El Día Mundial de la Salud Mental (DMH), que se celebra cada 10 de octubre, es promovido por la Federación Mundial de la Salud Mental y cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en pos de representar un compromiso global para crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar esfuerzos en apoyo de la salud mental. Cuáles son las señales a las que hay que estar atentos y cómo ayudar a quiénes lo padecen.
La salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus actividades y puede hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.
Cuando hablamos de salud mental individual, ésta está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos, por eso las alteraciones de la misma se pueden asociar asimismo a los cambios sociales rápidos, a las condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación de género, a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y un descuido a la salud física, entre otros.
«Asimismo, hay factores de la personalidad y psicológicos específicos que hacen que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales», añade la Dra. El Haj.
¿Qué son los trastornos mentales y cuáles son sus causas?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un trastorno mental se caracteriza por una alteración clínicamente significativa de la cognición, la regulación de las emociones o el comportamiento de un individuo. Por lo general, va asociado a angustia o a discapacidad funcional en otras áreas importantes. También se denominan problemas de salud mental, aunque este último término es más amplio y abarca los trastornos mentales, a las discapacidades psicosociales y (otros) estados mentales asociados a una angustia considerable, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva.
Por último, los trastornos mentales también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales.
«La pandemia de COVID-19 ha agravado la situación de salud mental en todo el mundo, aumentando los nuevos casos de afecciones de salud mental y empeorando las preexistentes. También ha producido interrupciones significativas en los servicios para trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias. Las poblaciones que históricamente se han enfrentado a una mayor carga de afecciones de salud mental y un acceso reducido al tratamiento se ven afectadas de manera desproporcionada por los impactos de la pandemia en la salud mental» explica la Dra. El Haj.
En América, los trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias (SNM) y el suicidio representan más de un tercio (34%) del total de años vividos con discapacidad, siendo los trastornos depresivos la principal causa de discapacidad. Casi 100.000 personas mueren por suicidio cada año en la Región.
¿Cuáles son las señales de tener un problema de salud mental?
La profesional comenta que, cuando se trata de las emociones, puede ser difícil saber qué es normal y qué no. Pero los problemas de salud mental tienen signos de advertencia, como:
– Cambios en sus hábitos alimenticios o de sueño
– Aislarse de las personas y actividades que disfruta
– Sentirse con poca energía
– Sentirse vacío o como si nada importara
– Tener dolores y molestias inexplicables
– Sentirse impotente o sin esperanza
– Fumar, beber en exceso o el inicio de utilización de drogas ilícitas
– Sentirse inusualmente confundido, olvidadizo, enojado, molesto, preocupado o asustado
– Tener cambios de humor severos que causan problemas en sus relaciones
– Tener pensamientos y recuerdos que no puede sacar de su cabeza
– Escuchar voces o creer cosas que no son ciertas
– Pensar en lastimarse a sí mismo o a otros
– No poder realizar tareas diarias como cuidar a sus hijos o ir al trabajo o la escuela
¿Cómo es posible ayudar?
– No tener miedo de las personas con padecimiento mental.
– Escuchar y respetar las diversas formas que tienen de expresar sus sentimientos.
– Acompañarlas a ellas y a sus familias.
– Llamar a las personas por su nombre, no por la enfermedad que padecen.
– Tener en cuenta que cualquiera de nosotros/as puede atravesar un padecimiento mental.
– Instar a retomar actividades habituales.
– Estimular el contacto con los seres queridos.
– Evitar el consumo de información negativa: mirar programas que te ayuden a desfocalizar y relajarte. Por otro lado, puede ser muy beneficioso para el bienestar mental realizar actividades constructivas como: pintar, tocar algún instrumento o leer.
– Prestar atención a los signos vitales: ante situaciones de temor, la frecuencia respiratoria se acelera, produciendo un incremento del ritmo cardíaco y del nivel de ansiedad. Tomar conciencia de estos síntomas va a permitir regularlos y gestionarlos de la mejor manera posible.
– Validar los sentimientos: es importante reconocer y admitir lo que sucede.
– Tomar el control: una buena herramienta para ganar seguridad es la de planificar y decidir a qué hora y dónde salir a dar un paseo, los medios de prevención, los sitios que se quieran visitar o con quién.
«Es muy importante la promoción y protección de la salud mental, la cual consiste en acciones que creen entornos y condiciones de vida que propicien el bienestar mental y permitan a las personas adoptar y mantener modos de vida saludables», finaliza El Haj.
DATO
La Ley N° 26.657 tiene por objeto asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas, y el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental.