Cada 1° de junio se conmemora el Día Internacional de la Infancia, una fecha instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en 1956 con el objetivo de consagrar la fraternidad y la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero. Para conmemorar este día, la ONU invita a todos los países a promover actividades que involucren de manera directa a los niños y niñas como sujetos de derechos. Por qué es tan importante cuidar todos los aspectos de las infancias.
El Día Internacional de la Infancia es un día para llamar la atención sobre la situación de los niños y niñas más desfavorecidos, dar a conocer los derechos de la infancia y concientizar a las personas de la importancia de trabajar día a día por su bienestar y desarrollo. «Este día nos recuerda que todos los niños y niñas tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar del mundo en el que hayan nacido», menciona la Dra. Valeria El Haj.
Todos los miembros de la sociedad, ya sean padres y madres, personal docente y sanitario, dirigentes gubernamentales, líderes religiosos, personalidades de la política, el mundo empresarial, la sociedad civil y los medios de comunicación, desempeñan un papel clave en el bienestar de la infancia. De esta manera, este día internacional ofrece un punto de partida para llevar a cabo medidas inspiradoras para defender, promover y celebrar los derechos del niño a través de diálogos y acciones que construirán un mundo mejor para los niños.
En 1989 la Convención de los Derechos del Niño, la más universal de los tratados internacionales, estableció una serie de derechos para los niños y las niñas, incluidos los relativos a la vida, la salud, la educación, el derecho a jugar, a la vida familiar, a la protección frente a la violencia y la discriminación y a que se escuchen sus opiniones.
La Convención establece que los chicos y chicas gozan de derechos especiales:
– Interés superior del niño: máxima satisfacción integral y simultánea de derechos.
– No discriminación: individualmente, contra grupos específicos, ni contra el grupo poblacional íntegro.
– Participación: tomar en cuenta su opinión y derecho a ser escuchados.
– Supervivencia y desarrollo: garantizar en la máxima medida la supervivencia y el desarrollo del niño, en su sentido más amplio.
«Es fundamental visualizar a los niños y niñas no sólo como beneficiarios de aquellos proyectos que los adultos diseñamos en relación a ellos, sino como agentes activos con capacidad creadora, capacidad crítica, capacidad de levantar oposición frente a estas iniciativas que vienen del mundo adulto», detalla la profesional.
La figura del adulto responsable y significativo en las infancias
El adulto responsable de un niño, niña o adolescente es quien debe velar por su bienestar, protección y seguridad. Su situación es de mayor vulnerabilidad que la de los adultos, principalmente por su condición de estar en desarrollo emocional y físico y, según su edad, por su capacidad comprensiva.
Asimismo, debe asistir a los procesos de aprendizaje que se dan en cada infante, sea cual sea su edad, su necesidad, interés o ritmo de aprendizaje y lo acompaña con respeto e individualidad.
De esta manera, el adulto significativo será la primera persona a la que el niño acudirá cuando necesite contención, ayuda o quiera compartir una emoción. Además, es quien se preocupa de velar por la salud física y emocional del niño, conoce sus intereses y necesidades.
El juego y el rol de la familia en las infancias
Mientras los infantes juegan, los adultos deben tener en cuenta lo siguiente:
– Mantener un clima cálido y de confianza.
– Crear un espacio sin prisas disfrutando del presente.
– Dejar espacio al error, puesto que en el juego todo es posible.
«Una familia es mucho más que resolver las necesidades básicas de los niños y niñas como la alimentación y el vestirse, pues tiene una gran incidencia en el desarrollo social y emocional de todos los seres humanos. Allí adquirimos las habilidades necesarias para afrontar la vida de adultos y desarrollar todo nuestro potencial», concluye la Directora Médica Nacional de OSPEDYC.