Así se gestó la negociación o la rendición de los Wagner ante Putin, según Lukashenko
«Putin me llamó y me informó en detalle y comprendí que la situación era difícil» argumentó el dictador bielorruso para justificar su mediación

Karin Silvina Hiebaum Corresponsal

Lukashenko narró ante sus generales los detalles de su mediación entre Vladimir Putin y el jefe del grupo Wagner Yevgueni Prigozhin tras rebelarse e intentar el sábado pasado un cambio violento de la cúpula militar rusa.

De acuerdo con Lukashenko la mañana del sábado 24 de junio recibió «información inquietante» y 10 minutos después de un discurso en la televisión, «Putin me llamó y me informó en detalle y comprendí que la situación era difícil y que se había tomado una decisión brutal».
«Le sugerí a Putin que se tomara su tiempo, que hablara con Prigozhin y sus comandantes. Pero me dijo ‘es inútil. No coge el teléfono’. Entonces le pregunté: ¿Dónde está Prigozhin? – ‘En Rostov’ me respondió. Así que le dije: Una mala paz es mejor que cualquier guerra. Intentaré ponerme en contacto con él» narró Lukashenko en un acto ante militares en Minsk de acuerdo a la agencia de noticias Belta.

Tras hablar con Putin por unos 30 minutos, el dictador bielorruso se puso en contacto con Prigozhin a las 11:00 de la mañana. Según narra Lukashenko «Prigozhin estaba completamente eufórico. Hablamos durante los primeros 30 minutos totalmente en lenguaje obsceno. Le dije: Prigozhin, nadie te va a dar a Shoigu ni a Gerasimov. Conoces a Putin tan bien como yo. Ni siquiera se reunirá contigo, y mucho menos hablará por teléfono»
El jefe de Wagner le habría respondido a Lukashenko: «¡Pero queremos justicia! ¡Nos quieren estrangular! Iremos a Moscú!» ante lo cual el autócrata bielorruso le refutó: «A mitad de camino, te aplastarán como a un chinche».

A mitad de camino, te aplastarán como a un chinche
Alexander Lukashenko a Yevgueni Prigozhin

«Le persuadí durante mucho tiempo» se jactó Lukashenko para finalmente decirle: «Haz lo que quieras. Pero no me lo eches en cara luego. Hemos preparado una brigada y, como en 1941, defenderemos Moscú. Y no se trata de que Rusia sea nuestra patria. Sino porque si la agitación se extendiera por toda Rusia nosotros seríamos los siguientes».

Sin embargo, Prigozhin no cedió inmediatamente. «Hablando por segunda o tercera vez» continúa narrando Lukashenko «advertí a Prigozhin: Yevgueni, nada de derramamiento de sangre, si no, nada de negociaciones contigo. Me lo juró y Prigozhin dijo que no exigiría a Putin que entregara a Shoigu y Gerasimov».
Finalmente cuenta el Lukashenko «a las 5 de la tarde Prigozhin llama y me dice: ‘Acepto todas tus condiciones. Pero, ¿Qué debo hacer? Si nos detenemos, empezarán a golpearnos’ a lo cual le respondí: No lo harán. Te lo garantizo. Hasta que te lleve a Bielorrusia y te garantice total seguridad a ti a tus chicos».
Luego de ese acuerdo y las promesas de garantías de seguridad, la historia es públicamente conocida. Prigozhin dio la vuelta al convoy que se dirigía a Moscú y sus mercenarios regresaron hacia los campamentos de la región de Lugansk en Ucrania. «Putin y yo detuvimos un acontecimiento monstruoso» presume el dictador bielorruso.

Una vez Prigozhin ha llegado a territorio bielorruso Lukashenko amplió su promesa: «si quiere quedarse con nosotros un tiempo, le ayudaremos. A sus expensas, por supuesto. Pero me vendría bien una unidad así en el ejército».

El grueso de los mercenarios de Wagner están en campamentos en Lugansk y Lukashenko les ofreció una de sus unidades abandonadas en Bielorrusia.
El martes, Prigozhin habló por teléfono con Lukashenko y le dijo que «algunos firmarán contratos con el Ministerio de Defensa y Shoigú. Pero lo más importante es que mis hombres llevan ya medio año sin volver a casa, Quieren ir a ver a sus familias. Y para mí era importante acordar con Putin que no los tocaría».