Los vestigios que la inmigración europea dejó en nuestro país se palpan en cada esquina. ¿Y cómo no hacerlo si entre 1860 y 1920 la Argentina recibió más de cinco millones de extranjeros provenientes de Europa? Entre ellos, los italianos fueron el grupo más numeroso. Este es un dato que no debería sorprenderlos si observamos, por ejemplo, la cantidad de familias argentinas que portan apellidos oriundos de Italia o la arraigada cultura de las pastas. Por ello, hace ya 25 años el gobierno decretó que cada 3 de junio se celebraría el Día del Inmigrante Italiano.
Como ya hemos hablado de esta celebración en una nota del año anterior, este queremos reconocer la herencia que dicho pueblo nos dejó. ¿Acaso sabías que muchos de los términos que distinguen nuestra habla provienen de Italia? Te invitamos, entonces, a que conozcas algunas palabras inmigrantes, las cuales amamos pero desconocemos su raíz italiana.
Los inmigrantes italianos llegan a la Argentina: hibridez de lenguas
A grandes rasgos podemos decir que hubo dos períodos inmigratorios: de 1860 a 1880 y de 1880 a 1920. El primero fue menos numeroso y temprano, mientras que el segundo tuvo un carácter masivo y por ello, más peso en la sociedad argentina. Además, en el primero hubo un mayor asentamiento en el ámbito rural, mientras que en el segundo, en el urbano.
De cualquier manera, en ambas oleadas los inmigrantes italianos debieron adaptarse a las condiciones de su nuevo hogar. Una de ellas fue la lengua. De hecho, el gobierno de nuestro país de aquel momento, por miedo a que la “identidad argentina” se perdiera, posibilitó la escolarización de los hijos de inmigrantes pero solo en español. Aun así, gracias a la elasticidad de todo lenguaje, el italiano se filtró en nuestra habla.
La mezcla del italiano -en todas sus variaciones- con el español dio origen al cocoliche: una lengua de transición en la que se combinaban no solo palabras, sino también estructuras sintácticas y morfológicas. Fue el intento de los inmigrantes de adaptarse a la sociedad que los acogía. Dicho en otras palabras, y visto desde la actualidad, fue un acto de cariño al país que les daba esperanza.
Del cocoliche, luego, se desprendieron algunos términos que pasaron a conformar el lunfardo. Es decir, un grupo de palabras o frases provenientes, en primer lugar, del italiano y, luego, de otros idiomas que se adaptan a la pronunciación argentina y cuyo significado original cambia. De allí vienen muchas palabras que hoy en día nos diferencian de otros pueblos que también hablan español.
Palabras inmigrantes: hablar argentino con términos italianos
Si bien el lunfardo se originó en Buenos Aires, actualmente no existe argentino que no lo emplee o no lo conozca. De hecho, cada vez que deseamos diferenciarnos de otras comunidades hispanohablantes apelamos a él. ¿Cuáles son entonces las palabras del lunfardo que fueron arraigas involuntariamente por los inmigrantes italianos en la cultura argentina? A continuación, te presentamos algunas.
“Capo”
Del italiano estándar capo que significa ‘cabeza’. Según el lunfardista Oscar Conde, el término es aplicado en la lengua italiana a los jefes de la mafia. Sin embargo, en la zona rioplatense la palabra tomó otra dirección. Hoy en día, dicho término se usa para hacer referencia a una ‘persona muy competente en un arte o una profesión’. Además, en su forma de adjetivo quiere decir ser ‘inteligente’, ‘hábil’, ‘confiable’ o ‘preparado’.
“Facha”
Término rescatado por el lingüista Giovanni Meo Zilio. También del italiano estándar. En este caso, la palabra original es faccia y significa ‘cara’. Sin embargo, actualmente se emplea para hacer referencia a una persona de ‘buena apariencia física’. Se utiliza como sustantivo pero existe su adjetivo “fachero/a”. En dicho ejemplo, podemos observar la elasticidad de la lengua que expande el significado original de la palabra. Se pasa de designar solo una parte del cuerpo a todo el aspecto exterior de un individuo.
“Zanata”
Del italiano estándar zanni, una categoría de personajes de la famosa Commedia dell’arte italiana. Bajo este nombre se engloban los distintos tipos sirvientes: Arlequín, Brighella, Polichinela, entre otros. En Argentina, según Oscar Conde, el término adquirió el matiz de ‘parlamento fingido por los actores’ o ‘discurso intencionalmente confuso’. Dicho de otra forma, una persona “zanata” es aquella habla mucho pero sus palabras no coinciden con la realidad. También se puede emplear como sinónimo de “mentira”.
Palabras inmigrantes: desde Génova, “Salame”
En su acepción de ‘bobo’. Según Conde, su origen es genovés y se escribe salamme. En dicho dialecto, el significado es el mismo que en Argentina: ‘una persona poco brillante’. Sin embargo, nosotros también la usamos de forma cariñosa cuando, por ejemplo, un amigo nos hace una broma muy mala pero aun así nos reímos.
Palabras inmigrantes: desde Milán, “Minga”
Palabra también recogida por Oscar Conde. Viene del milanés minga que quiere decir ‘no’. En nuestro país, la empleamos con el sentido ‘nada’ o ‘de ninguna manera’. Por ejemplo: “¡Minga que le voy a prestar el auto! Ya chocó dos”.
“Birra”
No hay mejor ejemplo para describir el lazo que nos une a Italia que este término. Cuando se sale con amigos no se toma una “cerveza” sino una “birra”. A veces, incluso, lo convertimos al diminutivo para darle mayor énfasis: “una birrita bien fresca”.
“Laburar”
Porque en Argentina no se “trabaja” se “labura”, así como en Italia se lavora. La palabra se adaptó a la pronunciación argentina pero la historia de los inmigrantes italianos permanece en su raíz.
Los argentinos y los apellidos italianos
En Argentina cada vez que voltees conseguirás a alguien con un apellido italiano. Y aquellos que no lo tienen probablemente tengan un tío o primo de Génova, Sicilia u otra ciudad italiana. La relación entre ambas naciones es innegable.
Podrás notar la similitud entre los habitantes de ambos países. Como el movimiento de los brazos al hablar, lo animado de las conversaciones en cualquier esquina de Buenos Aires. Eso lo verás a simple vista, pero hay muchas otras características y cosas que los sudamericanos han tomado de los italianos.
Los descendientes de italianos argentinos se llaman a sí mismos “tanos”, una abreviación de italianos. Incluyen en su lenguaje palabras con pequeñas modificaciones del italiano y en su cocina platos con clara influencia de este país.
Argentina fue colonizada por los españoles en un inicio, pero los italianos tienen casi igual o más influencia en diversas áreas de la cultura de los australes. Se nota en distintas áreas como política, comida, moda y lenguaje.
La inmigración italiana fue muy influyente en Argentina:
- Casi tres millones llegaron a este país entre 1857 y 1940, que son 45 % de todos los inmigrantes.
- Para 1895 más del 12 % de la población era italiana.
- Hoy en día se estima que entre 15 y 20 millones de argentinos son descendientes de italianos (62,5 % de la población total), de ahí que se haya vuelto tan importante la búsqueda de partidas italianas. Esa cantidad es casi la mitad de la población argentina, el porcentaje es mucho mayor si se va a alguno de los suburbios de Buenos Aires.
Italia y Argentina: Una relación cercana
Por definición básica los italianos argentinos son aquellos ciudadanos italianos nacidos en Argentina, hijos de italiano, o también aquellos italianos que viven en Argentina. Luego de España, Italia es la segunda influencia más grande en este país latinoamericano.
Conoce un poco más sobre esta influencia y relación a continuación:
El idioma italiano en Argentina
En Argentina se estima que hay alrededor de 1,5 millones de personas que hablan italiano, de acuerdo a Ethnologue. Es uno de los sitios donde más se habla este idioma fuera de Italia. En Argentina es el tercer idioma más hablado, después del español y el inglés.
Aparte, es bien sabido que en Italia cada región tiene sus propios dialectos y para los inmigrantes italianos en Argentina fue más fácil empezar a comunicarse en español. El italiano no es el segundo idioma en Argentina. Pero la versión local del castellano si es hablada por los inmigrantes.
Este detalle de los dialectos regionales italianos es la explicación de por qué en Argentina no caló más el italiano. Eso limitó la expansión del uso de este lenguaje.
Pero el español en Argentina fue tomando palabras prestadas del italiano. Además de un acento y ritmo particular de distintos dialectos. En cualquier ciudad argentina podrás escuchar estás adaptaciones del idioma.
En Buenos Aires la similitud entre ambas culturas se nota más. Especialmente en algunos barrios donde se establecieron comunidades italianas desde finales del siglo XIX y principios del XX. Por ejemplo, en el vecindario de La Boca, usan palabras que se parecen mucho al dialecto Genovés, ya que fueron residentes de esta localidad quieres poblaron este vecindario en sus primero años.
En la capital argentina no encontrarás un barrio como el Litte Italy (pequeña italia) de Nueva York en Estados Unidos. Pero, esto no quiere decir que la influencia italiana no sea muy fuente, es tanta que están prácticamente integradas. Los porteños comen pasta, beben café fuerte y hablan con un “cantado” italiano, y ni hablar de su helado italiano, que es el postre por excelencia de esta ciudad.
Influencia en la comida
La cocina argentina está inspirada por la italiana, podría decirse que es un retoño de esta. Claro, no todos los platos de este país son influenciados por la cocina de Italia, hay opciones muy regionales que puedes encontrar, pero muchas de las comidas tienen un toque italiano.
La pizza es una de las comidas más populares a nivel mundial. Prácticamente en todos los países del mundo se come pizza. Pero en Argentina es casi un pasatiempo comerla. Este plato es muy parecido al original italiano y no tanto a la versión norteamericana. Aunque a veces la masa es más gruesa y con mucho queso.
Con la pasta la historia es similar, puedes comer en casa de un argentino o en un restaurante, notarás como los orígenes italianos son una influencia.
La milanesa es otro icono en Argentina, es un filete fino de carne de vacuno apanado. Muchos locales asumen que es autóctono, pero en realidad es algo que existe en muchas partes del mundo, como Japón, Estados Unidos y el Medio Oriente. Hay muchas teorías sobre el origen de este plato, una de ellas es que nació en Italia y luego fue esparcido por el mundo.
Los asados son otra comida típica de Argentina y esta también tiene sus orígenes en Italia. También la polenta, los sorrentinos, fainá, entre otros, son platos con influencia italiana ampliamente consumidos en Argentina.
Como postre, el helado, es un postre especialmente particular en Argentina. Es otro legado de la diáspora italiana en este país sudamericano.
Relaciones diplomáticas
La inmigración italiana en Argentina ha llevado a que ambos países sigan una muy buena relación diplomática. Esa relación entre ambos Estados comenzó en 1837 oficialmente. Luego, en 1948, ambos países firmaron un protocolo de amistad y colaboración.
El protocolo fue histórico porque fue el primero de este tipo firmado por Italia después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día ambas naciones tienen más de 40 ciudades gemelas, acuerdos de intercambio comercial únicos, intercambios comerciales, programas de estudio y relaciones de negocio.
¿Por qué escogieron Argentina?
Argentina fue un destino favorito para los italianos entre la década de 1870 y 1880, también lo fue Brasil. Luego, Estados Unidos. Después de la Primera Guerra Mundial, Argentina retomó la corona como destino de la diáspora italiana.
La mayoría de los migrantes italianos lo hacía por razones económicas. Argentina se volvió un destino favorito porque había posibilidades de trabajo. Además, era preferida por su geografía, los trabajadores del campo italiano podían encontrar trabajo ahí y podían ganar dinero extra mientras en el hemisferio norte era invierno.