Por Karin Hiebaum
Corresponsal Internacional
El abogado y ecologista estadounidense Steven Donzinger fue liberado ayer de su arresto domiciliario tras 993 días. A principios de febrero ya se le permitió quitarse la tobillera que tenía que llevar desde agosto de 2019 en el transcurso de una disputa legal de un año con el gigante petrole
ro Chevron. La razón: Donzinger se negó a entregar sus dispositivos electrónicos porque violaría la privacidad de sus clientes.
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NOTICIA: Se acabó. Acaba de salir con los papeles de la liberación en la mano. Es completamente injusto que haya pasado siquiera un día en esta situación kafkiana.
Sin mirar atrás. Adelante.???? pic.twitter.com/ThKOZuQ8Yu
– Steven Donziger (@SDonziger) 25 de abril de 2022.
El caso de Donziger lleva años causando un revuelo internacional. En 2011, representó a 30.000 indígenas de Ecuador en el juicio contra Chevron, que demandó a la petrolera. Chevron fue declarada culpable de destrucción del medio ambiente en la región amazónica y condenada a pagar una multa de unos ocho mil millones de euros. Aunque Chevron no niega la contaminación en la Amazonia, acusa a los demandantes de haber sobornado a las autoridades ecuatorianas para obtener una sanción elevada.
El caso se juzgó posteriormente en Estados Unidos, donde Donzinger fue acusado de corrupción y soborno, entre otras cosas, y se emprendieron acciones legales. Por ejemplo, se le retiró la licencia para ejercer la abogacía. Además del arresto domiciliario con pulsera en el tobillo, fue condenado a seis meses de prisión en 2021.
Críticas a las irregularidades
La tramitación de Donzinger fue objeto de fuertes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y de protección del clima, que denunciaron numerosas irregularidades y deficiencias en el proceso. Amnistía Internacional, por ejemplo, señala que el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria dictaminó que los cargos estaban motivados políticamente y que su encarcelamiento era una represalia por su trabajo como abogado.
En noviembre del año pasado, nueve miembros del Congreso de Estados Unidos firmaron una carta en la que calificaban el tratamiento de Donzinger de «encarcelamiento injusto y sin precedentes». Los miembros del Parlamento Europeo también condenaron los cargos contra Donzinger.
The Guardian escribió: «Desde que se inició este litigio en 1993, Chevron no ha pagado ni un céntimo ni ha realizado ningún trabajo de limpieza. Los únicos que han pagado por el comportamiento de Chevron hasta ahora son Donziger y los afectados por la destrucción del medio ambiente: los pobres e indígenas ecuatorianos que siguen viviendo con los efectos de la contaminación cada día.»