Hoy voy a hablaros de cómo ser más positivo y aumentar nuestra felicidad.
En nuestra cultura occidental, parece que los pensamientos negativos solo más frecuentes. Esto es así, porque estamos en una cultura exigente, de comparación con los demás, de ambición, de capitalismo…
Hemos pasado de tener que cubrir nuestras necesidades básicas a querer siempre más y más y nos hemos olvidado de la esencia, de lo simple, de agradecer todo lo que sí tenemos. Esto ha hecho que seamos muy crueles con nosotros mismos, que veamos lo bueno de los demás y lo malo de nosotros, que queramos lo que ha conseguido el otro y olvidarnos de lo que ya hemos conseguido nosotros.
Sí usamos el comparar con el otro para hacernos mejores y disfrutamos durante el proceso de mejora, no es algo negativo, de hecho, vamos aprendiendo de los demás imitando.
Pero cuando eso se convierte en una constante lucha por querer no ser menos que el resto, este nos va a llevar a machacarnos continuamente y no nos permitirá ser felices, porque nunca estaremos contentos. Siempre querremos más.
Ahora que sabemos que tendremos a pensar de manera muy negativa.
¿Qué podemos hacer para cambiar esto y ser más positivos y en consecuencia más felices?
Pues como no queremos que nos salgan mal las cosas, para no ser peores o para no pasarlo mal, estamos continuamente anticipando. Creemos que, si anticipamos lo que nos puede pasar, vamos a evitar que pase.
¿Pero, de qué sirve predecir un futuro negativo?
¿Realmente podemos evitar lo que nos va a pasar con solo pensarlo?
¡Pues no! Anticipar, solo nos va a hacer sufrir antes de saber si algo realmente va a pasar o no. Comenzamos a sufrir sin que aún haya pasado, por tanto, ni es productivo y encima nos hace pasarlo mal sin que realmente ocurran las cosas.
¿Podemos pretender que todo nos salga bien, que nunca fallemos?
Tampoco. No debemos estar buscando la perfección porque nunca ocurrirá, siempre habrá cosas que no salgan mejor que otras. Hay veces que las cosas nos saldrán regular, pero esto es natural no pasa nada.
Solo debemos reconocer cuando algo debemos mejorarlo para la próxima vez, pero no machacarnos porque algunas veces nos salgan mal las cosas.
Esto se lo genera culpa o arrepentimiento y estas son dos emociones que no sirven para nada, solo para hacernos sentir mal, pero no nos hace mejorar para la próxima vez.
La culpa y arrepentimiento surgen porque no nos permitimos fallar, cosa que es inevitable.
¿Qué podemos hacer para cambiar nuestra forma de pensar?
Pues tenemos que comenzar a enfrentarnos a nuestros pensamientos. Vamos a ver qué es algo fácil. Lo difícil es ser constante ya que estos pensamientos al tener tanto tiempo pensando de una determinada manera, nos van a salir de manera automática y cambiar un automatismo lleva su tiempo, tenemos que vencerlos, luchar contra ellos, pero también aceptar a estos pensamientos.
Lo primero es reconocerlos, es importante que, para identificar los pensamientos los anotemos.
Al anotarlos, lo memorizamos mejor y la próxima vez que nos venga a la mente este tipo de pensamiento, nuestra mente nos pondrá en alerta y nos hará recordar que ese pensamiento no es adecuado y que tenemos que cambiarlo.
También es importante anotar la situación en que salen esos pensamientos negativos, para que cada vez que nos enfrentemos a una situación similar que estemos alerta y analicemos nuestros pensamientos. Aquí, sí nos tenemos que anticipar, pero para tener un pensamiento positivo o al menos realista.
Y por último también es importante que anotemos la emoción que nos provoca un determinado pensamiento, para que cuando luego transformemos ese pensamiento automático negativo en uno positivo o realista, veamos la diferencia de la emoción que nos hace sentir uno u otro. Así cuando tenemos un pensamiento positivo, esa emoción positiva, que nos provoca, será un refuerzo y cada vez querremos pensar de una manera más positiva.
Yo siempre en consulta hablo de ver la nube negra o rosa de cada situación, ya que todo en esta vida tiene una parte buena y una parte mala. Veamos un ejemplo.
Si pensamos que nos van a echar del trabajo, porque nuestro jefe lleva un tiempo más serio, lo que debemos hacer es prepararnos por si esto ocurre, es decir, actualizar nuestro currículum, ver dónde podemos contactar por si tenemos que buscar una nueva oportunidad laboral…
Pero lo que no nos sirve de nada, es pensar continuamente que nos van a echar y sufrir todo ese tiempo sin hacer nada.
Realmente es algo que podría pasar, las cosas no son para siempre, pero a lo mejor nuestro jefe está serio porque tiene algún problema personal y no tenga nada que ver con nosotros.
Llevamos tanto tiempo con una forma de pensar, que no nos damos cuenta de lo mal que nos hablamos en general.
Las personas sanas, suelen tener un 90% de acción y un 10% de reflexión.
Las personas sanas, suelen tener un 90% de acción y un 10% de reflexión.
En nuestra cultura parece que esto lo tenemos al revés, todo el tiempo pensando en que deberíamos haber hecho, qué pasaría si, y si… los tremendos y si…
En vez de centrarnos en lo que podemos hacer para solucionar y reconducir los problemas.
El problema es que los pensamientos parecen muy creíbles nuestra mente se cree todo lo que le decimos, pero siempre tenemos la opción de ver la parte buena o mala de las cosas. Todo tiene esas dos caras.
Hasta los eventos negativos que vivimos tienen una parte positiva, por ejemplo, si mi pareja decide romper la relación, en ese momento parece que se nos cae el mundo, solo vemos en la parte negativa, la nube negra, pero con el tiempo, nos damos cuenta de que, si esa persona realmente no era feliz con nosotros, tendríamos que agradecerle que tomara esa decisión de dejarnos porque así podremos conocer a alguien que sí sea completamente feliz con nosotros y también podrá hacernos feliz.
Al fin y al cabo, nadie puede controlar lo que comenzamos o dejamos de sentir.
Si queremos sentirnos más a gusto con nosotros mismos, más seguros y felices, tenemos que tener pensamientos congruentes con esa emoción.
Si queremos sentirnos más a gusto con nosotros mismos, más seguros y felices, tenemos que tener pensamientos congruentes con esa emoción.
Para conseguir esto podemos trabajar las auto frases positivas. Estos son mensajes positivos y de amor que nos tenemos que decir a nosotros mismos, por ejemplo.
Hoy me siento en calma, soy una afortunada por tener todo lo que tengo, tengo a personas en mi alrededor que me cuidan y me quieren.
Si nos fijamos bien, son frases que decimos en presente para que nuestra mente crea que ya está ocurriendo, que es algo que ya podemos disfrutar, aunque realmente aún no lo hayamos conseguido.
También, estas frases tienen que estar dichas en primera persona, ¡YO!
Igual que tratamos a las personas que nos gustan o a las que queremos, mejor aún tenemos que tratarnos a nosotros porque somos la persona más importante de nuestra vida, somos la única persona que tenemos para siempre y hasta el final, nosotros mismos.