Para qué votamos como diputado nacional por Santa Cruz a Máximo Kirchner, es una pregunta que aún nos hacemos los santacruceños.
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A la vista de la inutilidad de su gestión para hacer algo por los ciudadanos santacruceños, las respuestas a la pregunta anterior podrían ser: 1) para darle fueros, 2) para hacerlo millonario.
Estas dos respuestas se pueden corroborar con la realidad, ya que un joven con «secundario cursado» – su declaración jurada no aclara si completó el Ciclo- sin antecedentes laborales y de nula presencia en nuestra provincia, obtuvo una banca en el Congreso que le da «inmunidad» judicial y además en pocos años amasó una fortuna.
Sin embargo, su última «actuación» en la Cámara de Diputados pareció buscar un camino para levantar su perfil de luchador social. Fue cuando impulsó el denominado «Impuesto a la Riqueza», en busca que los «oligarcas» sean «solidarios» y paguen por ser millonarios en un país en el cual la mitad de sus habitantes son pobres o están bajo la línea de indigencia.
El Impuesto ideado por Máximo logró el apoyo de la mayoría y de allí la idea era que lo recaudado por el Estado se destine a paliar la grave situación que genera la Pandemia de Covid 19.
Hasta ahí, todo estaba dentro de los parámetros de la razonabilidad; sobre todo cuando de alguna manera se podría tomar como un gesto para «dar el ejemplo» a la «clase pudiente».
Pero lamentablemente para quienes aún tienen algún tipo de expectativa con el hijo de Cristina y sobrino de Alicia, el joven millonario que en su última Declaración Jurada conocida reconoció un patrimonio de 292 millones de pesos – 50 % más que lo declarado en el 2.019 – pagará el impuesto a la riqueza por el mismo propuesto, en cómodas cuotas.

El año pasado se conoció que Máximo Kirchner tenía (en blanco) un Patrimonio de 291.739.213,02 pesos, que representaba un aumento de casi 100 millones en relación al período fiscal del año anterior. Pese a su fortuna, el hijo de la vicepresidente siempre tuvo una actitud reticente a pagar impuestos y el año pasado dijo a la AFIP que no pagaría sus deudas.
Según la causa «AFIP-DGI C/ Kirchner Máximo Carlos S/ Ejecución fiscal», que cursa en el expediente 18645/2019, Máximo Kirchner decía que la intervención que la Justicia realizó sobre su patrimonio, le impedía pagar sus obligaciones.
Ahora, luego de ser autor de un «nuevo impuesto» – en argentina existen a la fecha 165 tributos distintos, entre nacionales, provinciales y municipales – él mismo es reticente a pagarlo.
Según se conoció ayer, a través de un informe de la periodista Mariela Arias para el diario La Nación: «el diputado nacional Máximo Kirchner pidió ingresar al plan de pagos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para pagar los de 7,7 millones de pesos correspondiente al Aporte Solidario y Extraordinario, más conocido como «impuesto a la riqueza», ley impulsada por él mismo en el Congreso. La solicitud de ingresar al plan de pagos alcanza también a su hermana, Florencia Kirchner, quien deberá abonar un monto similar».
Más aún, el informe revela que respecto al intento por mostrarse insolvente ante la AFIP; una Resolución judicial del 2020 «permitió que los impuestos generados por el patrimonio intervenido de los Kirchner, se pagara con fondos que se encuentran bajo administración judicial.
Vale mencionar que luego de sancionada la Ley del Impuesto Solidario, tras su reglamentación en ente recaudador estableció que las personas alcanzadas por el gravamen, podría optar entre el 23 de marzo y el 28 de abril por realizar un anticipo del 20% de la deuda consolidada e ingresar el saldo resultante en cinco pagos mensuales y consecutivos». Ese es el plan al que se acogió Máximo; y también Florencia.