Por Nicolás Fernández
Ser argentino, padecer la mediocridad y el oportunismo de una clase política que retrasa 70 años es quizá la mas grande de las dificultades que atraviesa nuestro país para poder desarrollarse.

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Alberto Fernández asumió la presidencia de un país devastado por un grupo de improvisados, liderados por Mauricio Macri; este grupo de gente nos endeudo desproporcionalmente, dolarizo nuestras deudas internas, fugo miles de millones de dólares (esos mismos que pidieron prestados), fundieron miles de PYMES, nos dejaron con un nivel de pobreza e indigencia vergonzosos e insoportables. Un grupo de ¿políticos? improvisados liderado por niño angurriento y egoísta junto con un gabinete formado por sus amigos todos similares.
Llegaron al poder siendo oposición no proposición, se alimentaron del enojo de una parte de la sociedad que desde ese lugar voto, lo nuevo sin medir consecuencias.
A esto, que solo es enunciado, pero muy evidente para cualquier lector por parcial que fuera su opinión política, sumemos que, el gabinete del gobierno saliente estaba compuesto por gente de baja estofa y de conocidos intereses muy poco honorables.
Como por ejemplo el Secretario de Energía, que era y es nada más ni nada menos que un empresario del sector petrolero, con intereses muy particulares en la suerte de una parte de la industria. Lógicamente termino denunciado penalmente por administración fraudulenta. O bien es sabido que los funcionarios de la AFI ex SIDE terminaron procesados por espionaje ilegal, o que Dietrich un funcionario muy particular hizo de todo, pero entre las cosas más groseras, le quito el manejo de los puertos a los remolcadores argentinos, para entregárselos llave en mano a la multinacional MAERSK, empresa que trabajo en el aprovisionamiento logístico de los ingleses durante la guerra de Malvinas. Acto que, a pesar de ser un delito, nunca nadie lo advirtió, quizás algún fiscal cobre coraje o memoria y lo procese.

Jueces
Tampoco podemos olvidar que removieron jueces a libre albedrio, nombraron integrantes de la Corte Suprema por Decreto, estafaran al Estado con la deuda de Correo, persiguieron a la fiscal que los denuncio. Ni hablar el desguace del Banco Nación o su utilización para negocios escandalosos, entre los que podemos identificar el de Vicentin.
Sin esta muy apretada síntesis es difícil entender porque al Presidente Fernandez, le cueste tanto poner en marcha el país.
Para terminar de entender lo complejo, mis queridos compatriotas les falta recordar que, para colmo de males, los argentinos después de sufrir la catástrofe económica financiera y de gestión generada por el paso de Macri, y el mejor equipo de los últimos 50 años, le toca enfrentar una pandemia universal, que costo y está costando miles y miles de vidas.
El COVID-19 esta siendo para el mundo, muy complejo. Pero para Argentina ha sido peor, ya que se el presidente se encontró con país desbastado y saqueado por una conglomeración de señoritos egresados en buenos colegios, pero con muy malas intenciones.
Salud o economía es una discusión que no debiera poner sobre la mesa ningún ser humano racional. Hace unos días escuche una entrevista en España donde le preguntaba a una persona que estaba en la calle sin barbijo por que no cuidaba a los demás. El entrevistado respondió que el estaba dispuesto a que se muera gente, que lo mas importante era la economía, a lo que el entrevistador le pregunto: ¿cuantos muertos de su familia estaba dispuesto a donar? Se hizo un silencio en la entrevista, acto seguido la persona pidió disculpas y se puso su barbijo.
Los remedios al igual que la cuarentena son horribles, antipáticos: pero hacen bien. Y si pensamos en nuestra gente (familia, hermanos, hijos, padres, vecinos, ciudades, provincias, país…) a quienes tenemos la obligación de cuidarlos entonces quizá se haga mas soportable este momento.
Sin duda ante la falta de una vacuna hay que tomar medidas que permitan bajar la tasa de mortalidad, medidas muchas veces irritativas. Claro que estas medidas traen consecuencias, molestias y enojos. Pero sin duda muestran un claro liderazgo ideológico, que no puede ser ajeno a nadie, ni siguiera a los mas irritados. Para Alberto y Cristina, la gente es PRIMERO.

Sociedad
Sin duda como sociedad debemos plantearnos como puede ser que frente a motivos económicos y malestar social elijamos un camino que nos lleve a la muerte. Quiero recordarte amigo lector que una vez que te mueres, la plata no te sirve para nada. Sin respiración no hay oportunidades. Puedo entender el dolor, pero mas entiendo el dolor de los enfermos o de los que pierden a un ser querido, o de los médicos. Entiendo el dolor de la economía, pero nada se compara al dolor de la vida. Si hay vida hoy quizá nos caeremos, pero mañana seguiremos luchando.
Hubo lideres mundiales con posiciones anti pandemia, países cuyo índice de mortalidad asusta y si se hubiera dado en la argentina, muchos de los que marcharon, estarían pidiendo la renuncia del presidente.
Bullrich devenida en agitadora profesional, uso la marcha para recordar su paso revolucionario juvenil. Cuando con estilo de estirpe PRO cito a Perón, al referirse «hay que estar a la cabeza de la gente, de lo contrario nos pasaran por arriba», y califico de tibios a los que no fueron a la marcha. Lastima que le quedo tan poco contenido a su discurso. ¿A quien le hablara Bullrich? ¿A los enojados? A ellos le recuerdo el trabajo de los médicos, enfermeros y la historia de los que murieron, por que alguno creyó que estaba por arriba de la vida.
Hay mucho odio, egoísmo y rencor en la sociedad, ese dolor lamentablemente lo representa una clase política sin ninguna clase de escrúpulo o experiencia en gestión. Escuchan odio y repiten sin parar palabras que alimentan la bronca. Quizá sin esa bronca los enojados se enfocarían mas en el contenido de fondo de esta clase de dirigentes sin propuestas.
Macri desde muy lejos y sin hacerse cargo de nada de lo horrible que dejo, festeja con orgullo que la gente marche y le diga si al trabajo y a la libertad. Que imagen tan mediocre, que personaje tan sínico, que falta de respeto hacia todos. Yo creo que hay que medir las consecuencias, las dirigencias políticas debe ser menos mesiánicas y más serias en la argentina.
Claro que la gente está enojada, claro que los que marcharon no tenían consignas unificadas, claro que hay proyectos de ley que pueden generar más o menos empatía, pero eso no nos da derecho para agitar al pueblo a tomar las calles en medio de una pandemia que está generando MUERTE.
No soy militante del miedo, sino de la responsabilidad, no formo parte del gobierno, pero entiendo que no se puede utilizar el descontento circunstancial.
La agenda legislativa tiene sus cosas, pero en todas las encuestas los problemas más graves son inseguridad y corrupción. Es claro que la justicia no está funcionando como debiera, es un reclamo que tiene mas de 30 años y es por ello que hay que modificarlo. Esa modificación puede ser bien leída o en forma de ataque a otros poderes del estado. Pero por favor razonemos y simplemente hagámonos cargo de que muchas cosas no funcionan como debieran y la forma de modificarla no siempre son las mas simpáticas.