En un fallo histórico para nuestra localidad, un sujeto fue condenado a 21 años de prisión por violencia de género.
Teresa Vicencio vivió durante 14 años los peores vejámenes a los que pueda ser sometida una mujer; “soy una sobreviviente”, dijo al momento de expresar su alivio al conocer que la Justicia en Caleta Olivia condenó a su ex pareja José Luis Ortiz a 21 años de prisión. Esta definición sienta jurisprudencia y anima, según la mujer, a que se radiquen nuevas denuncias por hechos similares.
El tribunal que condenó a Ortiz estuvo integrado por los jueces Juan Pablo Olivera, Mario Albarrán y Jorge Alonso. La condena a 21 años es por el delito de “Lesiones leves agravadas por el vínculo -cónyuge- y por haber sido cometidas por un hombre contra una mujer mediante violencia de género bajo la modalidad de delito continuado; en concurso real por abuso sexual gravemente ultrajante para la víctima; en concurso real por abuso sexual con acceso carnal bajo la modalidad de delito continuado; en concurso real con tenencia de armas de fuego de uso civil sin la debida autorización legal todo en calidad de autor”.
La sentencia se dio a conocer esta semana y según contó Teresa Vicencio a través del programa radial QUE, “Viví catorce años en los que fui víctima de golpes, de abusos sexuales, de amenazas con armas, de amenazas que iba a matar a mis hijos, encierros porque no podía salir , celos”, y aseveró: “fui callando, nos llevó a vivir a la Zona de Chacras para tenernos más alejados de todo, hasta que un día mi hija de 18 años me dice que él la acosaba sexualmente y se fue de casa, y yo seguí quedándome hasta que diez días después me vino a buscar la policía y me dijeron que me tenían que notificar de algo en la seccional segunda pero que tenía que ir con mis tres hijos menores y cuando llego me dicen que mi hija había hecho la denuncia y que era momento para que yo hiciera lo mismo. Fue ahí que comencé a hablar, me sacaron de la casa con lo puesto y a los días me llevaron hasta Puerto Madryn donde yo tenía familiares y a él lo detuvieron”.
La vida de Teresa fue un calvario, y hoy es momento de contar su historia para que muchas mujeres víctimas puedan tomar coraje y hacer las denuncias correspondientes. “Muchas personas y hasta de mi propia familia como mis hermanos me veían los moretones, pero yo no hablaba y ellos no se querían meter, pero siempre hay alguien que ayuda y ese es el mensaje”, y añadió: “cuesta un montón el trabajo para sanar, pero hoy lo puedo hablar, lo hablo con mis hijos, es doloroso pero todos los días les enseño a los varones el respeto por las mujeres que somos iguales que hay que hablar.
Pero insto a las mujeres a denunciar a hablar porque siempre hay alguien que te va a ayudar, siempre hay alguien”.