Un frágil sistema de abastecimiento eléctrico con redes obsoletas y escasas; poco o nulo mantenimiento y un inexistente plan de trabajo o de contingencia que queda al descubierto cuando el viento o cualquier precipitación genera el colapso de la red de eléctrica; red cloacal colapsado en la mayoría de las localidades y un abastecimiento de agua insuficiente, pese a los anuncios reiterados de mejoras; estas son solo algunos datos de un diagnostico negativo de una empresa que desde años no concreta inversiones prioritarias. Supuestamente esto era lo que venía a revertir el ex diputado Jorge Arabel cuando asumió el compromiso como titular de Servicios Públicos Sociedad del Estado. Pero claramente no lo hizo, sino que la situación es igual o peor de lo que estaba.
Hay que recordar que Arabel se “sentó” en el sillón de Presidente de SPSE impulsado por su amigo, el intendente de El Calafate, Javier Belloni, con el aval del intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso.
También hay que recordar que el ex diputado llegó a la empresa, tras la sospechada gestión de Nelson Gleadel, acorralado por denuncias de irregularidades sumado al enojo de Alicia Kirchner, luego de que el entonces titular de SPSE, sin percatarse que el micrófono estaba abierto previo una conferencia en Caleta Olivia dejara al descubierto maniobras “poco éticas” en las adjudicaciones y contrataciones de la empresa.
Fue en marzo del 2022, cuando Arabel fue “puesto” en una de las empresas más importantes que maneja el gobierno – importante por los recursos que maneja y por las prestaciones básicas que debe brindar – y desde allí debería “mostrar” que una gestión eficiente era posible. Pero demostró todo lo contrario.
Son lo mismo
Solo unos días antes de asumir, Arabel se reunió con Belloni y Grasso y ambos le dieron el espaldarazo para que llegara a manejar la empresa.
“Me reuní con mi par de El Calafate, Javier Belloni y el diputado, Jorge Arabel. Dialogamos sobre el futuro de nuestra Provincia, de seguir trabajando en conjunto desde nuestro lugar, aportando a esa Santa Cruz con desarrollo, producción, trabajo e inclusión que todos soñamos”, dijo en sus redes sociales Grasso para dejar en claro que la “dupla” de intendentes, ahora candidatos a la gobernación por el oficialismo tenían un acuerdo de criterios. Luego, tras la designación Belloni dijo públicamente sobre Arabel: “la designación a la presidencia de SPSE es todo un desafío para vos y para quienes te acompañan, pero no tengo dudas de que los resultados de tu trabajo se verán reflejados en el bienestar de los santacruceños”.
Claramente el “deseo” del intendente no se cumplió, y además la gestión de Arabel quedó muy por debajo de cualquier expectativa.
Pero esa “sociedad” de dirigentes que se empezaba a gestar tenía un objetivo, posicionarse en lugares clave del gobierno para una eventual campaña electoral.
Mientras ellos siguen “trabajando” para mantenerse en el poder, lo que SPSE da a los santacruceños no solo es insuficiente, sino que ahora vienen a prometer que harán lo que en estos años no hicieron.
Mientras tanto, siguen los cortes de energía inesperados; las cloacas se siguen rebalsando de materia fecal y ahora los vecinos de Caleta Olivia (cuyo intendente es Fernando Cotillo, otro candidato K) reciben notificaciones de multas por perdidas domiciliaras en la red de agua, cuando la misma red troncal de la mayoría de los barrios tiene perdidas constantes que terminan anegando calles y accesos.
La falta de planificación es tal que anuncian una nueva planta de Osmosis, sin siquiera solucionar el tema de la distribución.
Más de lo mismo
Cuando asumió Arabel, el reconcido peridista y director de Opi Santa Cruz, Rubén Lasagno analizo la salida de Gleadell, “denunciado por irregularidades de todo tipo”, y afirmó que “la gobernadora decidió cambiarlo por otra figura política afín. Arabel tomará a su cargo una empresa del Estado cruzada por acusaciones de corrupción, negociados, nepotismo, ñoquis y una vasta lista de irregularidades administrativas”, describió Lasagno. Luego con relación a lo que se podía esperar de Arabel, marcó dos escenarios posibles: que el diputado Arabel llegue con la orden precisa de hacer gatopardismo puro, cambiar para que nada cambie, o que en realidad llegue con el lápiz rojo para limpiar todo lo que se ha hecho y se hace desde la empresa de energía y por consiguiente, en poco tiempo, veamos denunciar al nuevo presidente de SPSE a su antecesor y/o antecesores por delitos incompatibles con la función pública (Osorio, Tamburo, Cirnigliario y Michudis antes de Gleadell)”, analizó el periodista. Hoy podemos decir que ocurrió la primera hipótesis.
Desde el portal de noticias, también marcó: “No hay que olvidar que Javier Belloni busca posicionarse como posible candidato a gobernador el 2023, por lo tanto, acá tiene la gran posibilidad de mostrar si es distinto o si es más de lo mismo, tomando a su cargo y a través de un hombre de su entorno, la empresa de energía más deficitaria de la Patagonia y no solo hacerla funcionar bien, sino auditarla, transparentarla y hacer visibles a los responsables de los delitos que por años hemos denunciado, con nombre, apellido y documentación que acreditan todas las irregularidades publicadas en nuestros informes de investigación”, sentenció Lasagno, que como periodista experimentado mostró algo que el tiempo y los hechos comprobaron. Son más de lo mismo.
¿Queremos seguir igual?
Como dice el refrán popular: “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Esta lógica fue expresada por el genio Albert Einstein, que puntualmente formuló: “locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes”.
No hace falta ser un genio para advertir que los santacruceños venimos haciendo lo mismo dese hace unos 30 años, y venimos obteniendo los mismos resultados patéticos.
Nos quejamos, criticamos y hasta repudiamos los manejos y falta de prioridades del gobierno; pero luego votamos lo mismo.
El caso de SPSE es una muestra inequívoca e inocultable de la falta de políticas y decisiones que beneficien a los santacruceños; y muestra que siempre se beneficia una dirigencia con privilegios “eternizada” en el gobierno; que se cubren mutuamente y que no quiere dejar de estar al calor del poder.