Como se había anunciado hace tiempo, el 1° de mayo está previsto un nuevo aumento en los precios de los combustibles. Podría ser cercano al 10%, entre la actualización de los impuestos y el atraso arrastrado de los valores.
Según aseguraron a Clarín los principales ejecutivos de las refinadoras, el atraso de los precios en los surtidores contra la paridad de importación (import parity) es de 10% en el gasoil -21% en canales mayoristas, donde compra por ejemplo el agro para la cosecha gruesa- y de 29% en la nafta.
En concreto, el Gobierno incrementará el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono -CO2- (IDC) por un total de $61,82 por litro de nafta y $42,07 en el gasoil, según consta en la web de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y los dueños de estaciones de servicio nucleados en la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha).
Con el fin de evitar grandes impactos en la inflación, el Gobierno podría nuevamente dividir el aumento en dos o tres meses, como ya lo hizo entre febrero, marzo y abril con los ajustes pendientes de parte de 2022 y 2023, cuando la gestión de Alberto Fernández congeló los impuestos. Además, reduce la presión en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec.
Según la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (Catheda), el Gobierno podría obtener recaudación tributaria por $3 billones en concepto de impuestos a los combustibles, equivalentes a 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB).