¡Sostén a la madre, no al niño!
Porque el bebé está en cuidado…
Un niño es alimentado, abrazado y entregado todo el amor del mundo, no sólo por madre, sino también por padre, abuelos, hermanos, primos y amigos.
Pero es una madre que sufre de privación de sueño…
Pero las madres sanan después del parto…
Pero una madre a veces se sienta en la cama y llora, sintiéndose abrumada con lo que está pasando con su cuerpo y su vida…
Pero una madre tiene que lidiar con demasiado o con la falta de comida…
Pero es una madre que tiene que lidiar con su miedo al niño…
Pero es la madre quien se quedará con el bebé cuando pase la primera euforia y el deleite de la familia con el recién nacido…
Pero una madre tiene que enfrentar su propia imaginación de lo madre que es porque en su mente «nunca es ni será lo suficientemente buena»…
Recuerden que la madre es todo el mundo de este niño y debe ser apoyada, rodeada de ayuda y cuidado para que no desaparezca en esta niebla posparto…
Así que mantén a la madre, no al niño.
Una madre sabe que su hijo es más importante.
Por eso ella los alimenta en todo momento, los abraza, los consuela y los abraza cuando lloran y siempre está dispuesta a hacer que su hijo siempre se sienta amado y seguro.
La madre lo es todo para su hijo.
Así que una madre necesita más tu amor, cuidado y apoyo.
No trates a una madre como si ella fuera sólo un trasfondo para el niño.
Créeme, una madre siempre recordará quién la sostuvo en su punto más débil.
Así que en vez de «voy a pasar a ver al bebé», trata de decir «voy a ti y luego conoceré a tu bebé».
Porque tu madre necesita ser abrazada más fuerte.