Por: Grupo de Peronistas de Santa Cruz

La percepción de que el gobierno provincial había perdido el rumbo
marcado por el proyecto provincial devenido en nacional de la mano de
Néstor Kirchner, abriendo una brecha importante entre pueblo y
gobierno, fue en definitiva lo que inquietó y movilizó a viejos militantes
kirchneristas que no sólo habían comprendido, sino que además
hicieron carne el hecho de que Néstor había sido el mejor intérprete de
la historia y la herencia peronistas, conformando como consecuencia
este Grupo de Peronistas de Santa Cruz.
La causa no fue promovida por ningún tipo de narcisismo electoralista
ni en procura de una silla de escritorio, sino por la explícita falta de
militancia institucional, y la ausencia de ámbitos de debate sobre los
temas fundamentales que afectan a la provincia, sin dejar de entender
que esta está atrapada en un contexto nacional e internacional. No
estamos solos en este mundo. En este contexto, encontrar las
respuestas a qué provincia es la que queremos, y qué provincia es la
que estamos construyendo en este rumbo, nos parece lo más urgente
e importante.
Entre aquel momento inicial y este presente, vienen de la mano una
derrota electoral, la fragmentación del pretendido campo popular, y el
crecimiento de una oposición cada vez más de derecha que se
encuentra con el beneficio de no tener que hacer nada para crecer, sólo
mirar y esperar.

Escudo de la Provincia de Presidente Perón -sin silueta-

El pueblo también mira y lo hace cada vez con mayor desasosiego,
comprendiendo que necesita un gobierno que gobierne haciendo
peronismo, en favor de las necesidades del conjunto. El pueblo sabe,
porque ya lo ha comprobado, que no es suficiente con ganar una
elección, porque a través de ésta solo se puede acceder al gobierno.
Pero si esto ocurre sin objetivos, sin compromiso, sin doctrina, sin
proyectos y sin militancia, el llegar al gobierno sólo se traduce en una
aventura personal.
El mismo partido Justicialista, sin todos estos contenidos, se
transforma en una herramienta mellada e impropia para alcanzar estos
objetivos de poner en marcha la restauración de los principios
peronistas de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía
Política. La única verdad es la realidad, y nuestra realidad no está
expresada en la burocracia partidaria sino en nuestra propia historia.
Esa Historia que nos habla de lucha y resistencia. La Historia de nuestra
Gloriosa Juventud Peronista que ponían el pecho y su sangre en las
calles; no diplomas en las paredes.
La Historia no se mancha. Nos reclama traducir en términos de
proyecto político todos los principios y valores del peronismo, poniendo
blanco sobre negro en cuanto a cuál es la provincia que queremos
construir, de qué modo y con qué recursos; para poder llegar al pueblo
con el claro mensaje de que queremos ser gobierno, pero con un
mensaje aún más claro de para qué queremos serlo. Sin dudas, este
será el único camino que nos lleve a recuperar credibilidad y la
confianza del pueblo transformándonos en su única esperanza de un
futuro mejor.
No es momento de aventuras personales ni de vanidades electoralistas.
El momento nos indica en forma inequívoca que el único héroe posible
es el héroe colectivo. Desde nuestra propia historia más profunda
sabemos que ese héroe necesita conducción y representación.
La tarea es ardua; sin lugar para indecisiones, tibiezas ni demoras.
Desde su complejidad nos desafía, nos convoca, y nos pone a prueba
como peronistas para retomar el rumbo marcado por Néstor para que
el legado de Perón y Evita llegue a sus únicos herederos: el Pueblo.

Mayo 2022, Santa Cruz