía a “Conan y Karina”.
La muerte del perro supuso un quiebre emocional, que llevó a Milei a buscar respuestas en otros caminos espirituales. Ahí conoció a Celia Melamed, quien asegura ser médium y ser capaz de comunicarse con animales y otras especies, incluido el virus del Covid-19.
Karina se convirtió en alumna de Melamed para ayudar a su hermano a comunicarse permanentemente con Conan. De ella aprendió las artes del tarot y de la “comunicación interespecies”.
Del tarot a la política
Karina no sólo ayudó a Milei a conectarse con su “gran amor”, Conan. También habría sido clave para conectarlo con el grupo político que garantizó su triunfo electoral.
Cuando Milei quedó segundo tras la primera vuelta electoral, en octubre pasado, analistas y comentaristas fueron rápidos en poner en duda su capacidad de revertir los 10 puntos que le sacó de ventaja el entonces ministro Sergio Massa. ¿Sería el libertario capaz de negociar con “la casta” política? ¿Estaría dispuesta Patricia Bullrich a respaldarlo y darle sus votos, después de la serie de insultos recibidos?
Entra entonces Karina Milei. La excomerciante y médium/tarotista, pero también estratega y devota hermana, habría sido el puente de comunicación con el entorno de Bullrich. González afirma que una de las clientes frecuentes de “Sol Sweet”, el negocio de tortas de Karina, era la esposa de Marcelo Peretta, secretario general del Sindicato de Farmacéuticos, y cercano a Bullrich.
Ahí habría surgido la conexión que llevó años después a los Milei al denominado “Pacto de Acassuso”, como se refiere la prensa argentina a la cena en casa de Mauricio Macri, en que el exPresidente selló la alianza de Juntos por el Cambio con La Libertad Avanza. Un pacto clave que dio a la candidatura de Milei la estructura política, incluyendo varios hoy ministros como Luis Caputo y la propia Bullrich.
Única dama
“Si soy Presidente, ella (Karina) será primera dama”, dijo muy serio Milei en una entrevista en 2021. Pero entonces su hermana recién se perfilaba como la estratega política que ha demostrado ser.
Hoy, tras una campaña política que ha sorprendido a expertos alrededor del mundo, Karina Milei no está para puestos protocolares. Como Secretaria General de la Presidencia estará no sólo a cargo del día a día de su hermano, función que desempeña desde años, sino que estará en el corazón de la estrategia del Gobierno.