Por Guillermo Ritondale (Segunda parte)
Basta de Diputados, Senadores, Intendentes, Concejales y toda la ristra de asesores y funcionarios que son elegidos porque son los “menos peores”, alcahuetes o amigos de algún “capanga” de la política. Construyamos opciones electorales entre los decentes, los que nos den nuestro espacio para opinar. Entre quienes tienen sueños colectivos en lugar de proyectos personales.

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En tiempos de redes sociales, gastemos un minuto de nuestras vidas en conocer al candidato y NO VOTEMOS a quién es corrupto o incompetente. Con el cuentito de que “todos son corruptos”, nos hacen sentir que no hay opción. SI LA HAY. No votemos al que nos ofrece un poco de comida, o una limosna.
Volvamos a sentirnos dignos y capaces de forjar nuestro futuro. Es el camino más esforzado pero el que nos llevará más lejos. No es difícil ver a nuestro alrededor, para ver la miseria (no solo económica) que viven quienes alguna vez creyeron que vivirían dignamente solo por estar cerca de algún candidato.
Tampoco hagamos una caza de brujas, donde a cualquiera que tenga una foto con un dirigente lo tildemos de cómplice. Hay un camino recorrido y muchos apoyaron opciones que los defraudaron. Si no participaron del saqueo, creo que nadie tiene derecho a condenarlos.
En lugar de cortar rutas para pedir que nos incorporen a las sobrecargadas plantillas de personal provincial o municipal, exijamos las herramientas para crecer con dignidad. Recuperemos el concepto de “movilidad social ascendente”. Pensemos en que nuestros hijos y nietos deben vivir mejor que nosotros en lugar de seguir “misereando”; hasta cobrar cuando al funcionario de turno se le ocurre pagar.

Potencia
Con esa idea, nuestros abuelos y sus padres hicieron que este país sea la sexta potencia mundial a mitad de Siglo XX.
Y con la trampa actual estamos debajo del puesto sesenta.
Una de las razones más importantes de semejante caída fue que perdimos de vista que NO PODEMOS SER APOLÍTICOS: que, por lejana que nos parezca, la política decide cuánto cobra un jubilado, si nuestros hijos tendrán clases o no, cuanto de lo que ganamos nos queda a nosotros y cuanto se lleva el Estado para mantener Diputados inútiles y asesoras igual de inútiles que se ponen prótesis en los senos con el dinero que cobran indebidamente.
Miremos para adelante.
Si no tenemos un sueño claro para nuestra vida salgamos a buscarlo o apoyemos a quien lo tenga. Pero no dejemos que nadie nos diga cuál debe ser ese sueño. Enfoquemos para mirar un futuro promisorio, en lugar de gastar la vida (sin darnos cuenta) en analizar la miseria en que nos hacen vivir. No votemos más a quien aparece solo para las elecciones o a quien nos amenaza para que lo votemos. Tampoco caigamos en las trampas retóricas de derechas, izquierdas, peronismo ni radicalismo. El año que viene debemos elegir Diputados Nacionales y en tres años renovar todo el plantel de funcionarios. No votemos como trámite.
Es mentira que “nadie quiere trabajar”. Miremos a nuestro alrededor. Hay muchos clubes, bibliotecas, comisiones barriales, padres de patín o de fútbol, comedores o merenderos y muchos lugares a la vuelta de nuestra casa, donde hay gente muy valiosa que trabaja a diario por el bien común. Muchas veces sin cobrar por eso o cobrando mucho menos que la chica de los senos operados.
Tomemos ese ejemplo y busquemos, entre la gente que ve la vida con esa generosidad, a nuestros representantes. La política no es sucia, ni te obliga a ser corrupto. El problema es que nos hicieron creer esa mentira para que los buenos se queden en su casa para no ensuciarse y entonces ¿quién va a ocupar los cargos políticos si los buenos están en su casa? Los inútiles, corruptos, arribistas… Los “busca”.
Tenemos tiempo. La elección de medio término del año próximo debe ser el trampolín para una nueva idea de la política.
Si creo que la política está llena de corruptos y yo no lo soy, pues entonces… entraré a la política para que haya uno que no sea corrupto. Opinaré en mi barrio, condenaré al corrupto (de igual manera si es de mi espacio político que si es de otro espacio), instaré a mi entorno a que despierte de esta pesadilla. Aceptaré opiniones en contrario, honraré la palabra DEMOCRACIA dando a todos la oportunidad de expresarse y ser tenidos en cuenta.

Corruptos
Comenzaré a construir un ámbito a mi alrededor donde ya no se vote a corruptos. Y cuando mi alrededor se extienda, encontraré el alrededor de otro que está en la búsqueda de la salida y veré el modo de sumar nuestros sueños.
Tal vez encuentre vecinos con quienes juntar nuestro residuo plástico o cartón para entregarlo a un reciclador en lugar de tirarlo al ambiente. Y si hacemos un volumen importante, vender lo recolectado y donar ese dinero a algún proyecto social que algún héroe anónimo que conocemos desarrolla en nuestra comunidad.
Gastaré un rato de mi vida para que los niños y adolescentes de mi familia me acompañen y vayan tomando conciencia de que juntos se puede llegar más lejos que separados. Y que un bravucón no tiene que ser elegido para manejar nuestra vida. Que tenemos que buscar entre los buenos para que lo hagan.
Que no es importante el tamaño de nuestra acción, sino el sentido que le demos. Que pensar en conjunto nos engrandece como personas. Y que hacer el bien nos consume menos tiempo que padecer el mal que nos hacen otros.
Esta cuarentena es un despropósito. Soy profesional de la salud y tengo plena conciencia de lo que representa el Covid-19 y los cuidados que debemos tener. Pero los resultados de la gestión en Argentina, claramente, son negativos. Hay muchos muertos por el virus, muchos otros que no se contabilizan por otras razones como violencia de género, depresión, falta de cuidados médicos, falta de medios para enfrentar tratamientos, falta de atención de la Salud Pública, caída de ingresos por falta de trabajo, cierre de empresas y comercios que aumentan la desocupación, aumento de la delincuencia y muchos otros. Hay muchos ejemplos en el mundo de formas de encarar el proceso sin someter de este modo a las sociedades. Entre nosotros, el remedio es peor que la enfermedad. Está sugiriéndose que el año que viene votaremos EN OCTUBRE en dos días en lugar de uno, porque seguiremos con aislamiento social.
La herramienta más poderosa para enfrentar a un virus es el sistema inmunológico de cada uno, y en Argentina tienden a deprimirlo.
Nos roban los recursos, sumergen a los niños en la pobreza, deprimen a las personas obligándolas a vivir encerradas. A un abuelo de ochenta años, con una expectativa de vida limitada ¿lo ayudamos si no le permitimos ver a sus nietos por seis meses porque viven, por ejemplo, en Comodoro, a 70 km de Caleta? ¿En qué estadística se computa la desazón que le produce escuchar a esos niños decirle por teléfono que lo extrañan y quieren verlo? ¿En qué casillero se anota el perjuicio ocasionado, porque antes lo veía semanalmente? El perjuicio al abuelo y al nieto.
Soy absolutamente anti “ésta” cuarentena, que induce a los vecinos a denunciarse entre sí porque salen a tomar sol.
Y porque, disfrazada de preocupación social, tenemos desplegada una estrategia de sometimiento y pauperización de nuestra sociedad, llevada adelante por la misma casta política que genera Diputados que usan nuestro dinero para pagar las prótesis de sus novias, vender falopa en ambulancias, abusar de quienes le piden ayuda… y que, con diferentes sellos políticos, son elegidos por una provincia que no conocen.
Algunos porque ni nacieron ni vivieron en ella y otros porque, a pesar de nacer aquí, obtuvieron lo que querían para sí mismos y ya no les importa el resto. Bueno… en realidad nunca les importó, solo que ahora se sacaron la careta.