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La convención firmó un acta para pedir que sumen a SER al Frente Cambia Santa Cruz, pero un punto virtualmente bloquea esa posibilidad

“El radicalismo está todo el tiempo auto boicoteándose”, dijo categóricamente el politólogo Andrés Malamud. Esta no es una afirmación más, o un simple análisis; porque quien expresó esta frase es además de un reconocido académico, un ferviente militante de la Unión Cívica Radical.
Se entiende entonces que las palabras de Malamud fueron dirigidas más hacia adentro que hacia afuera del espacio político donde milita y trabaja. Es más, entre otras definiciones sentenció: “No hay un radicalismo, hay muchos radicales”.
Claramente esta visión de Malamud cabe perfectamente en la actualidad – y obviamente la historia – del radicalismo provincial, que encabeza el denominado Frente Cambia Santa Cruz y que en tiempo de definiciones pareciera tomar las decisiones incorrectas. Al menos en el sentido de tener una estrategia para llegar al poder y gobernar. Aquí otra frase que describe esta identidad “perdida” del centenario partido dicha por el mencionado autor: “El radicalismo olfatea el poder y corre para el otro lado”.
Lamentablemente esta descripción certera de un espacio político que supo constituir la columna vertebral de la “democracia de partidos”; muestra un presente en el cual la UCR volverá a asumir que lo que mejor le queda, es ser oposición.
Citamos a Malamud, porque recientemente en la presentación de su libro “Diccionario arbitrario de la política”, estuvo rodeado por numerosos dirigentes radicales y a ellos pereció tratar de entusiasmar con la idea de salirse del “sayo” de ser segundos; de ser transparentes pero inocuos; en definitiva, de pensar en una UCR competitiva en tiempos en que la política no es lo que era.
“Alguien diría: que se puede esperar de un partido fundado por un suicida”, dijo con sarcasmo Malamud, en una frase que bien vale como metáfora teniendo en cuenta las internas inconducentes que derivan en derrotas sistemáticas.
Tal vez frases y conceptos como estos deberían ser escuchados por quienes se dicen radicales o se auto perciben radicales alfonsinistas; o simplemente por aquellos que por alguna “aspiración política” se arrimaron a un Comité.
“El radicalismo tiene mucho para ofrecer. Pero le falta claridad”, sintetiza el politólogo radical como para dejar en claro que sus críticas ironías apuntan poner frente a un espejo a sus correligionarios y tratar de que no miren para otro lado; que asuman si es verdad o no el discurso de campaña que promete “vencer al Kirchnerismo”, o si solamente es hedonismo, conformismo para calmar el miedo profundo que pareciera ocasionarles gobernar.
A la fecha, pasada la Convención del radicalismo santacruceño en Puerto Deseado; las declaraciones de los principales dirigentes parecieran confirmar la segunda opción.

Si, pero no
Pese a que la Convención – que estuvo ensombrecida por supuestas injerencias del Kichnerismo – votó un mandato para que la cúpula radical lleve a la denominada “Mesa de Conducción de Cambia Santa Cruz” la posibilidad de integrar al partido SER, que lidera el diputado nacional y dirigentes petrolero Claudio Vidal; solo horas más tarde, históricos dirigentes radicales comenzaron a negar el acuerdo. “No hay acuerdo” fue una frase que se reiteraba en redes sociales y en intercambios de WhatsApp.
Otro detalle del acta firmada el pasado 3 de junio es la localidad portuaria es que ponía una sola condición para el caso que Vidal pueda integrar el frente opositor con su candidatura: que la UCR tenga una fórmula única. Esto interpreta claramente como la imposición de la candidatura de Roxana Reyes. Básicamente una cláusula incumplible – dadas las aspiraciones de otros dirigentes – que bloquearían cualquier ingreso de Vidal en esas condiciones.
En definitiva, luego de un acalorado y vehemente debate, la UCR fue fiel a su identidad y emitió un comunicado que es un “si, pero no”.
Tal vez, los Congresales deberían haber leído a Malamud antes de elaborar el documento y votar lo que votaron.

Alerta, Vidal

De “negro petrolero y kirchnerista” a “Larretista y oligarca de derecha”. Así mutó la definición del diputado nacional por SER, para aquellos que por nada del mundo lo quieren en competencia directa por la gobernación.
Mucho se ha hablado de la conveniente convivencia entre el radicalismo santacruceño con los gobiernos de la familia Kirchner.
Los más memoriosos recuerdan como los radicales habilitaron al “Lupo” (Néstor Kirchner, para los más jóvenes) a modificar la Constitución provincial, posibilitándole la reelección indefinida. Como durante años, la UCR no fue ni siquiera una opción creíble como oposición, escondida siempre en discursos de denuncia, pero sin propuestas.
Estas son críticas de los mismos afiliados radicales y de muchos dirigentes del interior de la provincia que desde hace años piden un cambio en la “cúpula partidaria” y fueron quienes impulsaron la convención con el simulacro final de un acta de facto incumplible.
Por eso, quienes se opusieron al ingreso de Vidal a Cambia Santa Cruz antes del cónclave en Deseado, fueron los mismos que anticiparon que eso no ocurriría.
Mientras esto ocurría, el gobierno respiró aliviado. La inquina con Vidal viene desde hace tiempo, desde que el petrolero optó por “hacer su propio camino” desde el gremio y comenzó una intensa actividad en lo social. El punto más alto de ese “Alerta Vidal”, fue el pasado 1 de mayo cuando se inauguró el Feedloot Pioneros, el establecimiento agropecuario más importante de la patagona. En esa jornada a la que asistieron dirigentes y personalidades del ámbito político, empresarial y funcionarios – además de cerca de 2 mil vecinos – se encendieron las alarmas tanto del gobierno como de la oposición. Lo de Vidal venía en serio y para ellos ese acto fue el “lanzamiento oficial” de su candidatura.
Tal vez por eso no asistieron, Eduardo Costa, Roxana Reyes, ni Gabriela Mestelán” (principales dirigentes de Cambia Santa Cruz) a pesar que estaban invitados.
Pero si concurrieron gran cantidad de dirigentes radicales del interior provincial que se entusiasmaron con la idea de sumar “musculo político” a Cambia Santa Cruz, y de ese modo llega a gobernar luego de más de 30 años de hegemonía K. Esto por ahora es una ilusión, sobre todo al ver el depliegue medático de los dirigentes radicales que temen por un posible triunfo de Vidal mediante las Ley de Lemas.
Por su parte el gobierno ahora se regodea en ese escenario y prefiere “dejar que los radicales hagan lo que saben hacer” y centrase en el legislador de SER.

Realidad y expectativa

Al momento de la salida a la calle de este ejemplar de Más Prensa, la UCR de Santa Cruz (sus afiliados) permanecía en ascuas sobra la decisión que tomaría la Mesa de Cambia Santa Cruz.
No obstante, la diputada nacional y candidata (oficial) del radicalismo decía: “Con Gabriela Mestelán (Encuentro Ciudadano) tenemos acuerdos. No puedo darle un voto a Vidal, a mí no me gusta mentir de esa forma. Yo creo en el cambio en serio, creo que Vidal es kirchnerista y esto representa un kirchnerismo decadente. Yo sigo planteando mi idea, no estoy de acuerdo con esta alianza con el partido SER”. Lo extraño de esta afirmación es que parece olvidar el entramado de acuerdos con peronistas, massistas y hasta con kirchneristas que hicieron que ella tenga hoy el presente político que tiene. Del mismo modo que lo ocurrido con el Senador Nacional Eduardo Costa, que fue quien “lanzó la primera piedra” al decir que la fórmula opositora debería ser Reyes- Vidal para gobernador y vice respectivamente. Ese fue el momento clave; cuando tácitamente la UCR reconoció la necesidad de sumar a SER; pero condicionando su rol. Más que estrategia, pareció una torpeza política.
Pero ocurre que el desdoblamiento de las elecciones generó un nuevo escenario. Al momento de las declaraciones de Costa aun no estaba en claro si habría PASO y si se votaría a gobernador en las generales de octubre. Por eso, luego que Alicia Kirchner convocara a las elecciones provinciales para agosto, los “interesados” en seguir ocupando cargos cambiaron de opinión.
Otro detalle fueron sus últimas declaraciones al diario oficialista Tiempo Sur: “Pienso así, lo dije siempre, lo dije en la Mesa de Cambia Santa Cruz, no vale la pena silenciarme al respecto. Tenemos que ser muy auténticos. Mirey Zeidán (PRO) tiene algo que aportar a Santa Cruz y Mario Markic (PRO) también esto nos enriquece, amplía la mesa y las posibilidades, la competitividad. No tenemos que ser más mentirosos por cuestiones electorales”.
Con el mayor de los respetos a Zeidán y a Markic, es evidente que el volumen de votos que podrían alcanzar no es para entusiasmarse. De este modo, aunque vayan los tres sub lemas, claramente es como si fuera uno solo: el de Reyes.
Como síntesis vale el viejo refrán que dice: “más vale cabeza de ratón que cola de León”.

¿A que juega CSC?


“El resto de los candidatos no estamos dispuestos a bajarnos y no habrá acuerdo con SER Santa Cruz”, dijo candidato opositor por UNE Mirey Zeidán, al diario digital Nuevo Día”. Esta expresión también deja en claro que la “cláusula” puesta en el Acta de la Convención es prohibitiva para Vidal. Entonces ¿a que juega Cambia Santa Cruz?
“No tenemos ni un sólo documento del SER indicando que quieren estar dentro de Cambia Santa Cruz”, explicó el dirigente intentando poner en un plano de formalidad algo que en política se logra con el dialogo y con los acuerdos. Pero en definitiva, seguramente será la línea argumental que llevará a la UCR a cerrar el frente Cambia Santa Cruz.
Zeidán dijo además: “Vi al principal referente hablando con uno de los candidatos del PRO y dicen que quiere estar ahi.”. Esto en referencia a la foto de Vidal con el Jefe de Gobierno Porteño y candidato a Presidente Horacio Rodríguez Larreta. Lo extraño es que el PRO es parte de Cambia Santa Cruz y eso no debería ser un impedimento. A esta altura pareciera que el juego que juegan es el de la confusión. De la propia confusión.

Síndrome de Jonas

Sin profundizar en el psicoanálisis, existe el llamado Síndrome de Jonas; que es básicamente el miedo a ganar. En definitiva al miedo a la realización personal. Podría analizarse que en el seno de la UCR provincial existe un “temor” ante la posibilidad que ofrece la apertura al SER.
“Más del 60% de la población está pidiendo entendimiento de los sectores opositores para hacer algo superior, nosotros estamos abiertos a construir un frente con la oposición”, dijo una fuente de SER al diario La Nación. Esta es una realidad no solo palpable en encuestas, sino en la calle; en el hartazgo de los vecinos a seguir bajo un gobierno kirchnerista que nada distinto a lo que hizo hasta ahora, hará.
Es importante menciona que, en Santa Cruz, con la incorporación o no de Vidal, se vive un escenario similar al de Juntos por el Cambio (JxC) de Córdoba, donde el senador y candidato a gobernador Luis Juez rechazó con contundencia la incorporación del gobernador peronista Juan Schiaretti a la coalición opositora, a pocos días de los comicios provinciales del 25 de junio, donde Juez enfrentará a Martín Llaryora, delfín de Schiaretti. Se trata de ambiciones personales, de visiones distintas de la política o simplemente de un modelo de “gerenciamiento” de los partidos en donde el que manda define.
Volviendo al politólogo radical, Andrés Malamud otra de sus ingeniosas frases podría describir la situación de la UCR en Santa Cruz: “El radicalismo dice que es un submarino que puede flotar pero que está diseñado para hundirse”. Que estas palabras del intelectual radical no sea un presagio, y que sirvan para pensar con criterios políticos acordes a estos tiempos..