Funcionarios de todos los niveles y jerarquías protagonizaron las agresiones en un año marcado por las elecciones. FOPEA (Foro de Periodismo Argentino) registró un total de 117 casos.
El año 2023 representó un período desafiante para el ejercicio del periodismo en términos de libertad de expresión. «Nuestro Monitoreo registró el número más alto de incidentes en los últimos cinco años, con un total de 117 casos de agresiones a la libertad de expresión, lo cual supuso un incremento significativo de 29 episodios con respecto al 2022.
Este aumento se vincula estrechamente con un año marcado por elecciones a nivel nacional, provincial y municipal, así como por reformas constitucionales a nivel provincial. Hay un dato contundente: el 45,30% de los episodios provino de violencia estatal. Funcionarios públicos de todos los niveles jurisdiccionales y jerarquías y de diversas afiliaciones partidarias, así como dirigentes políticos, agredieron al periodismo de diferentes maneras», expresa el informe.
Los 3 tipos de agresiones más frecuentes
Los Ataques a la Integridad (que incluyen agresiones físicas, amenazas e inseguridad en las coberturas) fueron el tipo de incidentes más frecuente, con el 36,75% de los casos. Dentro de este rubro, llama la atención la suba de detenciones arbitrarias y agresiones en coberturas en las que la fuente agresora fue el personal policial. De esta forma, y en comparación con 2022, cuando se contabilizaron frecuentes agresiones en las coberturas en la calle pero de parte de manifestantes, en 2023 la violencia también provino, cada vez más, de las fuerzas del orden (representando un 8% del total de casos). Otro dato es que si en 2022 resultaron una novedad preocupante los ataques asociados al crimen organizado, aquello se circunscribía a la ciudad de Rosario (Santa Fe). En cambio, en 2023 se sumaron episodios en otras ciudades del país, como Villa Mercedes (San Luis), Lomas del Mirador (Buenos Aires) y la Ciudad de Buenos Aires.
El segundo tipo de agresión más frecuente fue el discurso estigmatizante, de parte de funcionarios públicos y/o dirigentes políticos de las distintas extracciones partidarias, con casi el 20%; seguido por las restricciones al acceso a la información pública, con casi un 12%.
¿De dónde provienen las agresiones?
El 54,7% de los ataques registrados en 2023 fue originado por el poder político y/o dirigencial, más allá de su color partidario. Estuvieron involucrados dirigentes políticos, sindicales y sociales; funcionarios públicos (del ámbito municipal, provincial y nacional); legisladores; miembros de la Justicia; personal policial y las máximas autoridades del poder Ejecutivo en sus tres niveles (intendencias, gobernaciones y Nación).
Para ejemplificar, las dos personas que ocuparon en 2023 el cargo de presidente de la Nación protagonizaron incidentes, como cuando el entonces presidente Alberto Fernández aseguró que «en Argentina hay un abuso desmedido de la libertad de prensa», o cuando en las pocas semanas de gestión de Javier Milei (del 10 al 31 de diciembre) se registraron hechos de restricción al acceso a la información pública, entre el que se destaca el impedimento de la cobertura del acto de jura de los ministros el día de su asunción. Antes de eso, y como continuidad del 2022, se dieron varios incidentes que tuvieron como agresor directo al actual presidente.
Concentración geográfica
El distrito donde más agresiones se registraron en 2023 fue la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con 34 casos, lo que equivale al 29% del total relevado. Santa Fe y la Provincia de Buenos Aires tuvieron 12 casos cada una, constituyendo entre las dos el 20.68% del total. El otro 51% de las agresiones se distribuyó en el resto de las provincias, destacándose Jujuy, Tucumán y Chaco como las que tuvieron mayor incidencia.
Estos datos son parte del Informe Anual 2023 que se presentará, como es habitual, el próximo 3 de mayo, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa.