El reportero gráfico José Luis Cabezas fue recordado este martes con actos en distintos puntos del país al cumplirse 25 años de su asesinato, y desde la ciudad de Pinamar, donde se cometió el crimen, los familiares y colegas del fotógrafo advirtieron que la «libertad de los condenados es una afrenta» para la memoria y «un peligro para la sociedad».
«No había brazos ni palabras que me ayudaran a entender lo que pasaba. ¿Por qué, José Luis? ¿Por qué a nuestros hijos? ¿Por qué a sus padres? ¿Por qué a su hermana? ¿Por qué a mí? El dolor quedo en mí, y su mirada clara y transparente la encuentro siempre en la mirada de nuestra hija», dijo Cristina Robledo, viuda del fotógrafo que vive actualmente en España, en una carta que fue leída por el amigo del reportero gráfico y periodista, Gabriel Michi.
En el acto también estuvo presente el intendente de Pinamar, Martín Yeza, además de la hermana del reportero gráfico, Gladys Cabezas, así como el empresario de medios y dirigente sindical Víctor Santa María, entre otros.
Los participantes descubrieron un monolito que recuerda al reportero y plantaron un árbol en su memoria.
Por su parte, Yeza pidió disculpas en nombre del municipio, según informó la revista Noticias, que cubrió el acto.
Asimismo, Gladys Cabezas señaló en declaraciones a Radio 10 que «todos los condenados en el caso están en libertad y con muchos beneficios» y aseguró que «seguimos luchando para que se termine la impunidad en este país porque no hay Justicia ni para José Luis ni para el resto».
Michi, quien realizaba la cobertura periodística de verano en Pinamar para la revista Noticias junto a Cabezas cuando el fotógrafo fue asesinado el 25 de enero de 1997, consideró en declaraciones a Radio del Plata que «la libertad de los condenados es una afrenta a José Luis y un peligro para la sociedad».
«Fueron condenados todos los asesinos a perpetua pero después vino un fallo vergonzoso de la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires que les redujo la condena, les aplicaron el 2×1, y habiendo cumplido un tercio de la condena todos se fueron a su casa», expresó el periodista.
También, Cabezas fue recordado por la Asosicación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra) en un acto presencial que se hizo en el barrio porteño de Balvanera, con la consigna «No hay democracia sin justicia. No hay justicia sin verdad y no hay verdad sin memoria».
En el acto, al que concurrieron representantes de los sindicatos de prensa, Eva Cabrera, fotoperiodista de la agencia Télam y la primera mujer en presidir Argra, dijo que el asesinato de Cabezas fue «un acto de amedrentamiento al periodismo independiente en su conjunto, a la sociedad, a sus dirigentes políticos y sociales comprometidos» y manifestó que el pedido de justicia por su muerte se convirtió en «un símbolo de la lucha contra la impunidad».
«Es un Nunca Más para nosotros, esto fijó un límite», dijo después Cabrera en declaraciones a Télam y manifestó que «tiene que ver con la lucha colectiva y con nuestro reclamo. Decir ‘nunca más’ a un periodista asesinado, no vamos a permitir que nadie lastime a nuestras compañeros y compañeras».
Por su parte la titular de la Defensoría del Público, Miriam Lewin, destacó en diálogo con esta agencia la importancia de que «la sociedad toda haya salido a la calle para plantarse frente a la impunidad, frente al poder» tras el asesinato de Cabezas, y afirmó que eso «lo que garantizó es que nunca más hubiera un periodista asesinado en Argentina».
En representación de los sindicatos de prensa, estuvieron presentes el titular del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), Agustín Lecchi, el secretario general del Sindicato de Prensa Bonaerense (Siprebo), Antonio «Chiche» Guillen, y la Secretaria General de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), Carla Gaudensi, quien se manifestó en contra de las «distintas formas de coartar la libertad de prensa», y en defensa de las «luchas colectivas, en las calles, en las redacciones», durante el acto.
Los integrantes de Argra en Córdoba, por su parte, recordaron al reportero gráfico en un acto en el que una de sus directivas y fotógrafa de esta agencia, Irma Montiel, afirmó que «recordar siempre a José Luis es una manera de decir que no vamos a permitir ningún atropello contra el libre ejercicio de nuestro oficio» y aseguró que «vamos a defender la libertad de expresión por siempre, en tanto pilar de una sociedad libre y democrática».
A su vez, los reporteros gráficos y periodistas de la ciudad de Santa Fe realizaron un homenaje a Cabezas, donde el reportero gráfico Hugo Pascucci señaló que «hay que remarcar que fue un asesinato» y destacó que «mataron a un compañero de prensa, y eso, hasta ahora, lamentablemente nosotros sentimos que está impune».
En la ciudad de Mendoza, a su vez, reporteros gráficos asociados a Argra pegaron carteles alusivos en la ciclovía de Godoy Cruz, en la intersección con calle Salta, y leyeron un documento en el que señalaron que «recordamos y celebramos la corta vida de José Luis, porque fue una vida plena, una vida de amor y generosidad», afirmaron que «llevamos con nosotros a su familia, su obra, su compromiso como colega y compañero» y se preguntaron: «quién y de qué modo recordarán a sus asesinos. Cuál ha sido la vida de uno y de otros, y cuál ha sido su cosecha».
Por su parte, en Neuquén, los afiliados de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina recordaron a Cabezas y el miembro de la organización, Juan José Thomes, expresó en diálogo con la prensa que «como decía Miguel Gaya, que es el abogado de Argra y fue uno de los querellantes junto a Argra en la causa de José Luis, hemos ganado con esto que la reacción del periodismo fue tan fuerte que no se atrevieron a tocar a ningún periodista más».
Por el asesinato de Cabezas fue procesado como instigador el empresario postal Alfredo Yabrán, quien se suicidó en Entre Ríos tras permanecer prófugo algunos días y como autor material del hecho fue condenado el policía de la bonaerense Gustavo Prellezo, condenado a reclusión perpetua en febrero de 2002, pero sólo pasó tras las rejas 13 años pese a que la sentencia fue ratificada en las máximas instancias judiciales de la provincia y del país, mientras permanece en libertad condicional desde diciembre de 2017 y desde 2010 en su vivienda bajo el régimen de prisión domiciliaria.
Los otros condenados, integrantes del grupo Los Horneros reclutados por Prellezo, fueron el expolicía Aníbal Luna; Mario «La Liebre» Gómez; Sergio Cammaratta; Sergio Gustavo González; José Luis Auge; Horacio Braga y Miguel Retana.