Antes de las elecciones al Parlamento Europeo, a principios de junio, no habrá acuerdo de libre comercio UE-Mercosur. ¿Cómo seguirán las negociaciones?

Tal vez para no presentar en bandeja un argumento de campaña a los partidos populistas de derecha en torno a Marine Le Pen, para no seguir haciendo enojar a los campesinos franceses, que paralizaron las calles durante semanas con sus protestas, y quizás para ganar algún que otro voto para las elecciones europeas, sobre las que, en especial en Francia, se cierne un giro drástico a la derecha, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo a finales de marzo en Brasil lo siguiente acerca del mayor acuerdo de libre comercio del mundo, entre la Unión Europea y los países del Mercosur, con 780 millones de personas: “Así como está ahora, es un muy mal acuerdo”. O: “Dejemos atrás el Mercosur de hace 20 años”. Y: “Hagamos un nuevo acuerdo”.

Las frases de Macron aún resuenan, semanas después, y el acuerdo entre la UE y el Mercosur, que se terminó de negociar hace cinco años, todavía está estancado. La historia se repite: también en 2019, Francia había bloqueado el acuerdo, en aquel entonces debido al presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro y su política antiambiental en la Amazonía.

Alemania quiere avanzar, Francia frena

Al jefe de Estado francés le preocupa ahora que Argentina, Brasil y Uruguay puedan inundar la Unión Europea con carne barata. Y que los agricultores de Francia vuelvan a las barricadas. Mientras, la industria alemana presiona para que, en caso necesario, el contrato se apruebe por mayoría calificada frente al país vecino.

Sobre todo los gigantes químicos BASF y Bayer, y también la industria automovilística con Daimler y Volkswagen, vislumbran grandes negocios. A una pregunta de DW, VW afirmó: “Volkswagen defiende una política comercial abierta, libre y basada en normas y está comprometida con una rápida ratificación del acuerdo con el Mercosur. El compromiso con el acuerdo climático de París, el respeto de los derechos humanos y de los trabajadores esenciales, así como el cumplimiento de los objetivos globales de CO2 deben tenerse en cuenta como elementos esenciales.”

Olof Gill, portavoz de la Comisión Europea para Comercio y Agricultura, dijo a DW: ”El equipo UE-Mercosur sigue en contacto a nivel técnico para aclarar las preguntas aún abiertas. La UE se sigue concentrando en asegurar que el acuerdo cumpla con los objetivos de sostenibilidad de la UE y, al mismo tiempo, tome en cuenta las sensibilidades en el sector agrario del bloque”.

En la aparentemente interminable historia de las negociaciones entre la UE y Mercosur se está escribiendo un nuevo capítulo. Este comenzó en 1999 para facilitar el comercio de determinados productos entre los dos continentes y reducir los aranceles. Y, desde hace 25 años, parece ser una crónica de oportunidades perdidas. Lo mismo ocurrió a finales de 2023, cuando los tractores aún no circulaban por las ciudades francesas y era el momento propicio.

Argentina quiere firmar el acuerdo

Al otro lado del Atlántico, el gobierno argentino saliente encabezado por el presidente Alberto Fernández no quiso dejar a su sucesor un hecho consumado. De hecho, el autoproclamado anarcocapitalista Javier Milei había hecho campaña para abandonar el Mercosur y describió al presidente de Brasil, Lula da Silva, como un “comunista furioso” y un “delincuente”.

Milei es ahora presidente y ya no se habla de una salida del Mercosur. En cambio, el entusiasta partidario del libre comercio ya ha señalado que podrá firmar el contrato con la UE de inmediato. “El gobierno del presidente Milei quiere reformar la economía argentina, abriéndola a más comercio y una presencia internacional más fuerte para Argentina. Junto con los otros estados del Mercosur, ya se han firmado acuerdos de libre comercio con Singapur y los estados de la AELC (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, el editor)”, dijo a DW Marcela Cristini, economista sénior de la Fundación argentina de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, FIEL.

Por ello, la sorpresa en Buenos Aires es tanto mayor cuanto que ahora la Unión Europea, o más precisamente Francia, obstaculiza el camino. Cada vez más voces se alzan en Argentina para que el acuerdo sea nuevamente revisado en busca de beneficios para su propio país. La Unión Europea insiste en una declaración adicional con sanciones por el incumplimiento de los objetivos medioambientales del acuerdo.

Marcela Cristini cree que las exigencias medioambientales de la Unión Europea son excesivas. Dice que la ganadería argentina es mucho más respetuosa con el medio ambiente que la europea. “La competitividad de la industria agrícola del Mercosur es reconocida mundialmente y se teme la competencia de sus exportaciones. Al mismo tiempo, la huella de carbono de los países del Mercosur en productos agroindustriales se encuentra entre las más bajas del mundo”, explica Cristini.

China observa y protectores del medioambiente quieren cambios

En cuanto a China, ese país observa con mucha atención el estancamiento del acuerdo UE-Mercosur. “Los países del Mercosur son comerciantes globales y China es uno de los principales compradores de productos agrícolas e industriales, lo que explica el crecimiento de los flujos comerciales bilaterales. Esta situación ya no se revertirá. En el caso del Mercosur, China es el socio comercial número uno o número dos de cada país”, señaló la economista.

Para las organizaciones de protección del medioambiente y de derechos humanos en Europa y América del Sur, Emmanuel Macron también se está convirtiendo en la última esperanza debido a su frase acerca de que se negociará un nuevo tratado que “tenga en cuenta el desarrollo, el clima y la diversidad biológica”.

En un dictamen jurídico encargado por Greenpeace Alemania, la reconocida activista alemana especializada en derecho ambiental Roda Verheyen concluye que el acuerdo viola el derecho climático internacional, según explicó a DW: “Este acuerdo ya no debería seguir negociándose porque simplemente no representa un acuerdo de libre comercio moderno o incluso legal, sin importar lo que se le agregue. El acuerdo UE-Mercosur es simplemente viejo y, desde la perspectiva actual, no es adecuado para combinar la protección del clima y los enfoques políticos globales”. En cambio, Verheyen pide que los acuerdos de libre comercio actuales se limiten principalmente a la transferencia y el intercambio de tecnologías.

Francia dice no al Mercosur

Protestas de agricultores con un cartel pintado a mano en el que se lee: Sin agricultores no hay alimentos ni futuro.
Protestas de agricultores con un cartel pintado a mano en el que se lee: Sin agricultores no hay alimentos ni futuro.

El acuerdo Mercosur-UE “sería clave para ambas partes”, consideró Delgado

El precandidato nacionalista sostuvo que “Europa y el mundo están mirando diferente a América Latina”, lo que abre nuevas puertas para el comercio uruguayo.

El precandidato Álvaro Deglado destacó la importancia que el acuerdo Mercosur-UE tiene para Uruguay.
El precandidato Álvaro Deglado destacó la importancia que el acuerdo Mercosur-UE tiene para Uruguay.Foto: RRSS Álvaro Delgado

El precandidato a la presidencia de Uruguay por el Partido Nacional, Álvaro Delgado, se refirió a diferentes temas de la coyuntura política-económica del país en la Cámara Española de Comercio; y resaltó particularmente el gran paso que significaría para el comercio internacional la firma del acuerdo Mercosur – Unión Europea (UE).

“Europa y el mundo están mirando diferente a América Latina, así que yo creo que se abre una oportunidad”, señaló Delgado en su disertación, destacando que “hace 25 años que estamos atrás de esto”.Informate más

Las negociaciones con el bloque europeo están en un momento dilatorio entre la oposición francesa y las reticencias brasileñas respecto del capítulo ambiental agregado al acuerdo en 2019. Sin embargo, todavía hay intenciones desde los dos organismos multilaterales de concretar un Tratado de Libre Comercio (TLC) que, según el exsecretario de la Presidencia, “sería una gran acuerdo para ambas partes”.

“Yo no estoy más en el gobierno, pero conozco al presidente (Luis Lacalle Pou) y va a seguir insistiendo en seguir avanzando, todos juntos o que le den la posibilidad de que avance Uruguay”, expresó Delgado, al respecto de la política exterior de la actual administración, centrada en lograr nuevos mercados en el mundo.

Asimismo, sostuvo que “Uruguay tiene varias líneas de trabajo y algunas que se van agregando, como el tema del Transpacífico que se está estudiando, la posibilidad del sudeste asiático, el cronograma con China, la posibilidad de una iniciativa del presidente de Estados Unidos en la que incluye a Uruguay dentro de doce países de América Latina y sólo dos de esos países no tenemos Tratado de Libre Comercio, así que se abre una serie de oportunidades que va a seguir insistiendo en generar flexibilidad en el Mercosur para que no nos ahogue y no solo para generar un mercado más fluido para adentro, un Mercosur que tiene un arancel perforado y que tiene mucho para avanzar y para cumplir y tiene que abrirse al mundo”.

Una coyuntura reciente marcada por decisiones

Delgado también dedicó unos minutos a la reciente decisión de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (Coprodec) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de no habilitar la compra de tres de las cuatro plantas de Marfrig en el país por parte del grupo brasileño Minerva.

“En realidad no es una decisión del Ministerio de Economía, es una decisión de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (Coprodec) que es la etapa previa a un eventual recurso donde si el Ministerio”, aclaró el precandidato nacionalista, y añadió que tras la comunicación del organismo correspondiente, ahora “hay un tiempo para hacer los descargos y tomar una decisión final y obviamente todos están en su derecho de recurrir”.

El anuncio de la decisión de la Coprodec generó diversas reacciones, aunque fue bien recibida tanto en el oficialismo como en las cámaras frigoríficas que, desde el primer momento, señalaron que la operación apuntaba a una concentración monopólica de la faena en manos de capital extranjero.

Delgado, por su parte, dejó claro que “lo político no está por encima de lo jurídico”, haciendo referencia a los pedidos que los diferentes sectores interesados habían hecho al presidente Lacalle Pou para que interviniera en contra de la fusión de las empresas. Sin embargo, el exsecretario insistió en que la decisión fue en base a aspectos técnicos estudiados por el organismo correspondiente.

“Pensamos que siempre la seguridad jurídica del Uruguay debe ser un tesoro para las inversiones. Por eso esperamos que el proceso se diera, que la comisión se pronunciara, y ahora la propia legislación establece los mecanismos de descargos primero y eventualmente de recursos después”, agregó.