recital

Puerto Deseado
“Fue todo una locura”, dijo Jessica Pringles (21), estudiante universitaria de Puerto Deseado que reside actualmente en Buenos Aires, tras regresar sana y salva del fatídico concierto que ofreció el Indio Solari en Olavarría.
Agregó que “todo era incontrolable, y vi la cantidad de gente que entró sin entrada… a nosotros no nos la pidieron nunca”, agregando que “el control estaba súper levantado, y había por puerta, como mucho, dos policías”.
Con respecto a su salida, dijo que “había sacado pasaje de ida y vuelta y logré correr el colectivo a seis cuadras de la terminal y poder llegar bien a horario”.
“Había mucha gente alcoholizada, las previas eran interminables”, declaró la joven, aclarando que “más allá de eso fuimos porque teníamos una convicción en común, que nos encanta el Indio, que lo seguimos desde hace muchos años, algunos conscientes, otros no tanto, pero ayudamos a los que pudimos porque nos encontramos a gente que también estaba varada, compañeros de la Facultad, y pude darles una mano”.

Botellazos
Durante una entrevista en el programa radial “Deseado Revista” (FM Desiré) la estudiante de Comunicación Social recordó que cuando comenzaron los disturbios, principios de incendio y saqueos en la terminal tuvo que correr y sintió temor por su integridad.
“Me tiraron una botella en la espalda cuando iba caminando y ahí salí a correr, porque pensé que me iban a pegar un balazo y olvidate que alguien me ayude”, relató.
“La gente estaba indignada, porque querían volverse todos ese mismo día y nadie quería quedarse ahí”, añadió la estudiante, aclarando que “por suerte nosotros estábamos más o menos al medio, así que salimos rapidísimo del show y nos fuimos, pero la otra gente que estaba adelante tuvo otros problemas, vimos un chico que convulsionó y otras cosas que no se quieren declarar porque el intendente no quería, pero realmente no puedo explicar lo que fue”.

Sabor amargo
Finalmente contó que su experiencia “fue un poco triste y me volví con un sabor amargo, porque no esperaba que fuera de esa manera, y era la primera vez que iba”. “Por suerte volví sana y salva”, resumió.
Según se pudo establecer, varios jóvenes de Deseado viajaron, desde Capital Federal y algunos puntos de la provincia de Buenos Aires, al esperado recital y si bien en las primeras horas sus familias manifestaron preocupación en las redes sociales porque no lograban establecer comunicación, en las últimas horas del domingo recobraron la calma al saber que habían vuelto a Buenos Aires y a Bahía Blanca.
Otro grupo que concurrió al espectáculo también logró salir sin problemas, aunque en la huida extraviaron las llaves del vehículo, por lo que debieron permanecer hasta ayer, lunes, para reponerlas y emprender el regreso.