Redacción: Mag. Karin Silvina Hiebaum
“Yo soy un liberal libertario. Filosóficamente, soy un anarquista de mercado”.
Así se definió en 2021 el entonces diputado Javier Milei, ahora flamante presidente de Argentina
También dejó plasmada esta posición en «El camino del libertario» (enero de 2022), una recopilación de textos y discursos suyos donde explica el camino que lo llevó a percibir y calibrar el descontento de la sociedad con lo que él llama la casta política.
El presidente argentino, un economista de 53 años con estilo “rockero”, ha venido captando la atención desde hace años, gracias a sus controvertidas -y en no pocas ocasiones altisonantes- intervenciones en los programas de televisión más populares del país austral.
Con frases como “vengo a sacar a estos delincuentes a patadas”, Milei comenzó a ganarse el respaldo de los jóvenes y de una clase media desencantada y hastiada de la incapacidad de las fuerzas políticas tradicionales de resolver sus principales problemas, entre ellos, la galopante inflación.
Y aunque sus promesas de “dinamitar” el Banco Central, de poner fin a la “obra pública”, de recortar los subsidios y permitir el porte de armas de fuego parecen estar en sintonía con lo que se espera de un libertario, otros anuncios hechos por el controvertido político dan motivos para dudar.
¿Qué es el libertarismo?
El libertarismo es una corriente filosófica dentro de la política que coloca a “la libertad individual como el valor político supremo”, escribió David Boaz, exvicepresidente del Instituto CATO, una fundación estadounidense que precisamente persigue impulsar esta tendencia.
“Un libertario admite que se puede obligar justificadamente a las personas a hacer ciertas cosas, la más obvia abstenerse de infringir la libertad de los demás. Sin embargo, un libertario considera inaceptable que se pueda obligar a nadie a servir a otros, ni siquiera si es por su propio bien”, se explica en la Enciclopedia Filosófica de la Universidad de Stanford.
Esta corriente tiene sus raíces históricas en el movimiento de la Ilustración, que se inició a mediados del siglo XVIII y se extendió hasta los primeros años del siglo XIX en Europa.
Fue en esta época cuando pensadores como el francés Montesquieu, el inglés John Locke o el escocés Adam Smith comenzaron a desarrollar teorías e ideas que cuestionaban la ancestral -y entonces dominante- creencia de que un grupo de personas pudiera imponer sus deseos sobre otras personas, por herencia o por motivos religiosos.
Pero como si cuestionar el rol de los monarcas y del clero no fuera suficiente, esta corriente también ha perseguido limitar los poderes de los gobiernos democráticos y representativos.
“Los libertarios creen que el respeto por la libertad individual es el requisito central de la justicia. Creen que las relaciones humanas deben basarse en el consentimiento mutuo. Los libertarios abogan por una sociedad libre, de cooperación, tolerancia y respeto mutuo”, afirmó el filósofo estadounidense Jason Brennan, en un artículo para la Escuela Austriaca de Economía e Ideas de Libertad.
Lo anterior deja en claro que este movimiento recela del Estado, por considerarlo invasivo e innecesario. Y sostienen que “algunas formas de orden en la sociedad surgen de forma natural y espontánea, sin dirección central”, se explica en la Enciclopedia Británica.
Por esta razón los libertarios terminaron separándose de los liberales, quienes asumieron que es necesaria una estructura (gobierno, leyes, etc.) que permita dirimir los conflictos y también que ayude a solventar las diferencias entre las personas.
«Yo considero al Estado como un enemigo; los impuestos son una rémora de la esclavitud. El liberalismo fue creado para liberar a las personas de la opresión de los monarcas; en este caso sería del Estado«, ha declarado Milei, con lo que el argentino sí parece estar en sintonía con estos postulados básicos del libertarismo.
¿Qué implica ser un libertario en la práctica?
Por promover el libre mercado, defender la propiedad privada y un Estado pequeño y limitado a ciertas funciones, los libertarios han sido ubicados a la derecha en el espectro político.
Sin embargo, otros elementos claves de su ideario han terminado siendo asumidos por fuerzas de la izquierda, y entre ellos destacan la defensa de la libertad individual, en especial en lo relacionado con temas sexuales o de consumo de drogas; y su pacifismo.
No obstante, el sociólogo Felipe Benites advirtió a BBC Mundo que “los libertarios no aceptan la vetusta separación política entre doctrinas de izquierda y derecha”.
Y, en el centro de todo, colocan la libertad de cada persona.
“Los libertarios han intentado definir el alcance adecuado de la libertad individual en términos de la noción de propiedad en la propia persona, o autopropiedad, lo que implica que cada individuo tiene derecho al control exclusivo de sus elecciones, de sus acciones y de su cuerpo”, explicó Boaz.
Milei ha dejado en claro que el tema del consumo de estupefacientes no será su principal preocupación en la Casa Rosada. “Drogarte es suicidarte en cuotas. Si vos te querés drogar, hacé todo lo que quieras, pero no me pidas que yo pague la cuenta”, ha dicho.
Los seguidores de esta corriente también se oponen a los conflictos armados, pues “la guerra trae muerte y destrucción a gran escala, perturba la vida familiar y económica y pone más poder en manos de la clase dominante”, agregó el exvicepresidente del Instituto CATO.
En palabras de Benites, el libertarismo “es una línea de pensamiento que aborrece el uso innecesario de la violencia”.
Milei ha mostrado estar en sintonía con este último principio. Prueba de ello es que ha criticado con dureza la guerra de las Malvinas de 1982 y ha asegurado que un gobierno suyo abogará por el diálogo, aunque admitió que la tarea “es complicada”.
“Si vos querés que algún día [las islas] vuelvan a ser parte de Argentina, va a implicar una negociación muy, muy larga y donde Argentina va a tener que poder proponer algo interesante (…)
«Te tendrás que sentar a hablar con Reino Unido y discutir esa situación con aquellos que viven en las islas”, dijo en una entrevista que concedió en 2022 a una agencia especializada en temas económicos.
¿Libertario o populista?
El principal motivo para dudar de que Milei sea un libertario es su postura en relación con el aborto.
«Estoy en contra del aborto, porque creo en el proyecto de vida del prójimo. La mujer puede elegir sobre su cuerpo, pero lo que tiene dentro del vientre no es su cuerpo, es otro individuo», declaró en una ocasión el ahora presidente.
Por esta razón la experta en comunicación política Carmen Beatriz Fernández consideró que a Milei no le corresponde la etiqueta de libertario, sino otras como la de “neopopulista o autoritario de derechas”.
“Un libertario clásico es el que tiene posturas liberales en el ámbito económico, pero también en lo que se refiere a las libertades personales e individuales. No diría que Milei es un libertario clásico, aunque sí es promotor de las ideas económicas de la Escuela Austríaca”, declaró a BBC Mundo la profesora de la Universidad de Navarra (España).
Esta visión no es compartida por el politólogo Guillermo Tell Aveledo, quien sí considera que Milei es el representante «más organizado» de esta tendencia política.
“Sus críticas en temas como los presupuestos y las políticas concretas, tanto en su época de comentarista de programas de televisión como diputado en el Congreso, han estado dirigidas al tamaño y la acción del Estado, por lo que se ajusta al perfil de un libertario”, afirmó el decano de la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana de Caracas.
Sin embargo, Aveledo admitió que las posturas conservadoras de Milei y otras contradicciones impiden considerarlo como un “libertario genuino”.
Y, por ello, lo tachó como “un paleolibertario (libertario conservador)” o un “anarcocapitalista”; es decir, alguien que cree que la sociedad puede organizarse y funcionar solo con el mercado, sin necesidad del Estado.
“Un genuino libertario defiende la abolición del Estado y del propio cargo presidencial, pero él postuló a ese cargo”, apuntó el experto.
Benites, por su parte, sí ve al presidente argentino bastante bien enmarcado en esta ideología.
“Javier Milei es un economista que opina como libertario, articula como libertario y su programa de gobierno posee muchísimo de libertario”.
En cuanto a los señalamientos que tachan a Milei como populista, Benites afirmó que el populismo solo se puede definir, como tal, una vez instaurado bajo forma de gobierno («cuando su acción lo coloca fuera de los límites de cualquier restricción institucional, no antes»).
«Por lo pronto, quizá solo quizá, se podría decir que su planteamiento es demagógico. ¿Pero quién con opciones reales de triunfo puede dejar de serlo en estos tiempos de democracias asediadas por todos los flancos?», advirtió.
Con su posesión este domingo se verá si Milei cumple sus promesas o no y, entonces, se despejarán las dudas.