Buenos Aires
Este 18 de junio celebramos el Día de la Gastronomía Sostenible. El conjunto de platos y usos culinarios propios de un determinado lugar es una expresión más de la diversidad natural y cultural del planeta.
Con la celebración de este Día se intentan promover unos hábitos alimenticios —que incluyen la producción, preparación y consumición de alimentos— más respetuosos con el medio ambiente y con las tradiciones locales.
Este tipo de gastronomía puede desempeñar un papel fundamental en el desarrollo sostenible, sobre todo de las comunidades menos favorecidas, ya que promociona el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria, la nutrición, la producción sostenible de alimentos y la conservación de la biodiversidad.
El compromiso con la sostenibilidad se manifiesta en el apoyo a los productores locales.
Todo ello apunta a que este enfoque de la gastronomía reafirma la idea de que todas las culturas y civilizaciones pueden contribuir al desarrollo sostenible y desempeñan un papel crucial en su facilitación.
Las decisiones que tomamos cuando elegimos nuestros alimentos pueden tener un impacto muy importante a nivel ambiental y social. Por esa razón, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 18 de junio Día de la Gastronomía Sostenible, conformando la fecha una gran ocasión para abrir el diálogo acerca de la responsabilidad que tenemos.
El objetivo de este día es reflexionar e inspirarse con nuevos horizontes sostenibles dentro de la gastronomía, a partir de las exposiciones de referentes en temas ambientales y sociales para promover prácticas alimentarias más respetuosas con el medio ambiente y la identidad alimentaria. Serán en total seis charlas inspiradoras, enfocadas en gastronomía y sustentabilidad.
Día de la Gastronomía Sostenible. Celebración internacional encaminada a reconocer que la gastronomía constituye una expresión cultural relacionada con la diversidad natural y cultural del mundo.
Antecedentes
La Asamblea General de las Naciones Unidas considera que es importante promocionar una gastronomía sostenible, por sus beneficios nutritivos, medioambientales y culturales. El conjunto de platos y usos culinarios propios de un determinado lugar es una expresión más de la diversidad natural y cultural del planeta.
Para dar cumplimiento a este objetivo, la Asamblea General de las Naciones Unidas en su 66ª sesión plenaria, aprobó el 21 de diciembre de 2017, la resolución 71/246, en la que designó el 18 de junio como el Día de la Gastronomía Sostenible, invitando a todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y regionales, así como a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales y los particulares, a celebrar la fecha, de manera adecuada y de conformidad con las prioridades nacionales, a fin de sensibilizar a la población sobre su contribución al desarrollo sostenible.
El Gobierno de Perú, a través de su Representación Permanente ante las Naciones Unidas, fue el promotor de esta iniciativa.
Promoción
Con la celebración de este día se promueven hábitos alimenticios, que incluyen la producción, preparación y consumo de alimentos más respetuosos con el medio ambiente y con las tradiciones locales. Todo ello apunta a que este enfoque de la gastronomía reafirma la idea de que todas las culturas y civilizaciones pueden contribuir al desarrollo sostenible y desempeñan un papel crucial en su facilitación.
Asimismo, el Día de la Gastronomía Sostenible busca que, a partir de su celebración, los comensales, cocineros, agricultores, pescadores, micro, pequeños y medianos empresarios, entre otros actores relevantes, reconozcan su potencial y la responsabilidad compartida para lograr el cumplimiento de la nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que persigue erradicar la pobreza en todas sus formas y asegurar la prosperidad y sostenibilidad del planeta para el 2030.
Alimentación
El mundo necesita producir un 50% más de comida para poder alimentar a 9.000 millones de personas en 2050. Sin embargo, el cambio climático podría reducir las cosechas en más de un 25%. La tierra, la biodiversidad, los océanos, los bosques y otras formas de capital natural se están agotando a un ritmo sin precedentes. A menos que cambiemos la manera en la que cultivamos los alimentos y gestionamos nuestro capital natural, la seguridad alimentaria seguirá en peligro, especialmente para los más pobres. (Banco Mundial, 2016)
Durante las dos décadas anteriores al año 2000, la demanda mundial de alimentos fue aumentando paulatinamente, junto con el crecimiento de la población mundial, unas cosechas récord, mejoras en los salarios y la diversificación de las dietas. Gracias a ello, los precios de los alimentos fueron descendiendo hasta el año 2000; sin embargo, a partir del 2004 los precios de la mayoría de los cereales comenzaron a subir. A pesar de aumentar la producción, el incremento en la demanda fue aún mayor y las reservas de alimentos quedaron seriamente diezmadas.
En 2005, la producción de alimentos se vio gravemente afectada por las condiciones meteorológicas extremas que sufrieron los principales países productores. En 2006 la producción mundial de cereales se había reducido en un 2,1% y en 2007, la rápida subida de los precios del petróleo provocó un aumento del precio de los fertilizantes y de otros gastos de producción de alimentos.
Viendo que los precios de los alimentos de todo el mundo aumentaban hasta niveles sin precedentes, los países buscaron fórmulas para protegerse de una potencial escasez de alimentos o de una subida repentina de los precios. Así, varios países impusieron restricciones a la exportación, mientras que algunos de los principales importadores comenzaron a comprar cereales a cualquier precio con tal de mantener las existencias locales.
Equipo de Tareas
El drástico aumento de los precios de los alimentos en todo el mundo llevó a la Junta de los Jefes Ejecutivos de las Naciones Unidas a establecer en abril de 2008 un Equipo de Tareas de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial. Está compuesto por 23 miembros de las Naciones Unidas y presidido por el Secretario General Ban Ki-moon. El objetivo principal del Equipo de Tareas es que la comunidad internacional impulse una respuesta integral y unificada al reto que supone alcanzar la seguridad alimentaria y nutricional en todo el mundo.