Un mensaje «vacío», inconsistente; plagado de frases «hechas», y sobre todo alejado de la realidad; así fue el discurso de Alicia Kirchner para dar inicio al cuadragésimo octavo período de sesiones ordinarias de la Legislatura.
Si bien nadie esperaba grandes anuncios, o un análisis profundo sobre la situación de Santa Cruz; tampoco se esperaba este mensaje superficial, con promesas y con pocas precisiones sobre la gestión. Hay que apuntar que las aperturas del «año legislativo» sirven al Ejecutivo para reseñar políticas de Estado; y lo escuchado ayer fue poco más que un «discurso de campaña».
El acto se inició poco después de las 9:30 horas, con Alicia junto a su vice Eugenio Quiroga, en el estrado y un puñado de funcionarios en el recinto.
Primero, Eugenio dio la bienvenida a las «autoridades» presentes y a los diputados «virtuales», que siguieron el acto desde sus casas.
El «muro» de pantallas dejó ver a los legisladores que inexpresivamente siguieron el extenso y tedioso discurso de Alicia.
Las primeras frases ya pusieron en evidencia que sería un «discurso negador» de la realidad, un relato de algo que los santacruceños no vivimos.
El famoso «Plan Estratégico, Santa Cruz, Energía para crecer», del que nunca se conocieron acciones o resultados; es una muestra del discurso de campaña que se «disfrazó» de rendición de cuentas.
«Como Gobernadora, mi único compromiso es con nuestro pueblo», fue la primera frase tan demagógica y sin sentido, que permitió conocer de antemano cual sería la tónica del mensaje.
De inmediato llamó «a todos y todas a recuperar el sentido de lo plural, saltando las vallas que sean necesarias sin claudicar, sin mezquindades. Esto exige comprender que no hay salidas individuales sino un proyecto colectivo», dijo y sonó a reproche. La pregunta es: ¿qué más deberíamos hacer los santacruceños?
Otra frase que generó indignación fue cuando agradeció «muy especialmente a aquellos que se entregaron en cuerpo y alma a hacer frente a esta pandemia. Esa misma fuerza es la que necesita Santa Cruz para mejorar su calidad de vida».
Causó enojo, sobre todo teniendo en cuenta que la gobernadora sigue negando el «Vacunatorio VIP» y teniendo en cuenta que gran cantidad de personal esencial y trabajadores de la salud aún no han sido vacunados.
Siguió con las frases «poéticas» pero con poco valor en un mensaje que debería haber tenido precisiones más que expresiones de deseo.
«Lo que conmueve al mundo nos exige ser artesanos de la construcción de este nuevo futuro», dijo y siguió: «al mundo que conocíamos se le borraron las certezas».
El dedo acusador de Alicia
Un párrafo aparte fue el dedicado a los medios de prensa que no son oficialistas, con críticas a la libre expresión en las redes sociales. Además, dejó una palabra de su invención como para que el discurso tuviera una «perlita»: infodemia.
«Aprovechando esta situación junto con la Pandemia se potenció la ‘infodemia», siendo terreno fértil de las redes y de algunos medios. Es difícil a veces entender esto de la infodemia, porque para que esta exista debe haber no sólo un emisor, sino también receptores, en un todo vale. Así algunos y algunas en su miserabilidad vieron la oportunidad de deteriorar la imagen de nuestra Argentina. ¿Recuerdan las críticas al origen de la vacuna rusa? o las marchas pregonando que el virus no existe, o la de aquellos que pregonaban remedios milagrosos no autorizados por el ANMAT», sintetizó.
Y fue más crítica aún: «Es cierto también que esta pandemia además de afectar la salud física y mental tensiona los vínculos en nuestras comunidades, distancia a las personas no solo física sino emocionalmente debilitando los gestos de solidaridad y compromiso comunitario. Yo a veces digo, se está perdiendo el sentido común, el más difícil de los sentidos, el que es reemplazado por creencias comunes manipuladas como decía, por todólogos que por su propia ignorancia hablan de todo como si fueran expertos».
En toda esta parte del discurso Alicia se dedicó a señalar con dedo acusador a la población que expresa su malestar, descontento o disidencia, llegando incluso a acusar a los santacruceños de ser poco solidarios. «Resolver estos desafíos es tarea de cada lugar, nosotros desde Santa Cruz afirmando nuestros compromisos con los otros y poniendo a prueba las convicciones en un ejercicio responsable. Hay que derrotar la pobreza cívica de la tocología descalificadora y vencer las dificultades en el día a día. La empatía es tan necesaria como la vacuna, debemos ser más solidarios».
Estancada en reflexiones que le permitían argumentar y sostener las críticas a la ciudadanía, la Gobernadora «tiró» otra frase del «Manual» de lugares comunes: «Nadie se salva solo. Los santacruceños y santacruceñas, tenemos la fortaleza y el coraje para salir adelante. El crecimiento con desarrollo humano es mucho más que crecimiento económico. Por eso ponemos toda nuestra energía para que Santa Cruz crezca porque si algo sabemos es de crisis, las hemos vivido y sufrido. Nuestra corta historia institucional lo prueba».
A esta altura, los consejos, reflexiones y seudo análisis, parecían preparar el terreno para las justificaciones de una gestión inexistente.
«Con la incertidumbre permanente avanzamos, pudimos hacerlo porque teníamos claras nuestras metas y objetivos. Desde el Estado, lo hacemos desde los dispositivos territoriales en un abordaje integral, para evitar que los efectos caóticos generados por la Pandemia nos impidan encontrar el camino de la esperanza buscando que la cooperación nos permita ser más solidarios», indicó.
El tedio se apoderaba de todos los legisladores, e incluso los más oficialistas miraban de reojo el reloj, mientas la gobernadora seguía: «La normalidad a la que estábamos acostumbrados se transformó en algo todavía difuso, camino seguramente a lo que algunos llaman la nueva normalidad. ¿Cómo comprender en este marco el suceder de los hechos? Al mundo que conocíamos se le borraron las certezas. Vivimos tiempos donde las relaciones sociales y económicas se ponen a prueba, como si estuviéramos en el ojo de una tormenta donde lo único seguro es la persistencia de los efectos del Covid-19, donde fue evidente que la irresponsabilidad mata, sea en fiestas clandestinas, en no cuidar a los nuestros, en no cumplir con las pautas aconsejadas utilizando la viveza criolla y festejando el violar prohibiciones», dijo Alicia para volver a criticar sin asumir una sola responsabilidad.
«Los alcahuetes de siempre»
Pese a que el discurso estaba escrito y Alicia lo leía con precisión, parecían reflexiones erráticas; una digresión. Por eso nadie entendió muy bien a que se refería cuando habló sobre política, elecciones y democracia. En un punto en donde la pandemia era el eje temático, saltó hacia la «hipocresía» de la dirigencia, en lo que probablemente fue un mensaje hacia dentro de su gobierno y su partido.
«Desde la política se afirma la democracia. Muchos creen que tienen y conservan los votos puestos y otros piensan solo en las elecciones. Cuanta hipocresía alimentada, perdón por la expresión utilizada, pero es la fomentada por los alcahuetes de siempre, sin tener en cuenta que todo es temporal. Santa Cruz necesita que su gente y que sus funcionarios y legisladores sean oficialistas o de la oposición, no estén tan preocupados en las próximas elecciones. Ejercer de ciudadanos y ciudadanas, no es votar cada cuatro años, se debe entender que el ejercicio serio de la política va mucho más allá de los resultados electorales y del narcicismo de algunos dirigentes. Lo que conmueve al mundo nos exige ser artesanos de la construcción de este nuevo futuro».
En el final, habló de «desarrollo económico y productivo» y es aquí donde el discurso cayó en la línea argumental de «realizaciones», aunque nadie las vea.
Teniendo en cuenta que el «kirchnerismo» (la familia Kirchner) gobiernan Santa Cruz por casi tres décadas e incluso a nivel nacional una década completa, la provincia es realmente «subdesarrollada» desde todo punto de vista y no correspondería que mencionen la palabra desarrollo con tanta ligereza.
Alicia mencionó un informe (Rendir Cuentas) y dijo que estaría disponible, aunque no dijo en dónde. «Este informe habla de un gobierno que trabajo fuertemente para estar presente, que aún con pandemia no descuidó los objetivos a cumplir y lo hizo sin especulaciones oportunistas, en cinco ejes: Desarrollo Económico y Productivo, Desarrollo Humano y Social, Fortalecimiento del Estado, Cuidado ambiental y Alianzas estratégicas en el territorio», afirmó.
Luego aclaró: «los objetivos planteados a principio de 2020 se fueron modificando por el avance de la pandemia, sin embargo, el plan igualmente se pudo desarrollar».
Con cifras «incomprobables» sobre asistencia a empresas o aludir a una supuesta política fiscal con beneficios para los contribuyentes, Alicia intentó presentar su gestión como efectiva, pero la larga perorata de reflexiones y buenas intenciones ya habían demostrado que no tenía nada para decir.
«Créanme que continuaremos esta labor escuchando atentamente lo que aun falte o se complejice. Nuestra vocación es acompañar», afirmó.
Las promesas de siempre
Un tema que cada vez que es mencionado por Alicia o por alguien de su gobierno lastima a los habitantes de la zona norte, es la promesa de agua potable. En este punto, comenzó también a enumerar obras que ya prometía su difunto hermano, Néstor Kirchner, cuando era gobernador y luego presidente.
«Creo en el hacer estratégico, en las obras de infraestructura y equipamiento que necesita Santa Cruz. Son tan estructurales que a veces pasan desapercibidas por las mayorías y solo son interpretadas cuando están terminadas y cambian la vida de los pueblos. Un ejemplo de ello es la decisión de nuestro gobierno provincial de completar el interconectado, con las dos líneas de alta tensión de 132KW: Pico Truncado -Caleta Olivia y El Pluma Perito Moreno Los Antiguos y la preparación del cableado para extender la fibra óptica. Esta última cambiará en calidad el noroeste de Santa Cruz. Días atrás se firmó el inicio de obra y, permitirá no en el largo plazo sino en el mediano plazo el ingreso de las localidades de Perito Moreno y Los Antiguos al interconectado nacional posibilitando el desarrollo a través de la diversificación de la actividad productiva de la comarca andina. Ambas líneas de alta tensión se hacen con aportes provinciales y del Fondo Unirse porque bueno es recordar que en su momento el ex presidente Macri sacó del presupuesto nacional el financiamiento de estas para no ayudar a Santa Cruz», sintetizó Alicia, quien no podía no mencionar y echar la culpa de algo al ex presidente.
Ya para cerrar su discurso, Alicia volvió a sus frases «épicas» y sentenció: «Al finalizar mi mandato con la ayuda de Dios y del Pueblo santacruceño espero dejar una provincia con más equidad distributiva, justicia social, y soberanía tecnológica. Pero debemos entender que no basta solo con buenos deseos, nos necesitamos todos y todas los santacruceños, porque para transformar, hay que tener coraje, esperanza, alegría y sobre todo entender que la vida cobra real sentido sirviendo a los demás. Por eso valoro a los que nunca se rinden. Muchísimas gracias a todos y todas».