El viernes por la tarde se llevó a cabo la apertura del ciclo 2023 de los Talleres Culturales propiciados por la Comisión de Fomento de Cañadón Seco, en el marco de una ceremonia que presidiera el jefe de la comuna, Jorge Marcelo Soloaga,
En la misma ocasión, mediante sendas Resoluciones, se puso en funciones a la nueva Directora del Cultura, Daiana Raquel Rojas, en tanto que Juana Almeyra asumió el cargo de jefa del Departamento de Arte y Cultura Popular y Sergio Sampaoli la responsabilidad del Departamento de Patrimonio Cultural.

El ámbito elegido para este evento, fue la Proveeduría Cultural, un emblemático espacio que guarda intrínseca relación con la historia de esa comunidad ya que allí funcionó la Proveeduría del Personal de YPF que fuera habilitada en 1946.
Por muchos años sus instalaciones ubicadas en el área urbana central estuvieron cerradas, hasta que la actual gestión comunal invirtió, con recursos propios, 57 millones de pesos para refaccionarlas y otorgarle una imponente y modera fisonomía respetando sus líneas de construcción original.
De esta manera, en 2021 logró plasmar una iniciativa que había surgido de un grupo de vecinos, de buscar un ámbito propicio para canalizar actividades culturales y artísticas.
En el acto del viernes estuvieron presentes alumnos y decentes de los talleres Piano, Orquesta Típica, Guitarra y Bajo, Tango, Danzas Urbanas, Danzas Clásicas, Canto, Pintura y Cerámica, Danzas Folclóricas, Batería, Sublimación y Manualidades, Lenguaje Musical y Costura, asistiendo además invitados e invitadas especiales.
Asimismo, se entregaron certificados de un curso textil, en tanto que una alumna le hizo entrega al jefe comunal de una de las prendas confeccionadas en ese taller.

UN EMPUJE MORAL PARA OBJETIVOS INSTITUCIONALES

Al hacer uso de la palabra, Jorge Soloaga aludió a la importancia que revisten estos talleres culturales ya que se enmarcan en una “planificación estratégica comunal para el crecimiento y desarrollo de nuestro pueblo”.
Tras ello puso de manifiesto que si bien la comuna hizo un gran esfuerzo al invertir 57 millones de pesos para crear la Proveeduría Cultural, fue también vital el acompañamiento de los vecinos para concretar el proyecto, algo que representa “un empuje moral colectivo fundamental para la toma de decisiones” y definir los objetivos culturales comunitarios.
Luego resaltó la importancia del significado de la Cultura ya que la misma “es un instrumento de transformación, de solidaridad y de liberación de los pueblos, es lo que nos conecta con nuestro pasado como el hilo rojo de la mitología china”.
Fue entonces que señaló a una gigantografía que adorna una de las paredes de la sala principal, en que aparece la imagen de varios obreros ypefianos que fueron protagonistas en 1944 del descubrimiento del petróleo en Cañadón Seco,
Los mismos vestían ropa de trabajo precaria, algunos no tenían guantes ni indumentaria adecuada y todos carecían de casco protector, pero además conmovía el hecho que se los viera con sus rostros impregnados de bentonita, arcilla que se utiliza para asegurar las perforaciones y que es nociva para la salud humana, demostrativa de las condiciones inhumanas de la actividad naciente.
Acerca de esa imagen dijo que aún así, la imagen es representativa del fenomenal encuentro de dos culturas, la de los trabajadores del petróleo que se fueron afincando en la zona y la de los trabajadores de la tierra y el campo que ya estaban allí dedicadas a la actividad agropecuaria.

AFIANZANDO LA IDENTIDAD

Tal simbiosis, sostuvo, es la que constituye la identidad cultural de Cañadón Seco y en ese sentido citó al escritor uruguayo Eduardo Galeano cuando el mismo hacía referencia a la búsqueda permanente del proceso de búsqueda de la idiosincrasia de nuestros antecesores con las nuevas generaciones y las que vendrán, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Por ello, puntualizó, “es nuestra obligación abrazar, proteger y respetar a los que vienen porque ellos constituyen la identidad cultural elegida junto a los que están que representan la identidad cultural heredada”.
Tras ello volvió a hacer referencia al espacio público donde se realizaba a ceremonia, rememorando que cuando la comuna se hizo cargo del mismo, en la estructura de chapas y maderas solo había escombros y basura acumulados y entre ello se encontró y reconstituyó lo que quedaba de una mesa de pool, en la que alguna vez jugaron jóvenes como Reinaldo Rampoldi y Walmir “Puño” Montoya, quienes fueron asesinados por la última dictadura militar.
“Entonces –reflexionó- si esto no nos conmueve y no nos sacude el alma, seremos un pueblo que reniega de su pasado sin otro destino que el fracaso. Por el contrario, nosotros pretendemos que su destino sea de grandeza, de solidaridad, de alegría colectiva, de desarrollo y de transformación”.
Finalmente instó a toda la comunidad a cuidar la Proveeduría Cultural porque que éste es un lugar histórico emblemático con una génesis que se remonta a más de siete décadas, habiendo sido además el sitio donde se dictaron las primeras clases escolares en nuestra comunidad”