La Dra. Valeria López Girons, pediatra, en el marco de la vuelta a clases y el contagio de piojos que suele desatarse en esta época, comparte algunas medidas para prevenirlo tanto en niños como en adultos.
Los piojos son pequeños parásitos que pueden vivir en la cabeza de las personas. Los piojos adultos tienen el tamaño de las semillas de sésamo, mientras que los huevos, llamados liendres, son incluso más pequeños, aproximadamente del tamaño de una escama de caspa. Tanto los piojos como las liendres se encuentran en el cuero cabelludo, y detrás de las orejas.
Al ser parásitos, los piojos necesitan alimentarse de sangre humana para sobrevivir. Los piojos de la cabeza son más frecuentes en niños de 5 a 11 años, aunque pueden afectar prácticamente a cualquier persona. Se transmiten fácilmente de una persona a otra por contacto estrecho (como ocurre en el hogar y en los colegios).
¿Cómo darse cuenta si hay indicios de estos parásitos en la cabeza?
– Sensación de cosquilleo en la cabeza.
– Picazón frecuente, que es causada por una reacción alérgica a las picaduras.
– Excoriaciones por rascado. A veces, pueden sobre infectarse con bacterias, en cuyo caso requiere de tratamiento específico.
– Problemas para dormir, dadas las molestias.
«En la mayoría de las ocasiones, la exploración física suele ser normal, aunque pueden observarse excoriaciones en el cuero cabelludo (por rascado) y adenopatías cervicales posteriores (por la infección)», señala la Dra. Valeria López Girons.
¿Cómo se diagnóstica?
El diagnóstico de piojos de la cabeza depende de la visualización de la presencia de los mismos. Esto se detecta mediante el cepillado del pelo húmedo del cuero cabelludo con un peine de dientes finos (los dientes del peine están separados por 0,2mm); los piojos suelen hallarse, como fue mencionado previamente, en la parte posterior de la cabeza o detrás las orejas. Las liendres se ven con más frecuencia, y los huevos (de color gris blanquecino y forma ovalada) se hallan adheridos a la base del folículo piloso. Cada hembra adulta deposita de 3 a 5 huevos por día; por lo tanto, las liendres suelen ser mucho más numerosas que los piojos.
¿Cómo prevenirlos?
La Dra. Girons, menciona una serie de tips que ayudan a prevenir el contagio:
– Evitar el contacto de cabeza con cabeza (cabello a cabello) al jugar y realizar otras actividades en el hogar, la escuela y otras instancias (actividades deportivas, parques, fiestas de pijamas, campamentos).
– Evitar compartir prendas de vestir como sombreros, bufandas, abrigos, uniformes deportivos, cintas del cabello o broches.
– Evitar compartir peines, cepillos o toallas utilizados por una persona con pediculosis remojándolos en agua caliente durante 5 a 10 minutos.
– Evitar acostarse en camas, sofás, almohadas, alfombras o animales de peluche que hayan estado recientemente en contacto con una persona con pediculosis.
– En el caso de tener pediculosis, lavar la ropa de cama y las demás prendas que haya utilizado en los 2 días anteriores al tratamiento con agua caliente. Se pueden llevar a la tintorería para lavar en seco la ropa y los artículos que no se lavan con agua, o guardarlos en una bolsa de plástico sellada durante 2 semanas. Eso eliminará todo parásito existente.
«Es importante resaltar que no hay que utilizar insecticidas en aerosol o neblina; no son necesarios para controlar los piojos de la cabeza y pueden ser tóxicos si se inhalan o se absorben por la piel», explica la Dra. Valeria López Girons.
¿Cómo ayudar a su control y cuál es su tratamiento?
Para ayudar a controlar un brote de piojos en la comunidad o en la escuela, hay que enseñarles a los niños a evitar actividades o costumbres que propagan los piojos de la cabeza.
En cuanto al tratamiento, existen diversos tipos. No todos los tratamientos son iguales para cada caso. Los tratamientos aprobados incluyen medicamentos de venta sin receta médica, medicamentos recetados en fórmulas de champú, enjuague en crema (acondicionador), loción y medicamentos orales (pastillas). Además, se pueden encontrar peines finos para quitar piojos y liendres.
Cabe destacar que muchos productos para piojos no son para uso en niños menores de 2 años. Por lo tanto, siempre recordar que se debe consultar a un pediatra cuál es el mejor tratamiento y el más conveniente para los niños, de acuerdo a la edad, peso, y grado de pediculosis.