El informe se da según los datos en 2020. Está comenzando el calor y los mosquitos acechan.
Un informe del CONICET publicado en la revista especializada Scientific data demostró que el mosquito transmisor del virus se expande en zonas templadas del país. «Tenemos que saber que somos las personas los que generamos los cambios ambientales que permiten que los mosquitos se reproduzcan. El dengue es un desorden ambiental que afecta nuestra salud y está en nuestras manos prevenir. El virus dengue necesita del mosquito para poder circular; podemos hacer algo para evitar la enfermedad», señaló la doctora Elizabet Estallo, que dirigió la investigación en la Universidad Nacional de Córdoba.
Falta poco para la temporada veraniega y la reaparición de los mosquitos vuelve al centro de la escena; con ella el dengue. Si bien desde finales del otoño las hembras del mosquito ponen huevos, éstos quedan pegados en los recipientes hasta la temporada en que empiezan las lluvias, luego al ser cubiertos por el agua almacenada en los cacharros, comienza el ciclo de la vida con la eclosión de larvas. Por eso, para evitar los brotes de la enfermedad es central trabajar en medidas de prevención a lo largo de todo el año.
Los casos de dengue se cuadruplicaron en comparación con los registrados en 2016. Según los especialistas, una de las razones es que aun a pesar del cierre de fronteras debido a la pandemia de COVID-19, ya había ingresado el virus y con el confinamiento las personas estuvieron mucho más tiempo en contacto con los mosquitos transmisores que se criaron en los cacharros y agua de sus patios, balcones, jardines, etc.
Otra de las razones es que Argentina tiene condiciones climáticas ambientales adecuadas para la proliferación del mosquito aedes aegypti en la zona central, que es un área templada, y a partir de allí su presencia puede extenderse sin inconveniente por todo el país.
Problemática ambiental
La investigación desarrollada por el CONICET detectó que antes de 2009 la transmisión del dengue se limitaba a provincias del norte del país con climas subtropicales, pero luego comenzaron a detectarse casos en varias provincias con climas templados.
La doctora Elizabet Estallo, que integró el equipo multidisciplinario del Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas que desarrolla su trabajo en la Universidad Nacional de Córdoba, remarca que la presencia, la distribución y la abundancia, no solamente del mosquito sino de los patógenos que estos transmiten están condicionadas por el ambiente. En la entrevista con Horacio Solá para Fundación Medifé, detalló cómo el cambio climático, el ingreso del virus y la circulación viral están vinculados a la problemática ambiental.
«Cuando las personas viajamos a países tropicales o subtropicales donde hay circulación del virus dengue, podemos enfermarnos y regresar enfermos portando el virus. Ese virus puede ser transmitido de humano a mosquito, cuando uno sano nos pica, y este, enferma. De ahí en adelante contagiará a toda persona que pique. Por lo tanto, somos nosotros -con nuestros traslados- quienes generamos cambios sobre la naturaleza», enfatizó la Dra. Estallo.
Actualmente ya es claro que los desplazamientos, son cambios ambientales, y que de todos ellos la responsabilidad es humana. Por lo tanto, lo es también en el caso del virus dengue y su reproducción a través del mosquito aedes aegypti. «El dengue es un desorden ambiental, y ese desorden ambiental afecta nuestra salud, y está en nuestras manos el poder hacer una prevención para evitar que el mosquito se siga reproduciendo, porque sin él no habrá virus dengue», subrayó la especialista.
Si bien los cambios ambientales que determinan el aumento de la temperatura no son sencillos de realizar e implican cuestiones geopolíticas, sí es fácil atender a no generar sitios propicios para la proliferación del mosquito. «Es una problemática socioambiental, donde nosotros, como seres humanos, somos los principales agentes de cambio cuando podemos evitar la reproducción del vector, el mosquito», alertó.
Acerca de la prevención, la Dra. Estallo mencionó la necesidad de no esperar el calor y comenzar durante el invierno: » en ese período hay que limpiar espacios públicos, patios, jardines y eliminar todo tipo de recipiente artificial que pueda contener huevos de aedes aegypti de la temporada anterior porque el huevo tolera la desecación». Esos huevos esperan pacientes la llegada de estaciones lluviosas a fin de recomenzar el ciclo vital. Además, valoró: «Necesitamos entender que esto nos afecta a todos, y que está a nuestro alcance tomar medidas de prevención, evitando justamente criar mosquitos en nuestro contexto».