Caleta Olivia
La querella, en el caso de la muerte de Gustavo Gérez, a cargo de los doctores Alberto Luciani y Fernández solicitó la pena de 20 años de prisión para el único imputado el subcomisario Alberto Méndez.
El viernes se desarrollaron los alegatos ante el Tribunal Oral, presidido por el doctor Juan Pablo Olivera y como vocales, los doctores Humberto Monelos y Griselda Bard, quienes anunciaron que el 10 de Julio darán lectura de la sentencia.
Asimismo requirieron la investigación de la conducta de al menos cuatro efectivos policiales (Vande, Guzman, Aguilar y Bayon), que participaron en la custodia de la victima en la madrugada del 18 de septiembre de 2016.
La pena solicitada por la querella fue requerida en orden al delito de homicidio simple con dolo eventual, “por conducta omisiva, apremios ilegales, abuso de autoridad y privación ilegítima de la libertad”, fundamento el doctor Luciani.
En cuanto a los alegatos de la Fiscalía de Cámara, efectuados por los doctores Carlos Rubén Rearte y Carlos Borges solicitaron cuatro años de prisión y cinco 5 años de inhabilitación para ejercer su función en orden al delito de homicidio culposo.
Por su parte, la defensa del subcomisario Méndez, representada por el doctor Quinteros, planteó la nulidad de la acusación formulada por la querella, por entender que la calificación legal y la pena solicitada por esa parte violan el principio de congruencia y el derecho de defensa en juicio.
Ante el planteo de nulidad esgrimido, la querella sostuvo en todos sus términos la acusación y calificación formulada solicitando al Tribunal el rechazo de dicho pedido.
En su oportunidad, la Fiscalía, en forma coincidente con la defensa solicitó, se decrete la nulidad de la acusación y requerimiento de la querella.
En tanto, en la “última palabra”, Méndez sostuvo ante los jueces que “mi familia me dio valores positivos y hoy puedo decir que todas estas enseñanzas me llevan a ser un buen oficial de policía, en todos mis años de carrera he recibido agresiones y amenazas, por el solo hecho de ser policía. Pero jamás lastime a nadie: ni en mi vida personal, ni mucho menos en mi vida profesional”, dijo y agregó que “jamás hubiera permitido que un compañero lastime a otra persona. La policía no está para eso”.
Sostuvo en otro tramo de su alocución que “fui lastimado millones de veces, golpeado y tengo fracturada la nariz por todas las veces que he intervenido”.
“Estoy orgulloso porque obré como tenía que ser. Lamento lo que pasó. Y no es mi responsabilidad, no la puse en esa situación en que se encontraba. Le pregunte si le habían robado, si alguien lo lastimó. Pero al ser objeto de violencia, no me quedaba opción de este accionar y si la persona mencionaba al diablo, no estoy capacitado para este tratamiento. No es sencillo, un médico aplica estos conocimientos”, detalló.
“Amo mi profesión. Muchas cosas se han dicho sin importarle a nadie. Jamás lastimamos a nadie y quedó claro en los informes médicos. Nunca me aparté de ninguna ley, hice lo que tuve que hacer. Hoy me siento en paz, con la conciencia tranquila y se que no hice nada indebido”, sostuvo y aclaró que nunca consumió drogas.
Finalmente aseveró que “amo a mi familia, mi profesión y creo en la justicia”.
Hecho
El hecho ocurrió el 18 de septiembre del 2016, cuando alrededor de las 06:00 horas, efectivos de dicha comisaría procedieron a la demora de un hombre que aparentemente se encontraba provocando disturbios en el barrio 26 de Junio, precisamente en la esquina de la calle Namuncurá y avenida Beghin de la ciudad del Gorosito.
En un principio se informó que el joven de 29 años de edad sufrió convulsiones y a pesar de los intentos por reanimarlo, éste perdió la vida en una oficina de la dependencia policial citada, más tarde la autopsia indicaría que la causa de la muerte fue por “broncoaspiración”.
La investigación estuvo a cargo del juez Albarrán, en tanto la Policía confeccionó los informes y se iniciaron actuaciones administrativas con personal externo de esa regional para determinar responsabilidades internas.