Por Antonio Arcuri (*)
El 17 de octubre de 1945 una masiva marcha de trabajadores irrumpe en la Plaza de Mayo, van a pedir la liberación del Coronel Juan Domingo Perón.
La noche trajo la noticia más esperada y la presencia en el balcón de Casa Rosada consolidó al hombre y al pueblo en un sueño que no resistía más demora, cumplir la esperanza de un nuevo país que debía nacer.
De aquel discurso se puede rescatar una frase que describe lo que vendría “Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme satisfacción, pero desde hoy sentiré un verdadero orgullo de argentino porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores”.
Un pacto de responsabilidad quedó implícito, el movimiento nacional que surgía en aquella epopeya tiene como base principal defender y luchar para que la dignificación a través del trabajo alcance por igual al pueblo de esta patria.
Luego de aquella jornada ya nada fue igual, el subsuelo de la patria sublevado tal como lo expresaba Scalabrini Ortiz, ingresaba a la política y se transformó en actor principal de los cambios que la vida institucional de la Argentina necesitaba.
El 17 de Octubre fue el primer hito en un camino que comenzó en la Secretaria de Trabajo y Previsión desde la cual Perón estableció un vínculo con los trabajadores y fue concretando derechos como el recordado Estatuto del Perón Rural.
El segundo hito fue la Constitución de 1949 que tenía una columna vertebral en materia de derechos que a posterior de ser derogada en el `55, se introdujera como artículo 14 bis en la restablecida Constitución de 1853.
Las transformaciones producto de aquella épica jornada de 1945 vislumbraron un nuevo país, y constituyen el legado que nos dejaron Perón junto a su incomparable compañera Evita, donde la dignidad de la persona humana es el núcleo y el trabajo su realización.
En su flamante encíclica “Fratelli tutti”, Francisco define “ayudar a los pobres con dinero deber ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo”.
De aquella jornada, de la que pasaron 75 años, rescatamos también la idea de lealtad como la expresión de individuos que no se sienten ajenos a la suerte de sus congéneres. El símbolo de una mano que toma con firmeza a otra, estampada en el escudo peronista representa la idea de que nadie se salva ni se desarrolla solo, sino a la par del resto de los miembros de su comunidad.
En esta fecha también se cumplen catorce años de que los restos del tres veces presidente de los argentinos, Tte. General Juan Domingo Perón, descansan en San Vicente, tierra bonaerense.
El Museo Histórico 17 de Octubre comparte desde 2006 el espacio con el Monumento-mausoleo dedicado a su memoria, erigido con el esfuerzo de miles de militantes justicialistas, y llevado adelante por la convicción de grandes peronistas, como Eduardo Duhalde, Antonio Cafiero, Manolo Quindimil, Fernando Galmarini, Lorenzo Pepe y la dirigencia de la CGT, entre otros, epopeya que tuve el honor de acompañar.
(*) Ex Secretario de Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación, Ex Ministro de Justicia de la Prov. De Bs. As. y Presidente de la Asociación Amigos del Museo Histórico 17 de Octubre de San Vicente, sitio donde descansan los restos del General Perón.