Hace poco escuché que no hay mucha ni casi poca gente huérfana desde temprana edad y que esto es solo porque los niños sin familia no suelen sobrevivir ya que la pena se apodera de ellos y terminan por morir de una forma u otra. Los que tenemos familia, con la edad, asumimos que nuestros padres se irán antes que nosotros, es ley de vida, aceptar la madurez y también el saber desvincularnuestra vida de ellos y construir la nuestra propia. Pero, sea cuando sea, en el momento que esto llega que de verdad sientes que no están, que no hay familia alrededor, el agujero negro aparece. Y por no haber familia me refiero a no existir ningún lazo con ningún miembro, no tiene que ser solo el fallecimiento de los mismos sino la sensación y el convencimiento de no tener a nadie, de sentirte solo en el mundo de verdad, de que nadie está preocupándose por ti si te pones enfermo o si tienes una buena noticia. Y esto, hay que aprender a llevarlo, aceptarlo y gestionarlo pero siempre, es muy doloroso y sobre todo, asusta.
Puede que muchos piensen que siempre hay alguien en la vida para acompañarte, para cogerte la mano, para preocuparse por ti en cualquier situación pero a veces, esto no es así. Puede también que cuentes con muchos amigos pero realmente, aunque siempre estén ahí cuando necesitas, cada uno tiene su vida, sus problemas y situaciones como para poder atenderte de la manera que tú realmente necesitas. Por esto es ley de vida saber que no siempre podemos ser hijos en exclusiva y que tenemos que convertirnos en adultos y construir nuestra vida, nuestra propia familia, cada vez lo veo más fundamental porque me he dado cuenta que no es por cubrir una necesidad de acompañamiento y evitar la soledad sino porque estamos hechos para amar, para querer, para apoyar al otro y debe ser a un igual una vez que somos maduros. Porque sentir que no hay nadie te embarga en un miedo tan atroz que en momentos, te paraliza. (Esto lo aprendí aún más tras leer un gran libro de Joan Garriga)
Esta situación de desarraigo familiar no siempre llega cuando ambos padres fallecen y no existe más familia (tíos, primos, hermanos) sino que también se da cuando hay familias y núcleos absolutamente desestructurados y uno de los miembros, con valentía absoluta y necesidad de salir adelante, decide que es mejor emprender el camino poniendo límites y distancia. Y se hace, y se superay se sigue con fuerza pero hay momentos de terrible miedo y esos, siempre estarán ahí, es muy difícil eliminarlo, yo diría que imposible, solo te acostumbras o aceptas que aparezcan y los gestionas esperando que duren lo menos posible.
Y entonces, en esos momentos tan asfixiantes, buscas consuelo o mejor dicho, amor, cariño y apoyo donde sea y de la manera que sea, porque necesitas eliminar esa sensación de soledad absoluta en el mundo y desarraigo, esperando que haya alguien que si estás enfermo, le preocupe y desee atenderte como tú los atiendes y deseas que esa persona elegida a la que das tu amor, entienda y empatice con tus sentimientos y lo que te pasa más allá de alejarse más pensando solo en sí mismoo sus necesidades (que para pensar en ellas ya piensas tú durante sus días, sus procesos, sus momentos especiales…) pero te das cuenta que estamos, en el fondo, muy faltos de evolución e inteligencia emocional, que nos es muy difícil pararnos a pensar cómo se está sintiendo la otra persona y solo nos miramos el ombligo mientras regañamos al de enfrente llamándole egoísta cuando estamos siendo nosotros mismos los verdaderos egoístas porque sabemos que la otra persona está siempre ahí nos pase lo que nos pase pero nosotros, un día que necesita no sentirse sola, no estar asustada por estar enferma, o solo recibir una muestra de cariño y demostrar que nos importa, tenemos algo mejor que hacer y eso es, regañar y mostrar orgulloal máximo nivel.
Alguien me dijo hace 24 horas que le asustaba “no ser capaz de superar una situación y tener que volver”… y yo estaba ahí, sentada, cogiéndole la manomientras sacaba todo lo que nadie le escucha, todo lo que a nadie le ha importado ni se plantea que pueda sentir y estaba encantada de ser yo la que renunciando a todo esa noche y olvidando agravios, estaba cogiéndole la mano mientras le decía que si, que se puede, que tendrá mi apoyo y que siempre, por experiencia reiterada, se supera. ¿Tan difícil es entender que puedo estar asustada por sentirme sola en el mundo? ¿Tan complicado es ser empático y generoso cuando eso es justo lo que se pide?
Si, el desarraigo familiar puede, asusta y pesa pero también se sale y se acostumbra uno. Y cuando vienen días en los que estar malo te hunde completamente, sabes que hay un grupo de gente que están ahí, que has construido una relación fuerte, sana y desinteresada gracias a tu buen corazón con tus amigos que estarán ahí siempre… quizás solo hace falta lo de siempre, que nos dediquemos a los que nos aman y nos hacen bien, a los que nos ayudan, a los que no se van a pesar de las patas que metas, a los que entienden y no que hagamos lo que siempre hacemos los humanos, dejarnos la vida en gente, aunque sea la familia, que nos hace daño, que actúa con egoísmo, que nos machaca y descuidemos y hasta echemos a los que nos aman y siempre están ahí para todo, por encima de todo.
Pd. No cambiaria mi libertad actual por migajas de amor manipulado, JAMÁS.